domingo, 10 de julio de 2011

Al Otro Lado del Corazón (Rabbit Hole)

Confieso que no tenía mucho interés en ver Al Otro Lado del Corazón... ¿otro drama sobre una pareja que pierde a su hijo? ¿No hemos tenido ya bastante de ese cliché en años recientes? Obviamente no pretendo menospreciar la horrible tragedia de perder un hijo; simplemente estoy cansado de tantas cintas "serias" que usan esa desgracia como un atajo fácil para generar "drama instantáneo" y dejar que los actores se encarguen de aportar el apropiado llanto y sufrimiento para eventualmente ser nominados a algún premio de actuación. En cierto modo ese nivel de explotación me parece más ofensivo e indecente que cualquier barata cinta de porno-tortura. Pero bueno; después de todo Al Otro Lado del Corazón tiene actores muy buenos... y un director bastante inusual para este tipo de material, así que terminó ganándome la curiosidad. Por suerte mis prejuicios resultaron solo parcialmente ciertos, pues la película resultó ser un intenso drama (como esperaba), pero con un tono inusual que no busca dejarnos deprimidos sino genuinamente inspirados, a pesar de la desdicha que sufren los personajes.

Basada en una obra teatral, Al Otro Lado del Corazón examina la relación entre Becca y Howie (Nicole Kidman y Aaron Eckhart, respectivamente), un matrimonio acomodado que perdió a su pequeño hijo hace ocho meses. El dolor inicial fue devastador, pero ya está pasando, y la pareja intenta gradualmente recuperar su rutina y retomar los aspectos de su vida que abandonaron después de la tragedia. Sin embargo la dinámica entre ambos parece haber cambiado, y cada quien a su manera deberá encontrar un nuevo balance marital para reemplazar al que perdieron junto con el niño. El problema es que la búsqueda podría terminar por separarlos, en vez de restaurar su afecto.

El director John Cameron Mitchell ganó fama en círculos artísticos por sus audaces y divertidas películas Hedgwig: The Angry Inch y Shortbus. Supongo que algunas personas las llamarían "grotescas" y "escandalosas" pero a mi me gustaron, pues si uno logra ver más allá del sexo gráfico (en el caso de Shortbus) y humor andrógino (en el caso de Hedgwig), encontrará historias interesantes y personajes genuinos, cuyos estilos de vida "alternativos" no impiden reconocer su humanidad y el realismo de sus emociones. Ahora Mitchell intenta lograr algo similarmente profundo con una narrativa mucho más convencional, y el resultado me pareció razonablemente bueno, en cierto nivel triste, pero con una inesperada veta de humor que funciona como reconfortante respaldo de drama marital.

Además de la sobria sensibilidad de Mitchell para contar esta historia en sus propios términos, también merece crédito el dramaturgo David Lindsay-Abaire, quien adaptó a cine su propia obra teatral manteniendo una atmósfera íntima y literaria, sin perder las oportunidades que ofrece el medio cinematográfico para ampliar la historia y hacerla más atractiva. El ritmo también se siente reposado y teatral, sin prisas de explicar a cada paso lo que está ocurriendo, con la confianza de que el espectador descubrirá orgánicamente la evolución de los personajes. Y no solo me refiero a los esposos, sino a los actores secundarios (incluyendo al perro Taz), que contribuyen en diversas maneras a la “recuperación” de la pareja. Pero la actuación del perro palidece frente al extraordinario trabajo de Aaron Eckhart y Nicole Kidman. De Eckhart no esperaba menos, pues su especialidad es justamente interpretar hombres vulnerables, a veces víctimas de sus propios sentimientos. Sin embargo Kidman ha tenido algunos tropiezos en años recientes, participando en películas que explotaron su categoría de "estrella de cine" y desperdiciaron su bien conocido talento. Afortunadamente Al Otro Lado del Corazón nos recuerda el calibre de aquel talento, con una actuación tan creíble y sincera como no había visto a Kidman desde hace media década. Ojalá su filmografía futura continúe por el mismo camino, pues creo tiene mucho que ofrecer en esta etapa más madura de su carrera como actriz.

Después de tantos halagos añadiré que, a fin de cuentas, Al Otro Lado del Corazón sigue siendo OTRO repetitivo drama sobre una pareja que trata de superar la pérdida de su hijo. El argumento, la dirección y las actuaciones la convierten en una de las mejores muestras del género, pero a fin de cuentas no ofrece algo significativamente distinto o innovador respecto a lo que lograron cintas como 21 Grams, Reservation Road, La Stanza del Figlio, o incluso Ordinary People. Entonces, cada quién sabrá si suena atractiva la idea de pasar hora y media en el cine compartiendo el duelo de un matrimonio, por optimista y positivo que sea el mensaje final de la película. A mi me pareció una experiencia satisfactoria y hasta catártica; muy bien actuada, dinámicamente dirigida y con un cálido estilo visual; pero me dejó con deseos de que hubiera tenido más “historia” o ingenio narrativo. Quizás debieron profundizar un poco más en el asunto de los universos paralelos...
Calificación: 8

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