Antes que nada, enfrentemos la cuestión principal: ¿Es Jennifer Lynch tan buena directora como su padre, David Lynch? Claro que no, pero se nota una marcada mejoría desde su debut, Boxing Helena en 1993, la cual me pareció un difuso, aburrido e incongruente drama psico-sexual cuyo único punto fuerte fue la frecuente desnudez de Sherilyn Fenn (veterana de Twin Peaks). Ahora, con Vigilancia Extrema, Jennifer Lynch emplea algunos de los temas favorecidos por su padre (corrupción en un pueblo pequeño), así como estructuras narrativas (excéntrico agente del FBI investiga un horrible crimen), e incluso un par de actores (Bill Pullman, Julia Ormond) que han trabajado en obras del respetado cineasta. Sin embargo, para su crédito, la directora no trata de imitar el único estilo del más famoso Lynch, y prefiere establecer una identidad propia, que no será muy original, pero al menos resulta competente y funcional. Lástima que el libreto no merezca tales calificativos.
Después de mostrar ambiguas escenas de un violento asesinato, Vigilancia Extrema se instala cómodamente en una bien conocida fórmula: Sam Hallaway (Bill Pullman) y Elizabeth Anderson (Julia Ormond) son dos agentes del F.B.I. que llegan a la pequeña comisaría de un aislado pueblo norteamericano para investigar el múltiple asesinato de una familia y un oficial de policía. Sus métodos son algo inusuales; tras instalar cámaras en varios cuartos de la estación policial, Elizabeth conduce intensos interrogatorios mientras su compañero Sam observa remotamente en varios monitores, aparentemente comparando los testimonios de los testigos y evaluando su veracidad. Y vaya si es una labor complicada, pues por razones muy distintas todos tienen motivos para mentir y, como vemos en abundantes "flashbacks", nadie está diciendo la verdad, sino su particular interpretación diseñada para evadir toda culpa. Sin embargo, la supuesta "verdad" podría ser mucho más siniestra de lo que todos suponen.
Después de varias décadas de abuso, el cine sobre asesinos seriales quedó bastante gastado, y no es fácil encontrar un ángulo original. Vigilancia Extrema lo intenta y hasta cierto punto consigue algo diferente del promedio, aunque no logra ser tan compleja como supone, pues mucho antes de que llegue la inesperada conclusión es fácil adivinar hacia dónde se dirige el misterio. También ayudan los capaces actores, quienes parecen competir por llevarse el trofeo de "actuación más extraña"; algunos simplemente exageran; otros incorporan bizarras afectaciones para distinguirse de sus colegas; y el resto va incluso contra su imagen, mostrándose inesperadamente serenos y sutiles cuando uno espera explosiones histriónicas. El punto es que nadie busca actuaciones realistas, sino exuberantes y memorables. Suena extraño, pero fue una buena decisión que hace más llevadera la lenta historia, a veces redundante, a veces confusa, y no muy dinámica. Si quisiera seleccionar al "jugador más importante" tendría que ser Julia Ormond, pues su arco dramático es el más interesante por exigir mayor evolución del personaje. Ormond logra cambiar de actitud en segundos, manteniendo absoluta credibilidad en sus facetas de sagaz investigadora, maternal cuidadora y feroz contrincante.
Vigilancia Extrema ganó fama en algunos festivales de cine fantástico, pero yo me resistiría a clasificarla como película de terror. Las escenas sangrientas, los extravagantes personajes y el suspenso que maneja se aproximan al estilo de películas como The Hitcher o Joy Ride, pero creo que sería mejor considerarla un sencillo thriller policíaco sin grandes pretensiones más allá de distraernos un rato con sus duras escenas de tortura psicológica, ocasionales accesos de violencia y su bien intencionada pero débil sorpresa final. A fin de cuentas no importa mucho si Jennifer Lynch es hija de uno de los más creativos y talentosos directores contemporáneos, pues con su sólido trabajo en esta modesta cinta se ganó mi respeto (aunque no mi admiración) y mi deseo por seguir su futura carrera, siempre y cuando no nos haga esperar otros quince años para ver su tercera película (de hecho, ya prepara Hisss, en la que visita la leyenda india de la mujer serpiente). En resumen, puedo recomendar Vigilancia Extrema sin gran entusiasmo, pero con confianza en que cumplirá su labor de entretener con un mínimo de intriga y suspenso. Y con los más odiosos policías que han aparecido en el cine en años recientes.
Calificación: 7
sábado, 25 de abril de 2009
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4 comentarios:
Creo que coincido en muchos de los puntos que expone Pablo, pero yo sí le daría en mi clasificación personal al menos un 8 a Surveillance (aceptado de antemano el hecho de que la calificación que vale aquí es la de Pablo). La verdad que yo encontré la película con un extraño ritmo, lento, eso sí, pero que creo que está bien logrado, para el relato tortuoso que la cinta pretende construir. La exploración de las motivaciones, o de los carácteres es prácticamente quirúrgica y para los que tengan un poco de paciencia para ver a donde los quiere llevar la película, creo que no terminarán decepcionados. Definitivamente interesante la forma insidiosa en que la realización, en forma paralela a las cámaras de vigilancia de la historia, se acerca a los ángulos de los diferentes personajes, hasta hacer sentir una proximidad casi física. En resumen, creo que tendría que decir que sí me gustó y que también la recomiendo, aceptando también que no es una película para todos los gustos. Saludos Pablo, felicidades por la elección de la película para tu crítica.
Orlando: La calificación que siempre vale es la propia. Muchas gracias por esa interesante perspectiva. Creo que no supe apreciar tanto como tú la exploración de los personajes; o quizás mi subconciente esperaba algo más de alguien con material genético de David Lynch. Supongo que Jennifer Lynch tendrá que luchar contra esas predisposiciones hasta que logre hacerse de una identidad propia... cosa que comenzó muy bien con Surveillance. Un abrazo y de nuevo gracias.
Muy buen material.
Gracias por tu conciso mensaje. Saludos.
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