Cine Clásico: Equinox (1967, 1970)

A mediados del siglo veinte los fanáticos del cine se enfocaban generalmente en los actores y actrices, que eran vistos como motor absoluto de la industria. Pero conforme se extendió el gusto por el arte cinematográfico, surgió también la curiosidad por conocer el proceso detrás de su creación... en otras palabras, ese fue el nacimiento del "film geek", más interesado en el aspecto técnico y creativo del cine que en las simples caras bonitas y robustos héroes de la pantalla. Y dentro de ese particular nicho destacó de inmediato el sub-grupo de aficionados al cine fantástico pues, más que cualquier otro género, ofrece amplio material para examinar minuciosamente, desde las interesantes ideas que lo respaldan, hasta los fascinantes efectos especiales que despertaron la imaginación del público, como décadas atrás lo hizo la provocativa prosa de Poe, Lovecraft, Bradbury o Heinlein.

El principal foro de esos aficionados fueron las revistas amateur donde se comentaban aquellos "misteriosos" aspectos del cine. Y es imposible negar que la publicación más significativa e influyente fue Famous Monsters of Filmland, creada por el recientemente fallecido Forrest J Ackerman, quien contó entre sus lectores a gente como Stephen King, Joe Dante, Sam Raimi, John Landis, Frank Darabont, George A. Romero... en pocas palabras, casi todos los titanes que dieron forma al género fantástico moderno. Pero, más importante aún, Famous Monsters reconoció por primera vez la labor de los artistas de efectos especiales, presentándolos como estrellas por derecho propio. Esta labor fue continuada en revistas especializadas como Starlog, CineMagic, Film Amateur y Fangoria, donde se revelaron los secretos de artesanos desconocidos hasta entonces, pero que gracias a la difusión de su trabajo y técnicas, eventualmente se convirtieron en leyendas: Willis O'Brien, Ray Harryhausen, Dick Smith, Tom Savini, Rick Baker, Rob Bottin... la lista es inmensa.

Lo cual nos lleva a Equinox, una humilde cinta de terror realizada en 1967 por un grupo de entusiastas adolescentes auto-didactas que, tras estudiar las técnicas de los mencionados O'Brien y Harryhausen en Famous Monsters, tuvieron la audacia de filmar con escasos recursos pero abundante imaginación una película repleta de primitivos efectos especiales como aderezo de una historia densa y muy entretenida. No lo sabían en ese momento, pero su influencia en el cine fantástico de las siguientes décadas sería tan profunda como la que tuvo Famous Monsters en el ambiente editorial.

Equinox comienza con un aterrado joven que es atropellado mientras huye de alguna amenaza oculta en el bosque. Un año después lo encontramos en el hospital, recuperado de sus heridas físicas, pero en un estado catatónico. La posterior investigación policíaca del accidente revela varios cadáveres en el bosque cercano, y cuando un psiquiatra interroga al sobreviviente, comienza el extenso "flashback" que nos revela los horripilantes eventos que lo llevaron a esa fuga mental.

Todo empezó con el inocente "picnic" que los estudiantes David (Edward Connell), Susan (Barbara Hewitt), Jim (Frank Bonner) y Vicki (Robin Christopher) planearon como parte de una visita académica a la casa del Profesor Watermann (Fritz Leiber - sí, el escritor), quien investiga extraños fenómenos en su aislada cabaña. El picnic se interrumple cuando los jóvenes escuchan una demoníaca carcajada proveniente de una caverna, y deciden explorar. Ahí encuentran un antiguo libro de olor sulfuroso, lleno de extraña simbología pagana. Intrigados, los jóvenes examinan el extraño volumen, descubriendo notas del Profesor Watermann... ¡quien súbitamente aparece y les arrebata el libro! Entonces, tras una breve persecución, el Profesor muere al caer sobre una roca; y la posterior desaparición del cadáver es apenas la primera manifestación de terroríficos eventos sobrenaturales desatados por el libro... y por las entidades trans-dimensionales que también buscan poseerlo...

Entre los entre los jóvenes auto-didactas que realizaron Equinox encontramos a Dennis Muren, Jim Danforth y David Allen, hoy conocidos como genios de efectos especiales cuyo trabajo ha ganado premios por películas como Star Wars, Jurassic Park y Laserblast. Y aunque es un placer ver los rudimentarios inicios de sus legendarias carreras (desde los caseros compuestos ópticos hasta la tosca animación en "stop motion"), creo que la película vale la pena también por su inusual historia. Quizás sea el momento de aclarar que este artículo se refiere a la versión de Equinox re-editada en 1970 por el productor Jack H. Harris (cuya asesoría también moldeó la temprana carrera de John Landis y John Carpenter). Usualmente me molestaría la alteración de una obra artística, pero no puedo negar que la versión de Harris enfoca mejor la historia, haciéndola más accesible que en su forma original (la cual usaba el aparatoso título The Equinox - A Journey Into the Supernatural).

Cierto, el libreto de Equinox no ganó (ni ganará) premios por su profundidad o estilo, pero divierte con su extensa colección de clichés satánicos, conceptos lovecraftianos y fantasía medieval... en resumen, un pastiche de la literatura fantástica que inspiró a estos jóvenes cineastas en su valiente proyecto fílmico. Por lo demás, la película tiene todas las fallas del cine amateur... la cinematografía es bastante irregular (y no me refiero a los efectos especiales), el deficiente sonido fue obviamente re-grabado en estudio, y los actores “adolescentes” parecen andar por los treinta años... pero encajan bien en sus papeles, y muestran genuino entusiasmo durante las extensas escenas de diálogos que hubieran hundido cualquier otra película por su falta de dinamismo. En cuanto a los mencionados defectos, se pueden disculpar fácilmente en vista del excelente lenguaje cinematográfico empleado por los neófitos cineastas. Quizás copiaron los conceptos, encuadres y técnicas de sus ídolos, pero resulta notable la consistencia y balance entre la trama y las imágenes. Independientemente de la calidad real de la película, es innegable el talento de sus creadores. Y, por cierto, las actrices son encantadoras, con esa inocente sensualidad que marcó la transición del cine juvenil de los sesentas a los más "sofisticados" setentas.

Aunque estuvo “extraviada” durante varias décadas, creo que Equinox es una piedra puntal del cine fantástico contemporáneo, cuya influencia (y la de sus realizadores) podemos notar hoy en la obra de Sam Raimi, Tobe Hooper, Joe Dante, Steven Spielberg... e incluso Michael Bay. En el otro extremo del espectro fílmico podemos considerarla como directa predecesora de la moderna ola de películas semi-profesionales realizadas independientemente con pocos recursos y mucho entusiasmo (aunque dudoso talento). Entonces no deberíamos juzgar Equinox por su modesta manufactura y obvias limitaciones técnicas, sino por su considerable importancia histórica... y por haber establecido que no hace falta la ayuda de grandes estudios para plasmar en la pantalla la fantasía de sus incipientes realizadores, siempre y cuando cuenten con el impulso y energía para poner manos a la obra... y un poco de la inspiración ofrecida por Famous Monsters of Filmland o su distinguida descendencia. No cabe duda que el legado del Dr. Acula perdura hasta nuestros días.
Calificación: 10