La Tierra Perdida (Land of the Lost)

La obra televisiva de los legendarios productores Sid y Marty Krofft (H.R. Pufnstuf, The Bugaloos, Sigmund and the Sea Monsters, Electra Woman and Dyna Girl) fue más o menos popular entre personas de mi generación (esto es, niños de los setentas), pero lamento decir que nunca fui particular fan de esos anárquicos y coloridos programas. Incluso su más famosa obra, Land of the Lost, me parecía un ambicioso pero fallido compuesto de burdas historias infantiles y serios temas de ciencia ficción que rara vez se combinaron exitosamente. Sin embargo recuerdo con cierto cariño los escenarios de cartón, la tosca animación realizada en "stop motion" y desde luego el diseño de los legendarios sleestaks. Por eso mi expectativa sobre esta moderna adaptación cinematográfica (segunda resurrección de la franquicia si contamos su fugaz re-make televisivo a principios de los noventas) era bastante baja, incluso con los costosos y elaborados efectos especiales que esta vez adornaron la historia.

Si la premisa del programa original parecía vaga y absurda, la película La Tierra Perdida resulta francamente idiota: el Profesor Rick Marshall (Will Ferrell) tiene avanzadas (o ridículas) teorías sobre portales temporales y dimensiones paralelas como solución de los problemas energéticos del mundo. Sin embargo nadie cree en sus estudios, hasta que la guapa geóloga británica Holly Cantrell (Anna Friel) lo anima a probar su acelerador de taquiones (el cual tiene la función secundaria de tocar canciones de "A Chorus Line", un chiste recurrente que se vuelve más tedioso con cada repetición). Como resultado del experimento, Rick, Holly y el ignorante guía Will (Danny McBride) quedan atrapados en una dimensión paralela, habitada por dinosaurios, amplias muestras de arquitectura terrestre... y una raza de reptiles con el oculto propósito de invadir la Tierra. Entonces el trío de incautos exploradores, con la ayuda del rijoso primate Chaka (Jorma Taccone) deberán sobrevivir las amenazas de la Tierra Perdida y evitar que nuestro planeta sea colonizado por monstruos transdimensionales.

Partiendo de una torpe serie televisiva, los productores de esta película debieron considerar dos alternativas: realizar una genuina modernización que tomara en serio las ideas que propuso la original... o salir del paso con una perezosa y mediocre adaptación cómica que prácticamente se escribe sola y no requiere el menor esfuerzo intelectual para su estructuración y resolución. La elección es obvia y desde luego está respaldada por la eterna excusa de "no hace falta que sea buena, porque es una película para niños".

Pero, ¿es para niños? A pesar de mis quejas admito haber reído en un buen número de ocasiones, particularmente por el adulto humor que Ferrell y el hilarante Danny McBride aportan a la historia. Y no son los únicos; Chaka tiene una curiosa propensión a tocar los pechos de Holly (no lo culpo); vemos sleestaks sexualmente activos; y hay una graciosa escena psicodélica acompañada por la canción All Along the Watchtower. Repito, me hicieron reír, pero al mismo tiempo me pareció extraña su inclusión en una película específicamente dirigida al público infantil. En fin, si llevan a sus hijos o sobrinos prepárense a explicar por qué Chaka y Rick quieren besarse.

Hablando de pseudo-bestialismo, también debo mencionar el excelente diseño de producción de la película, desde los surrealistas escenarios concebidos por el genial Bo Welch (en particular me gustó el motel bajo las tres lunas) hasta las criaturas diseñadas por el legendario “Crash” McCreery, nada realistas pero dinámicas y con desbordante personalidad. También aprecié la música incidental de Michael Giacchino, acompañando la sutil banda sonora con buenas referencias a la serie televisiva. Sin embargo nada de eso compensa la decepción del excesivamente simple libreto, carente de imaginación, suspenso o la más básica consistencia. Quizás su inherente ineptitud sea parte del chiste; en todo caso debió ser más gracioso, o doblemente estúpido para que no quedara duda de su intención humorística. Entonces, creo que puedo darle una renuente recomendación a La Tierra Perdida, pero no como cinta infantil, sino como una inesperadamente subversiva comedia para adolescentes y adultos que no busquen ciencia o sustancia. A menos que la sustancia sea orina de dinosaurio.
Calificación: 6.5