Diabólica Tentación (Jennifer's Body)

Tras casi un siglo de mujeres relegadas al papel de víctimas y objetos sexuales en el género fantástico, ya era hora de que surgiera una vertiente feminista en el cine de terror. Creo que esta evolución comenzó con heroínas modernas, como Xena, Buffy y Ripley, que no eran genéricos papeles masculinos interpretados por una actriz, sino una realista transposición de roles respetando la esencia del sexo opuesto. Y más adelante vimos la llegada de cintas como Ginger Snaps, Teeth y The Descent, cuyas sangrientas historias ocultaban válidas reflexiones sobre aspectos particulares en la existencia femenina (al menos eso creo). Diabólica Tentación (¡mis felicitaciones al genio que acuñó ese nombre!) pretende sumarse a ese pequeño y distinguido nicho, y aunque cubre temas similares con cierta astucia, a fin de cuentas no las iguala ni en calidad narrativa ni en el más simple nivel visceral.

La epónima Jennifer (Megan Fox) es una atractiva estudiante en un pequeño pueblo de los Estados Unidos, ansiosa por la sofisticación de la gran ciudad, que un día llega en la forma de un grupo de rock llamado Low Shoulder. Jennifer y su mejor amiga, la tímida y sensata Needy (Amanda Seyfried), asisten al concierto en un bar local. Pero la diversión termina bruscamente cuando se declara un incendio en el rústico establecimiento. Las jóvenes salen ilesas, aunque Jennifer parece estar en shock, y termina huyendo en compañía de los músicos. Needy queda preocupada por su amiga, pero esa noche Jennifer la visita inesperadamente... y queda claro que tuvo una extraña experiencia, pues además de estar bañada en sangre, hay algo raro en sus ojos... algo que no parece humano.

Aunque la presencia de Megan Fox como actriz principal será la mayor atracción para mucha gente, confieso que mi interés principal estaba en otra mujer... Diablo Cody, la guionista que ganó el Oscar por Juno, a pesar de tantos detractores que no aceptaron sus excéntricos personajes e irreal "universo" de impenetrable jerga juvenil, oscuras referencias "pop" y ambiguos mensajes sobre el embarazo adolescente. Como sea, a mi me gustó mucho precisamente por esa estilizada visión que de algún modo conjugó sentimientos honestos con cínicas observaciones y sardónico humor expresados en ingeniosos diálogos que requieren varias repeticiones para comprenderse completamente. De igual modo me gustó lo que Cody hizo en la serie televisiva United States of Tara, y por eso esperé con gran expectativa su nueva película, doblemente atractiva por además ofrecernos una versión "Cody-ficada" de mi género fílmico favorito.

El resultado final no fue malo, pero creo que pudo ser mejor. Esta vez Cody no abusó tanto de sus bizantinos díalogos, ni ubicó la historia en un mundo de surrealista percepción; sin embargo, acertó al construir dos exagerados personajes cuya relación impulsa la película con varios niveles de significado. Cuando mencioné el aspecto "feminista" de Diabólica Tentación, me refería parcialmente a la presencia de una mujer literalmente "come-hombres", devorando al más débil "sexo fuerte" con el anzuelo de su sexualidad; pero hay una veta más profunda que se manifiesta en el tácito lazo entre Needy y Jennifer; las jóvenes son extremos opuestos que se complementan por su mutua necesidad de adorar y ser adorada (respectivamente). Y una vez que dejamos atrás la sangrienta "liberación" de la opresión patriarcal, encontramos una historia mucho más simple y real: el de una amistad adictiva y co-dependiente que consume a las jóvenes, quizás víctimas de su baja auto-estima y frustración adolescente.

Pero bueno... para no seguir vomitando "psychobabble", mejor centrémonos en el más simplista (y divertido) aspecto terrorífico de la película. Hay buenos momentos de sangre y violencia en Diabólica Tentación, aunque rara vez están respaldados por el contenido emocional de la escena. Incluso la supuesta catarsis final no se siente muy profunda o justificada y apenas cumple su propósito de darnos un desenlace satisfactorio. En ese aspecto me decepcionó la película, y ni siquiera he mencionado la floja dirección de Karyn Kusama, cuyo loable esfuerzo por armar algunas secuencias más o menos creativas se derrumba al carecer de cohesión estética o tonal. Hay escenas graciosas (los vulgares apodos de Vagisil y Monistat), escenas tensas y, como dije, amplia derrama de sangre (ocasión perfecta para un chiste sobre tampones)... pero se sienten de algún modo ajenas entre sí. No hay una visión que unifique la experiencia y nos lleve a lo largo de la historia con esa indescriptible gracia y fluidez que caracteriza a un buen director. No quiero sonar demasiado snob (¿más?) pero, a pesar de su sencillo entorno y concepto, me parece que el guión de Diabólica Tentación le quedó grande a la directora de Aeon Flux.

Los actores pasan sin pena ni gloria; Megan Fox es ciertamente atractiva y mejor actriz de lo que parecía en Transformers, aunque eso no signifique un gran halago. Amanda Seyfried muestra nuevos aspectos de su talento y se roba la película, como hizo en Mamma Mia! y Mean Girls; Adrian Brody arranca algunas risas con su sátira de moderno cantante de rock, a la vez nerd y petulante (no sé si sea intencional, pero se se parece mucho a Morrisey). Y, aunque el libreto es ocasionalmente incisivo, a fin de cuentas no logra separarse del más genérico horror independiente, con fallas lógicas en el guión, adultos idiotas y previsibles desenlaces. Quizás mi expectativa por algo más original saboteó la experiencia; no obstante puedo recomendarla para pasar un rato de vacuo entretenimiento con chispazos de ingenio que la hacen más amena, aunque poco memorable. En ese aspecto, y sin importar sus intenciones, Diabólica Tentación resultó igual a tantas otras mediocres cintas de terror... no importa si la mujer es víctima, heroína o villana.
Calificación: 7