Watchmen: Los Vigilantes (Watchmen)

Como fiel lector de comics, tengo en el más elevado pedestal al libro (o "novela gráfica") Watchmen, escrito por Alan Moore y dibujado por Dave Gibbons, el cual pertenece a la sagrada trinidad (junto con The Dark Knight Returns y Marvels) que marcó la madurez del arte secuencial, y lo transformó en un válido y respetado medio para contar historias que pueden llegar más allá de las fáciles fantasías juveniles representadas por la transparente batalla entre superhéroes y super-villanos. Watchmen no sólo logró contar una fascinante historia repleta de coloridos y realistas personajes, sino que funcionó al mismo tiempo como un inmisericorde análisis y desmitificación del arquetipo súper-heroico, cuestionando su incuestionable virtuosidad, poniendo en duda su motivación e incluso criticando a los fanáticos mismos de tal género. Sin embargo, una parte del público decidió ignorar tan solemnes propósitos para simplemente quedarse en el más obvio nivel de la electrizante aventura, la gráfica violencia y torcida sexualidad de los personajes, ignorando el trasfondo intelectual de la novela, cuyo éxito provocó la llegada (quizás accidentalmente) de dos décadas de anti-héroes oscuros y siniestros, largos en violencia pero cortos en ideas.

Ese era uno de las principales temores que los fans de Watchmen teníamos sobre la largamente planeada adaptación fílmica de esta profunda y tremendamente rica novela: que algún director mediocre tomara la forma pero ignorara el fondo. Por eso me alegra decir que, en manos del (hasta ahora) semi-infalible Zack Snyder, la película conserva al menos un poco de ese trasfondo psicológico, que basta para establecer de manera adecuada los variados temas y argumento presentados en el libro. No es perfecta, pero creo que es tan buena como podía ser.

En el mundo de Watchmen, la historia se desarrolló por tangentes alternativas a la que conocemos; en ella, los héroes enmascarados fueron una realidad desde la década de los treintas, cuando un grupo de ex-policías, luchadores y atlética gente común se puso disfraces para ocultar su identidad y combatir el crimen. Nadie tenía realmente "super-poderes", y sus aventuras eran vistas como inofensivos actos de excéntricos benefactores. Pero en la década de los sesentas la comunidad de "vigilantes" experimentó un cambio fundamental con la llegada del Dr. Manhattan (Billy Crudup), un genuino superhombre creado en un accidente atómico, cuyos asombrosos poderes sobre energía y materia cambiaron el balance de poder en el mundo entero, garantizando la paz por medio de su poderío táctico. Pero veinte años después, en 1985, el sicótico ex-vigilante Rorschach (Jackie Earle Haley), junto con su ex-socio Búho Nocturno (Patrick Wilson) y Silk Spectre (Malin Akerman), descubren una conspiración para neutralizar a Manhattan, terminando así con la ventaja táctica de los Estados Unidos, y renovando la amenaza de una guerra nuclear con la Unión Soviética...

Esa breve sinopsis apenas revela el laberinto narrativo de Watchmen, que incluye visitas a varios períodos históricos en los que vemos los albores del moderno héroe enmascarado, así como los orígenes de los distintos vigilantes cuyas interconectadas historias pintan un revelador retrato de la sociedad norteamericana, del balance de poder entre las superpotencias mundiales; e incluso de la misma naturaleza humana, cuyos vicios y virtudes podrían ser su ruina o su salvación. Los guionistas David Hayter y Alex Tse realizaron un fenomenal trabajo comprimiendo la compleja novela en un denso libreto que no siempre fluye de manera natural, pero que al menos mantiene coherencia a través de sus múltiples digresiones, flashbacks y arbitrarios cambios de perspectiva. Es un gran logro que Watchmen no aburra durante sus dos horas y media de duración, gracias a la enorme cantidad de información que transmite; aunque, siendo honestos, es probable que algunas personas consideren eso como una abrumadora falla que satura rápidamente al espectador e impide asimilar los detalles más sutiles e interesantes de la trama. En cuanto a la fidelidad de la película respecto a su versión literaria, es más que adecuada. Cierto, hay abundantes cambios y omisiones, pero resultan perfectamente justificados, incluyendo la controversial alteración del final, que me pareció ingenioso y un poco más "realista" que la extravagante conclusión original. Habiendo dicho eso, será un placer para los fanáticos de la novela ver incontables detalles fielmente reflejados, desde abstractos elementos como la composición de cuadros, hasta traviesas referencias y homenajes (como la mención a la serie de televisión The Outer Limits y la casi invisible referencia a Tales of the Black Freighter).

