Siempre a Tu Lado (Hachiko: A Dog's Story)

Será más eficiente escribir sobre la película Siempre a Tu Lado separándola en dos distintos aspectos: por un lado la intención y mensaje de la historia que cuenta; y por otro, sus atributos como obra cinematográfica. Porque, más que con cualquier otra película, temo perder toda objetividad gracias a la combinación del tema canino y mi obvia predilección por los perros.

La historia se centra en la relación entre Parker Wilson (Richard Gere), afable profesor universitario, y su perro Hachiko (Forest, et al), a quien encuentra extraviado en una estación ferroviaria y lleva de inmediato a su casa, contra los deseos de su estricta pero bondadosa esposa Cate (Joan Allen). Y así florece el amor incondicional entre perro y humano, hasta que una tragedia los separa... pero la paciencia del animalito no conoce límites, y hará hasta lo imposible por conservar la lealtad por su amo.

El argumento está basado en un hecho real (adaptado previamente en una cinta japonesa de 1987), lo cual hace todavía más conmovedora esta historia de amistad y devoción animal. En ese aspecto me gustó porque vi reflejadas en el perro protagonista muchas actitudes y virtudes que he admirado en mis experiencias con mascotas a lo largo de mi vida. Y, claro, aunque Siempre a Tu Lado será mejor recibida por los amantes de los perros, me parecería imposible que no lograra sacar una o dos lágrimas hasta en audiencias casuales que no tengan particular afecto por la especie canina. O incluso en quienes prefieren los gatos (no los estoy juzgando).

Pasando a otro punto, debo añadir que sentí la película un tanto cansada. El mismo relato podría haberse contado en la mitad del tiempo sin perder un ápice del impacto emocional, lo cual de paso nos hubiera ahorrado muchas escenas redundantes con la familia del Prof. Wilson, que solo sirven para inflar la trama sin aportar sustancia (aunque acepto que me gustó ver a la guapa Sara Roemer como la hija del protagonista). Además, creo que hubiera sido mejor conservar el contexto histórico y geográfico de los hechos reales, pues algunos elementos no resultan muy consistentes cuando se trasladan a la época actual. Tal vez en Japón de 1925 era perfectamente normal dejar al perrito suelto para que explorara el pueblo, pero en el presente, con automóviles y demás peligros para mascotas urbanas, parece una gran irresponsabilidad por parte del dueño de Hachiko, y muy poco creíble en vista del amor que supuestamente existe entre ambos. Pero bueno... quizás estoy proyectando mis instintos protectores y permitiendo que nublen mi percepción de la película (no sería la primera vez).

Por lo demás, encontré adecuado el trabajo de Richard Gere, y aprecié la modesta dirección de Lasse Hallström (¿fue coincidencia que se estrenara en México esta película tan solo una semana después de Dear John, del mismo cineasta?), pues respeta a los personajes y no explota con falso sentimentalismo la tristeza de la historia. O al menos no demasiado. Por supuesto conviene advertir que Siempre a Tu Lado no busca ser una comedia al estilo de Beethoven, Cats & Dogs o Marley & Me, y por lo tanto no veremos en ella al perrito haciendo trucos, burlando criminales... ni hablando con ayuda de efectos digitales. Simplemente pretende retratar con sobria honestidad el nivel que puede alcanzar la relación entre un perro y su dueño, que no sorprenderá a quienes hayan experimentado genuina conexión con alguna mascota. Entonces, mediana película que se redime por su inspirador tema... y por su hirsuto protagonista de mirada lastimosa. Y también por el perrito.
Calificación: 7