Silent Venom

Allá por el año 2006, cuando la película Snakes on a Plane encontró inexplicable fama (incluso antes de su estreno), se hicieron muchos chistes sobre emplazamientos alternativos de un ataque reptílico. Incluso alguien llegó al extremo de filmar el reiterativo bodrio Snakes on a Train. Por eso resulta ahora simpáticamente anacrónico (y un poco patético) el estreno en DVD de Silent Venom que, sospecho, se vendió al estudio Cinamour Entertainment con la frase "serpientes en un submarino". Y quién mejor para dar vida a esta sublimemente estúpida premisa que Fred Olen Ray, cuya extensa filmografía está compuesta casi exclusivamente por similares bazofias... muchas de las cuales disfruté en los ochentas. Ahora, veinte años después con ojos tal vez nublados por la nostalgia, encontré el mismo nivel de inexplicable entretenimiento en esta bufonesca película.

La historia comienza en una isla del Mar de China, donde un grupo de científicos (dirigido por la escultural Krista Allen con ayuda de sus notables escotes) analizan las serpientes locales como parte de un experimento militar para crear armas biológicas. Pero el experimento se convierte en catástrofe cuando genera una enorme serpiente que devora a varios extras. Entonces, para no perder la valiosa investigación, Dick Cheney (o su hermano gemelo) ordena la evacuación de los científicos, y asigna la tarea al submarino del Comandante O'Neill (Luke Perry). El rescate parece tener éxito... pero el material recuperado incluye varias peligrosas serpientes alteradas genéticamente; y cuando un accidente las libera, el Capitán O'Neill y la Dra. Swanson deben unir fuerzas para sobrevivir la reptante amenaza... por no mencionar las inesperadas fallas mecánicas que ponen en peligro al submarino, a punto de colapsar bajo la elevada presión de las profundidades oceánicas.

Por mucho que me burle de Olen Ray, es indudable que su categoría se ha elevado. Antes trabajaba casi exclusivamente con "screem queens" y fallidos comediantes (como Linnea Quigley y Eddie Deezen, respectivamente). Pero ahora, Silent Venom cuenta con un elenco de medianas estrellas, que van desde Luke Perry (pidiendo a gritos un cameo en la nueva versión de 90210) y Krista Allen (como siempre, tomando en serio los más absurdos papeles - lo digo como un cumplido), hasta Tom Berenger, nominado al Óscar hace 22 años (por Platoon) y ahora sentado detrás de un escritorio fingiendo ser el almirante que debe tomar duras decisiones respecto al submarino repleto de mortales serpientes.

Pero con elenco famoso o sin él, algunas cosas nunca cambian en las películas de Olen Ray, como la barata banda sonora obviamente compuesta en un sintetizador, el extenso uso de pietaje de stock para rellenar el argumento, y los sets caseros - literalmente. La oficina del almirante parece ser la recámara de algún amigo del director; y algunas secciones del submarino tienen sospechosa semejanza con una bodega abandonada, vestida con improvisada tubería y risibles implementos "científicos".

Para que funcionen las películas de este estilo, deben tener un diestro sentido del humor o ser involuntariamente hilarantes por razón de su extraordinaria incompetencia. Durante la primera media hora parece que Silent Venom no llegará a los abismos de mediocridad necesarios para hacerla "tan mala que es buena", pero la última hora excedió todas mis expectativas, y quedé constantemente boquiabierto ante la audacia mostrada por Fred Olen Ray al "dirigir" escena tras inexplicable escena de malos actores leyendo peores diálogos y huyendo de nefastos efectos digitales que parecen provenir de 1990 (aunque, para crédito de la película, hay bastantes escenas con serpientes reales). Entonces, no sé si deba decir que Silent Venom triunfa a pesar de su estupidez, o por virtud de ella... el caso es que me divirtió enormemente, aunque no la recomendaría a nadie sin suficiente experiencia en el manejo de este tóxico (ahem) material fílmico.

Pensándolo bien, Silent Venom no es una película que pueda "recomendarse". Pero sí sugerirse oblicuamente como alternativa a algún tipo de tortura (como agujas calientes en las uñas, o la película de Hannah Montana). Entonces, sólo queda advertir: estudiosos del cine "B", procedan con precaución; audiencias casuales, mejor ni se acerquen. Las serpientes son el menor de los peligros.
Calificación: 4