No obstante, como dije al principio, lo más importante es que detrás del asombroso espectáculo visual, la cruda violencia y el bizantino argumento, Snyder conserva una buena parte del mensaje que Moore manifestó en su potente libro. Sería irreal pedir igual profundidad y ambición dramática... pero el simple hecho de que no se haya extirpado completamente (como ocurrió en el re-make que Snyder hizo de la clásica Dawn of the Dead) es digno de aplauso. Por lo demás, la dirección se siente más madura que en 300 (adaptación de otro comic muy entretenido, pero a fin de cuentas hueco), con sobrio uso de trucos de cámara para enfatizar el drama, y no para suplantarlo. El trabajo de los actores es irregular pero funcional, como ocurre frecuentemente en ensambles numerosos. La obvia estrella es Jackie Earle Haley como Rorschach, aunque su rugosa narración se siente un poco forzada y no encaja bien con su paranoico "alter ego". Patrick Wilson es adecuado como Dan Dreiberg/Búho Nocturno, un vigilante fundamentado en la razón y la ciencia, que resulta menos creíble en sus batallas y proezas físicas. Malin Akerman resulta atractiva pero insípida como Silk Spectre; honestamente me hubiera gustado que se invirtieran los papeles para tener a Carla Gugino en este rol (en vez de ser la madre de Akerman), pues la considero una actriz más sólida con buena presencia física y habilidad para vender tanto los momentos emocionales como las acrobacias de la heroína. No obstante, en defensa de Akerman puedo señalar que su personaje fue el más castigado por el libreto, resultando en una debilidad dramática que resta peso a su historia, incluyendo una importante revelación al final que debería ser impactante en vez de sólo parecer una curiosidad. Finalmente, cuestiono la decisión de representar al Dr. Manhattan por medios digitales. Su apariencia es fantástica, y sugiere enorme poder de casi bíblica intensidad, pero su sintética actuación no logra transmitir las emociones que requiere el personaje. Comprendo que gran parte de su personalidad debe reflejar el frío raciocinio de un dios, y su casi total carencia de sentimientos humanos... pero eso no se logra con un rostro digital inexpresivo, sino con una cara humana llena de esas pequeñas sutilezas que transmiten más información que todos sus diálogos.

Para bien o para mal los previos párrafos reflejan la opinión de alguien que ha leído Watchmen al menos diez veces. Me gustaría poder tener una perspectiva más "limpia" sobre el material filmado; no obstante, estimo muy posible que el público "virgen", que desconozca la versión impresa de la historia, podrá encontrar la película algo obtusa pero con abundante material para digerir y hacer más satisfactoria la experiencia. A fin de cuentas, nunca sabremos si Watchmen hubiera funcionado mejor como una miniserie de 10 horas (como alguna vez planeó Terry Gilliam), pero dentro de lo que cabe esta versión fílmica fue más fiel de lo que yo esperaba, más profunda y mucho más entretenida de lo que sugieren sus dos horas y media de duración. No la llamaría el triunfo definitivo de Zack Snyder, pero sí una muy decente labor que no traiciona el espíritu del libro ni las expectativas de los fans. En pocas palabras, yo la pondría al mismo nivel que The Dark Knight, aunque comprendo que no ofrecerá el mismo atractivo para el espectador casual. Watchmen pudo ser un auténtico desastre que para siempre hubiera manchado la memoria de la novela, y considero casi un milagro que no haya sido así. Entonces la recomiendo en parte por lo que logró, y en parte por lo que evitó ser. Ahora sólo falta esperar que alguien se atreva a hacer lo mismo con las mencionadas The Dark Knight Returns o Marvels... aunque dudo que corran con tanta suerte.
Calificación: 9