sábado, 23 de julio de 2011

Camino a la Libertad (The Way Back)

En general me gustan las películas del director Peter Weir, aunque sin duda prefiero sus primeras obras, que en los setentas contribuyeron a forjar la "personalidad" del moderno cine australiano, y a darle difusión alrededor del mundo. En aquel entonces Weir poseía un estilo tan natural que parecía inexistente... etéreo y sutil, pero al mismo tiempo vigoroso e hipnótico. Ahora, casi cuarenta años después de obras tan icónicas como Picnic at Hanging Rock y The Last Wave, nos llega Camino a la Libertad, donde podemos apreciar la evolución de un cineasta maduro y seguro de su visión... aunque no exento de caer en cierta afectación y artificialidad que me impidió disfrutar por completo esta película, simple en su forma pero compleja en su narrativa.

La trama de Camino a la Libertad comienza en los albores de la Segunda Guerra Mundial, cuando Polonia fue invadida y todos sus disidentes terminaron enfrente de un pelotón de fusilamiento, o en la cárcel. Uno de esos "disidentes" es el joven Janusz (Jim Sturgess), cuyos graves crímenes de traición y espionaje (probablemente falsos) lo condenan a pasar veinte años en el "Gulag" siberiano, el legendario campo de trabajos forzados que, como explica uno de los guardias, no necesita rejas, pues la naturaleza misma es la prisión. Y es cierto; las bajísimas temperaturas y cegadoras tormentas de nieve significan una muerte segura para cualquier prisionero que intente escapar. Sin embargo, las condiciones de vida en la prisión son tan atroces que Janusz y su amigo Khabarov (Mark Strong) planean fugarse y caminar cientos de kilómetros hasta Mongolia, donde termina la influencia de Hitler y Stalin. El plan es tan audaz que bordea en la locura... y aún así se les unen otros cinco prisioneros, incluyendo al Sr. Smith (Ed Harris), un cínico norteamericano que tomó la mala decisión de mudarse a Rusia para escapar la depresión en América; Voss (Gustaf Skarsgard), un sacerdote con mucha experiencia en la vida silvestre; y Valka (Colin Farrell), desalmado criminal ruso a quien solo toleran porque tiene un cuchillo, el cual será indispensable para conseguir alimento durante el largo viaje. Y así comienza la marcha de los siete hombres, aunque podemos estar seguros de que no todos alcanzarán la preciada libertad...

Al parecer hay cierta polémica sobre la veracidad de esta historia, relatada originalmente en un libro escrito por Slavomir Rawicz que pretende estar basado en hechos reales. Pero la cinta nunca afirma ceñirse a la realidad; simplemente declara estar dedicada a los hombres que escaparon del Gulag, lo cual puede significar lo que uno quiera. Y, después de todo, siempre he opinado que el cine no es una clase de historia, así que no me interesa si la historia es verídica, siempre y cuando la película ofrezca una experiencia satisfactoria. En ese aspecto Weir se muestra tan diestro como siempre al crear una narrativa fluida e interesante, dividiendo su atención entre el conflicto interno y externo de los personajes. Auxiliado por un excelente elenco, el director no tiene dificultad para sumergirnos rápidamente en la historia y hacernos cómplices de la gran fuga, poniéndonos junto a los fugitivos en situaciones que nos invitan a cuestionar si tendríamos la misma fortaleza en circunstancias similares.

Jim Sturgess es el protagonista por default, pero su actuación es más bien pasiva, de modo que las fuertes presencias de Ed Harris y Colin Farrell terminan robándose la película. Sus personajes encarnan distintas facetas de la humanidad, lo cual se presta a algunas interesantes reflexiones sobre moralidad, supervivencia y el incierto balance entre bien y mal. La tardía adición de la joven Saoirse Ronan como otra fugitiva que se une a la marcha le da a la película un tono ligeramente distinto y añade un poco de energía, muy necesaria para impulsar la historia durante su hora final, cuando se estanca y se vuelve un tanto repetitiva. De hecho, creo que ese es el principal problema de Camino a la Libertad. Comprendo la necesidad (artística y técnica) de conducir esta historia con un ritmo reposado, para sentir el cansancio y gradual pérdida de esperanza que experimentaron los prisioneros. No estoy sugiriendo que Peter Weir debió meter más explosiones, o convertirla en película de acción para satisfacer la corta atención del público contemporáneo (incluyéndome). Simplemente digo que el libreto pudo encontrar un mejor balance interrumpiendo la monótona caminata con momentos de introspección que nos permitieran conocer mejor a los personajes; o al menos introducir escenas donde se revelaran los ingeniosos métodos que usaron para mantenerse vivos durante el crudo invierno ruso, encontrando alimento, previniendo la hipotermia, etc.

