No puedo negarlo: fui a ver Guerra de Novias sólo por sus atractivas actrices y terminé mortalmente aburrido; pero fue por mi propia culpa, con la considerable ayuda de un guión que aparentemente se escribió mientras el guionista veía el tristemente popular programa de televisión Bridezillas.
Por si alguien tiene la fortuna de no conocer este bastión de sobriedad y refinamiento, Bridezillas muestra los extremos a los que llegan algunas mujeres para garantizar que su fiesta de matrimonio resulte la más espectacular y memorable (traducción: vulgar y de mal gusto) en la historia del mundo... o al menos de esa semana. Guerra de Novias se centra en dos mujeres que fácilmente podrían formar parte de tal descripción. Liv (Kate Hudson) y Emma (Anne Hathaway) comienzan la película como mejores amigas, planeando felizmente sus respectivas nupcias. Pero cuando la planeadora de bodas comete un error y confunde las fechas de sus ceremonias, las entusiastas novias comienzan una rivalidad que al poco tiempo se transforma en guerra sin cuartel, poniendo en peligro el éxito social de sus festejos... y desde luego su amistad.
Habiendo establecido a los personajes y el débil conflicto central, el guión se escribe por sí solo, escalando los mutuos ataques de cada novia sobre su rival, que van desde un falso profesor de baile (interpretado por el usualmente genial Paul Scheer) y sabotajes cosméticos, hasta un enfrentamiento en el escenario de un club durante la despedida de soltera de Liv. A riesgo de parecer sexista voy a especular que el humor está dirigido al público femenino, pues gran parte de las "crisis" que sufren las protagonistas serían meras inconveniencias si ocurrieran a sus respectivos novios (¡Oh, Dios mío, subí 3 kilos y no me queda el pantalón que usaré en la boda! Nada que un trozo de cinta adhesiva no pueda resolver). Por eso estoy dispuesto a considerar que si bien la película me pareció cansada e irritante, habrá muchas otras personas que reirán por lo acertado de los comentarios sobre las infladas ceremonias de boda a las que tantas mujeres aspiran.
Incluso estoy dispuesto a aceptar que detrás de sus estridentes actrices y predecibles situaciones, Guerra de Novias pretende ser una salvaje burla de la obsesiva planeación y excesivos eventos sociales que parecen estar de moda (aunque, para ser justos, sospecho que han estado presentes a lo largo de la historia). Sin embargo, esa hipotética intención satírica no basta para disculpar sus estereotípicos personajes, su plana dirección y, peor de todo, su aparente validación de los mencionados excesos como inequívoco camino a la felicidad. Tal vez si el guión mostrara rasgos de ingenio, auténtico humor o personajes creíbles sería más fácil aceptarlo como una aguda crítica social, pero simplemente se limita a desperdiciar su talentoso elenco en una burda historia que pudo llenar media hora de un sitcom en vez de haberse estirado a hora y media de desvaríos y gritos (¿Mencioné los gritos?).
Kate Hudson y Anne Hathaway han participado en mejores comedias y aunque muestran cierta simpática química cuando están juntas, el libreto las separa rápidamente, de modo que ni siquiera podemos disfrutar el dudoso placer de su interacción... otro de tantos elementos desperdiciados en esta película que obviamente no puedo recomendar excepto para los aficionados al mencionado programa de televisión Bridezillas; entiendo la fascinación que podría tener ver lo mismo en el cine con famosas estrellas... pero no la comparto. No obstante, puedo mencionar un resultado positivo de la película: confirmó una vez más mi deseo por permanecer soltero. Ojalá le sea igualmente útil a alguien más.
Calificación: 4
domingo, 1 de febrero de 2009
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