Elsewhere

Vi la película Elsewhere con cierto recelo, pues ya he soportado demasiados thrillers juveniles carentes de suspenso o ingenio, confiados en que un hipócrita barniz "independiente" bastará para distraernos de los mismos previsibles clichés empleados por el cine comercial. Pero aún más irritantes son los que ni siquiera aspiran a eso, y terminan como material de relleno en la programación diurna de algún blando canal familiar. Elsewhere apenas se salva de ese destino, pues resultó un poco mejor de lo que esperaba; no exenta de fallas pero con un funcional misterio, buenos actores y precisa dirección.

Después de unos largos y sobre-diseñados "tecno-créditos" conocemos a Sarah (Anna Kendrick) y Jillian (Tania Raymonde), jóvenes adolescentes que son íntimas amigas aunque no podrían ser más diferentes. Sarah es una recatada y sensata chica, con un cálido hogar y amplio potencial futuro. Por el contrario, la disfuncional vida familiar de Jillian le ha dejado una larga lista de vicios y una sórdida colección de "ciber-amigos" reclutados en sitios sociales de Internet con énfasis en exóticos fetiches sexuales. Por eso cuando Jillian desaparece durante una cita con un misterioso admirador secreto, Sarah se da a la tarea de buscarla, pues la policía y los adultos del pequeño pueblo no están interesados en investigar la repentina ausencia de una muchacha con "mala reputación". Entonces, con ayuda de un tímido pero inteligente joven (que, por cierto, está enamorado de ella), Sarah emplea todos los recursos a su alcance en una búsqueda que la llevará a los más oscuros rincones de la aparentemente limpia e inocente comunidad.

Ese argumento suena como una moderna y juvenil versión de Blue Velvet. Sobra decir que Elsewhere no alcanza tales niveles (ni siquiera aspira a ellos), pero como cine desechable logra mantener el interés gracias a las competentes actuaciones de las protagonistas y la concisa dirección del ex-cinematógrafo Nathan Hope, quien sabiamente evita los clásicos trucos de edición tan frecuentes en el thriller moderno. Como guionista, el mismo Hope trata de ofuscarnos con pistas falsas y huecas sospechas que no engañan a nadie y sólo alargan la película. Sin embargo, la cinta cobra vida ocasionalmente, sobre todo cuando la atención se centra en la relación de las dos jóvenes, realista y emotiva sin necesidad de forzar situaciones o exagerar su curiosa co-dependencia. Lo cual nos lleva a Anna Kendrick, más conocida por su aparición en la popular cinta Twilight, donde claramente no tuvo oportunidad de lucir su genuino talento. Su papel en Elsewhere está mediocremente escrito, pero el desempeño de la actriz y su sólida presencia bastan para inyectar energía en la trama, que muchas veces hace falta para sacar a flote abundantes escenas de estática "investigación cibernética" frente a una computadora. Creo que el editor pudo ahorrarnos muchos minutos de tales escenas, cuya lentitud frena la película y dispersa el tenue foco narrativo que la impulsa. Por su parte, Tania Raymond (Alex en Lost) tiene el más corto papel de la rebelde Jillian y, aunque quizás abusa un poco del drama, su química con Kendrick es muy buena, resolviendo sin necesidad de explicaciones la obvia pregunta de por qué son amigas dos muchachas tan distintas entre sí.

Supongo que Elsewhere podría funcionar como una didáctica lección sobre los peligros que aguardan en Internet a los adolescentes incautos, pero ese particular mensaje está tan gastado que sólo causa exasperación; por eso prefiero verla como una mediana cinta de suspenso que afortunadamente no incluye a un ex-policía alcohólico con problemas familiares, o un siniestro niño inexpresivo. Cierto, el argumento de "joven desaparecida" tampoco es muy novedoso, pero basta como sustento de esta película, que puedo recomendar como un aceptable (aunque ocasionalmente monótono) pasatiempo para una noche de insomnio, o una perezosa tarde de domingo casero. En resumen, Elsewhere es un relato para audiencias que ya dejaron atrás los misterios de Nancy Drew, pero que aún están demasiado jóvenes para asimilar las aberraciones de Bret Easton Ellis. Un nicho válido, pero viable.
Calificación: 6.5