Fuerza G (G-Force)

Acepté someterme a la tortura de Fuerza G y su irritante doblaje al español (por no mencionar al ruidoso público infantil) porque me impresionó la técnica de animación mostrada en los cortos; y también porque me gusta el cine en 3D, que sinceramente considero el futuro del entretenimiento visual. En ambos aspectos la película cumplió con creces mis expectativas. En todo lo demás, sin embargo, fue un rotundo fracaso por su absoluta falta de ingenio, sustancia o genuino humor que no descanse en clichés caricaturescos ni añejas rutinas de sitcom.

La "trama" sigue a un equipo de inteligentes y parlantes conejillos de Indias (y otros animales, como un topo, un hámster y una mosca), entrenados como espías y agentes especiales del gobierno norteamericano. Pero súbitamente se cancela el proyecto, y los animalitos terminan en una tienda de mascotas. Entonces tendrán que usar todo su ingenio para escapar y salvar al mundo de un siniestro millonario que pretende esclavizar a la humanidad con ayuda de aparatos electrodomésticos.

Estimo que Fuerza G surgió de la "creativa" mente de un ejecutivo tratando de "re-imaginar" a los simpáticos pingüinos para-militares de Madagascar. Para evitar infracciones de derechos de autor, este hipotético papanatas buscó otro animal cuyo encanto y ternura natural resultara graciosamente incongruente con un comportamiento heroico y organizado: conejillos de indias. Perfecto. Sólo hizo falta añadir una genérica banda sonora de recientes éxitos "pop", un par de comediantes para interpretar los papeles humanos, algunos actores de voz con cierta fama para poner sus nombres en el póster, y contratar a un legendario supervisor de efectos especiales como director, para garantizar la calidad de la animación y su viabilidad en otros "ventanas de monetización". En otras palabras, típica estrategia de Disney, expertos en vender productos comerciales, pero ineptos en la creación de historias interesantes.

No quiero hablar más de los antipáticos personajes llenos de "actitud", ni del desperdiciado elenco humano (¡lograr que Bill Nighy parezca aburrido no es cosa fácil!), ni de las "emocionantes" escenas de acción. Pero lo que debo mencionar son los absolutamente asombrosos efectos especiales. La animación de los animales es impecable; su integración a los escenarios reales sobrepasa cualquier cosa que he visto hasta el momento (con la posible excepción de Transformers 2... que, por cierto, tiene algunas escenas muy similares a las de esta película), y la simulación de pelo me dejó boquiabierto. El director Hoyt Yeatman es uno de esos artesanos de efectos especiales que son leyendas en el medio pero desconocidos por el público en general. Su excepcional trabajo comenzó en la prehistórica era de la composición óptica como asistente de fotografía (en películas como E.T., Blade Runner y The Adventures of Buckaroo Banzai Across the Eighth Dimension) y evolucionó hasta supervisor de efectos visuales en joyas menospreciadas como The Fly, The Blob y Mighty Joe Young, donde mostró su hábil asimilación de las herramientas digitales que reemplazaron en gran medida las técnicas de la "vieja escuela". Su trabajo (y el del estudio Sony Pictures ImageWorks) en Fuerza-G es fantástico... y doblemente deprimente por adornar una película tan patéticamente mala. Pero aún así confío en que tenga éxito económico, para que Yeatman encuentre nuevas oportunidades de aplicar su considerable talento en mejor material. O tal vez es un pésimo director... la verdad es imposible determinarlo en un proyecto realizado por comités corporativos, como ocurre en la vasta mayoría de las películas producidas por Disney.

Entonces, para aficionados (o profesionales) de los efectos visuales, Fuerza-G es una experiencia obligatoria. Bloqueen de su mente los diálogos, música y trama, y disfruten la asombrosa técnica. Supongo que los niños podrán pasar un rato medianamente entretenido con la caótica acción y los frenéticos personajes; sin embargo hay muy superiores películas de acción infantil que ofrecen algo más que huecos mensajes de superación personal y chistes escatológicos (entre mis favoritas están Sky High, The Incredibles y la primera Spy Kids). Pero si los padres no tienen más remedio que soportarla, definitivamente sugiero la versión en 3D. No mejora la película en sí misma, pero al menos hay más elementos que nos distraen de sus abundantes horrores.
Calificación: 3