La Cruda Verdad (The Ugly Truth)

No tenía particulares deseos de ver otra comedia romántica con atractivos protagonistas que se odian al principio para después enamorarse, antes de que algún artificial obstáculo se interponga en el camino de su felicidad. Sin embargo el subversivo tono que prometía La Cruda Verdad y su agradable elenco secundario facilitó la decisión y me arriesgué a verla. El resultado, para variar, fue bastante previsible, aunque reí lo suficiente para darle una tenue recomendación, acompañada por la advertencia de que su excesiva vulgaridad podría hacerla desagradable para parejas que simplemente buscan otra inofensiva comedia romántica de blanda manufactura e insípido mensaje.

Por lo demás, el argumento sigue la ruta esperada: Mike Chadway (Gerard Butler) es el procaz conductor de un áspero programa televisivo donde supuestamente revela la "cruda verdad" sobre lo que buscan los hombres en una relación (sexo); y Abby (Katherine Heigl) es la seria y recatada ejecutiva que se encuentra con la inesperada labor de producir tal programa. Obviamente sus opuestas sensibilidades provocan enemistad instantánea; pero cuando Mike empieza a darle consejos a Abby sobre cómo atrapar al hombre de sus sueños, empieza a desarrollarse una amistad... que podría convertirse en algo más.

Admito que me gustó la cínica premisa de La Cruda Verdad, y me hicieron reír algunas de las inapropiadas diatribas anti-feministas de Mike (aunque no esté necesariamente de acuerdo con ellas). Pero a fin de cuentas esos irreverentes detalles no bastaron para ocultar la cansada fórmula que eventualmente adopta la película, abrazando los clichés que pretendía repudiar al principio. Pero bueno... después de todo debo agradecer que el humor se desvíe momentáneamente del inocuo estándar aceptado por el género.

Como frecuentemente me ocurre, encontré consuelo temporal en el notable elenco de hábiles comediantes que rodean a los protagonistas. No tienen suficiente tiempo para lucir su talento, pero al menos sonreí con las breves apariciones de Bree Turner, Cheryl Hines, John Michael Higgins, Bonnie Somerville, Nate Corddry y Vicki Lewis... nombres poco conocidos detrás de rostros muy familiares por su frecuente aparición en sitcoms y otras películas, casi siempre relegados a ingratos papeles de "asistente neurótico", "mejor amiga", "vecino indiscreto" y demás personajes periféricos con mayor potencial cómico que los "divertidos" conflictos de la pareja principal.

Francamente no hay más que decir... La Cruda Verdad es una película cuya inusual postura hacia la "guerra de los sexos" parece prometer una alternativa distinta y original a la típica comedia romántica. Pero la "cruda verdad" es que no tiene el valor de seguir su propia premisa, y para los últimos treinta minutos podemos esperar el regreso de la empalagosa y rancia receta que se ha usado desde la literatura pastoral y obras teatrales de Robert Greene y Shakespeare hace cuatrocientos años (pero con más referencias al sexo oral). Al menos el director Robert Luketic (con vasta experiencia en el género) mantiene el ritmo ágil y la atmósfera casual para balancear la vulgaridad de los diálogos y hacer más accesibles las confrontaciones de los protagonistas. Como dije: reí un poco y no me aburrió, pero me decepcionó su falta de convicción y audacia; sin embargo ¿qué otra cosa podía esperar? Después de todo está escrita por tres mujeres (¡zing!).
Calificación: 6