The Men Who Stare at Goats

Desde la adolescencia me fascina la literatura sobre conspiraciones (la cual se ha multiplicado geométricamente con la popularidad del Internet), y aunque no niego que me divierten todas esas absurdas teorías sobre OVNIs, imperios subterráneos y célebres magnicidios, encuentro mucho más interesantes aquellas que simplemente sacan a la luz hechos históricos tan descabellados que parecen ficción, pero que han sido verificados con razonable credibilidad. Entre tales eventos podría mencionar el programa MK-Ultra de la CIA (control mental y asesinos programados); el clásico operativo COINTELPRO (la "guerra contra los hippies"); y, desde luego, el Proyecto Stargate, con el que el ejército norteamericano exploró el uso militar de la percepción extrasensorial, y en particular una disciplina denominada "visión remota". La historia real (al menos por su descripción en libros como Psi Spies y Remote Viewers) es en igual medida emocionante, trágica y cómica, y parece perfecta para contarse en forma de película. Desafortunadamente The Men Who Stare at Goats falló en el intento, pues no supo encontrar el tono preciso de la narrativa, y terminó sintiéndose como un chiste malo e incompleto, cuya conclusión no acaba de llegar.

La trama se centra en Bob Wilton (Ewan McGregor), tenaz reportero en busca de noticias frescas durante la Guerra del Golfo Pérsico en Kuwait, donde accidentalmente conoce al paranoico Lyn Cassady (George Clooney), quien asegura ser parte de una división super-secreta de "Guerreros Jedi"... soldados con poderes psíquicos, entrenados por un gurú "new age" llamado Bill Django (Jeff Bridges), bajo las órdenes del progresista General Hopgood (Stephen Lang). Entonces, olfateando una fenomenal historia, Wilton decide seguir los pasos de Cassady hasta que ambos se ponen en contacto con Larry Hooper (Kevin Spacey), otro "guerrero Jedi" con ideas muy distintas a las de Django, las cuales podrían representar la aniquilación del programa psíquico del ejército... o una nueva interpretación de la guerra del futuro.

Para ser honestos, no tengo mucha fe en la "visión remota" y demás avances en "guerra psiquica" que consiguieron los miembros del Proyecto Stargate. Pero, desde el punto de vista social y político, creo que pudo contarse una historia mucho más interesante sobre esta exótica combinación de filosofía "new age" y agresiva mentalidad militar. Sin embargo, la decisión de simplificar The Man Who Stare at Goats y presentarla como una mala comedia eliminó en gran medida el misterio y asombro que pudo generar con la simple descripción del entrenamiento psíquico... y con el cuestionamiento del criterio gubernamental que tiene en sus manos las vidas de soldados y civiles en los más peligrosos momentos de la historia. En otras palabras... parecería que no ha habido mucho avance cultural desde que el Mago Merlín aconsejaba al Rey Arturo sobre estrategias militares y asuntos de estado.

Lo único rescatable en la película fue el sólido trabajo de los actores, quienes hicieron su mejor esfuerzo por mostrar la ambigüedad moral y dudosa estabilidad mental de los pintorescos personajes. En cualquier otra película me hubiera entusiasmado la presencia de Ewan McGregor, George Clooney, Kevin Spacey y Jeff Bridges; lástima que, bajo la dirección del casi novato Grant Heslov, la colaboración no cumplió lo que prometía. En papeles más cortos pero igualmente coloridos podemos apreciar a Stephen Lang, Robert Patrick, Stephen Root, Glenn Morshower, Nick Offerman... una larga la lista de excelentes actores de carácter que ciertamente ayudan a sostener sus tambaleantes escenas, aunque su talento se sienta desperdiciado en un libreto con pobre estructura, dudosa intención y, lo peor de todo, torpe comedia que rara vez hace reír.

The Men Who Stare at Goats me recordó la película The Informant!, pues ambas basaron sus libretos en "hechos reales" más bizarros e inverosímiles que cualquier relato imaginario. Y, de igual modo, las dos cometieron el error de forzar humor en su narrativa, diluyendo el impacto de la historia y sacrificando su potencial en aras de inexistentes carcajadas. Pero bueno... supongo que al menos debería estar agradecido de que por fin alguien realizó una película sobre este fascinante tema, y aunque pudo llegar más lejos en todos los sentidos, quizás The Men Who Stare at Goats sirva como punto de partida para que el público conozca uno de los más extraños pasajes de la historia moderna. Como siempre he dicho, si ya nos enteramos de esto... ¿cuántas otras cosas igualmente extrañas se conservan en secreto?
Calificación: 6