Al Límite del Terror (Borderland)

Como parte del After Dark Horror Fest del año 2007, Al Límite del Terror (bajo su nombre real, Borderland) ha estado disponible en DVD desde hace más de un año. Por lo tanto, éste es el momento ideal para estrenarla en cines, ¿cierto? Al menos eso pensaron los exhibidores, quizás para aprovechar la creciente fama de los actores mexicanos que en ella aparecen (como Marta Higareda, Damián Alcázar y José María Yazpik); como sea, por lo general no perdería tiempo señalando otra más de las tantas pifias de los distribuidores de películas en el mercado latinoamericano. Pero esta vez me siento obligado a hacerlo porque la película resultó ser razonablemente buena... aunque se empieza a notar su edad.

Al Límite del Terror pertenece al nebuloso movimiento de "porno-tortura" o "terror turístico" (¿por qué no inventar una frase más?) que estuvo de moda hace un par de años gracias a películas como Turistas, The Ruins, Hostel y su secuela. Pero ahora, dos años después de su estreno formal, se siente cansada y redundante, llegando tarde a un efímero género que está prácticamente extinto. No obstante, si aceptamos ese anacronismo, encontraremos una película emocionante y bien filmada que compensa sus incontables clichés con su intenso tono y su enigmático libreto "basado en hechos reales"

Tales hechos reales aparentemente comienzan con un trío de insoportables jóvenes norteamericanos en busca de los esperados placeres carnales y químicos en México, a donde se dirigen para disfrutar un hedonista fin de semana. Pero su excesiva confianza (o estupidez) los pone en la mira de un grupo de satánicos narcotraficantes en busca de víctimas para sus sacrificios rituales. Y cuando uno de los jóvenes es secuestrado para tal fin, sus amigos deben tomar la justicia en sus manos (con ayuda de una guapa mesera y un vengativo policía) cuando las autoridades no hacen nada para rescatar a su amigo desaparecido. Sobra decir que la misión no será nada fácil... y que no todos saldrán con vida.

Independientemente de su fidelidad a la "realidad", Al Límite del Terror maneja diestramente los miedos compartidos de dos culturas distintas, y con certera visión fatalista evoca temores que por distinta razón podrán ser interesantes tanto para los espectadores norteamericanos como para los mexicanos. El director Zev Berman logra trascender la burda mecánica del mencionado género de tortura añadiendo personajes que juegan con las expectativas del público y se rehúsan a dejar que los estereotipos afecten su función dramática. En otras palabras, no todos los villanos son mexicanos, y no todos los héroes son norteamericanos.

Esta cinta debe parte de su intensidad a los grotescos efectos especiales, cortesía del célebre estudio KNB, cuyo trabajo es modesto pero contundente, sin caer en exageraciones satíricas ni en clínico realismo; una vez más consiguen el balance exacto entre talento artesanal y visión artística, complementando perfectamente bien la cruel historia sin obstruir la narrativa ni robar excesiva atención a sí mismos. También aprecié mucho la (¿total?) ausencia de efectos digitales y trucos de edición que en cintas con menos confianza saturan al espectador en busca del impacto que no logran obtener de otro modo. Al Límite del Terror no necesita esos artificios, pues la dirección, actuaciones y argumento se encargan de ello con creces.

Habiendo dicho todo eso, debo regresar a los mencionados clichés. Parece que cada película de tortura busca añadir un ángulo especial que la distinga de las demás, y aunque el elemento "narco-satánico" de Al Límite del Terror funciona adecuadamente bien para darle identidad única (por no mencionar los crímenes reales que la inspiraron), tampoco puedo ignorar que sigue demasiado cerca la bien conocida fórmula: jóvenes en busca de placer, encuentro con los violentos criminales locales, escenas de tortura, investigación con ayuda de aliados inesperados... incluso es fácil adivinar desde el principio quiénes quedarán con vida, simplemente evaluando la simpatía que generan entre el público. Digamos simplemente que entre más odioso sea el personaje, más rápido enfrentará los machetes y pistolas de los villanos.

En fin, como en otros géneros de terror, conviene ver esta película sin esperar gran originalidad, simplemente apreciando los elementos periféricos que adornan su obligatoria fórmula. En ese sencillo nivel funciona bastante bien, y quien no la haya visto en DVD podría aprovechar la oportunidad para verla en la pantalla grande, para adicional impacto. En lo personal, me gustaron más The Ruins y Hostel II dentro del "terror turístico", pero Al Límite del Terror ofrece suficiente intensidad para recomendarse, junto con sabor local que la hará más entretenida (o repulsiva) para audiencias mexicanas. A fin de cuentas no es nada espectacular, pero en el árido desierto del terror moderno conviene apoyar las obras que se atrevan a llegar más allá del mínimo esfuerzo indispensable para volverse comercialmente viables. Créanme que son menos de las que uno espera.
Calificación: 7.5