A fin de cuentas me gustó Camino a la Libertad y puedo recomendarla como una sólida película de un legendario cineasta que no trabaja muy seguido (esta es su tercera película en casi quince años), pero que conoce bien su oficio y sabe cómo conectar al público con sus personajes, incluso si están superficialmente escritos. Las actuaciones son buenas, en ese estilo minimalista que a veces puede resultar más intenso que los despliegues emocionales de un drama convencional. Y, como puede esperarse, la sobresaliente cinematografía casi nos hace sentir el paralizante frío de la estepa siberiana (bueno, en realidad se filmó en Bulgaria); lástima que algunas escenas estén obviamente creadas en estudio, lo cual rompe un poco la "realidad" de las locaciones. En resumen, hay que tomar en cuenta que estamos viendo una película acerca de una larga caminata, así que necesitaremos suficiente paciencia para disfrutar una historia interesante, a veces lenta, pero siempre inspiradora. En cierto modo me alegra que Weir se esté alejando de Hollywood... pero no lo criticaría si tomara prestados algunos trucos para hacer su narrativa más accesible. Como sea, Camino a la Libertad me hizo apreciar más el agua caliente en el baño, y el pan en la alacena. Nunca sabemos cuánto durarán esos privilegios.
Calificación: 7.5

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Pablo, algún día harás una crítica de una película porno?

Anónimo dijo...

Porno???? Jajaja, como shingados se criticaria algo asi???
La protagonista HoneySummers estaba muy buena, movia su trasero curvilineo sensualmente al ritmo de la gran virilidad de RockMetal...
Pero que estupidecesXD

Pablo.... Piensas citicar la de Paul (2011) o la de El Infierno (2010)?

Anónimo dijo...

Pablo:

1) ¿Cuál sería tu BOTTOM 10 de películas de la década del 2000?

2) ¿Qué calificación le darías a Quick Change y por qué?

3) ¿Cuál sería tu TOP 5 de películas latinoamericanas favoritas?


Saludos!

Pablo del Moral dijo...

Anónimo: Cuando logre terminar de ver una ;-) Saludos!

Anónimo 2: Ja, ja! Me gustaría escribir con ese estilo... pero creo que terminaría diciendo lo mismo siempre (un momento... ¡ya hago eso!) En cuanto a Paul, me interesa mucho, pero no se ha estrenado en mi país, así que tendré que esperar al DVD (que sale el próximo mes). Finalmente, creo que ya pasó mucho tiempo desde el estreno de El Infierno para que la crítica fuera relevante. Gracias y saludos!

Anónimo 3:
1.- Como mi cerebro tiende a bloquearlas, simplemente voy a listar 10 de las que más baja calificación tuvieron en Cinencanto: Analyze That, Envy, Paycheck, Material Girls, Because I Said So, Tomcats, Little Man, Glitter, National Security y White Chicks.
2.- 9, porque me hizo reír mucho.
3.- El Secreto de sus Ojos; Carancho; Todo el Poder; Hombre Mirando al Sudeste; y Crónicas.
Saludos!

Koolebra dijo...

¿A propósito de Peter Weir, qué calificación le pondrías a "Green Card"?

Anónimo dijo...

Koolebra: Pablo escribió lo siguiente sobre Green Card en el blog de Cinencanto: ""Green Card": 7 (amable comedia romántica con un ángulo más o menos innovador, pero no muy memorable)"


Saludos!

Pablo del Moral dijo...

Koolebra: Ya te respondió ANÓNIMO. Saludos!

ANÓNIMO: Como siempre, muchas gracias, y que tengas una excelente semana!