jueves, 1 de marzo de 2012

The Whisperer in Darkness


Allá por el año 2005, la Sociedad Histórica de H.P. Lovecraft se encargó de filmar la icónica historia The Call of Cthulhu como respuesta a las numerosas y mediocres adaptaciones cinematográficas que han sufrido los cuentos de ese autor (uno de los más importantes en la fantasía moderna y, de paso, mi escritor favorito). Para complementar el estilo del autor, y también para disimular el bajo costo del proyecto, los incipientes cineastas emplearon el estilo del cine mudo que existía cuando se escribió dicho cuento (sí, algo así como The Artist). Y, claro, siendo devotos de Lovecraft, la trama se ciñó estrechamente a la versión literaria, sin extenderla arbitrariamente ni condensarla, de modo que el resultado fue un cortometraje increíblemente fiel a la prosa original, aunque con huellas evidentes de su naturaleza semi-amateur. Ahora, siete años después, con más experiencia, talento profesional y un poco más de dinero, la Sociedad enfocó sus esfuerzos a otro memorable relato, y así es como nos llega la película The Whisperer in Darkness, mostrando excelente visión artística, aunque todavía limitada por sus modestos recursos.

Independientemente del dinero invertido en efectos o escenarios, la principal diferencia entre la película The Whisperer in Darkness y el corto The Call of Cthulhu es que esta vez sí se extendió el argumento hasta alcanzar duración de largometraje, de modo que el cuento original representa quizás un 30 o 40% del libreto. Pero no hay nada que temer, pues el resto de la trama representa una extensión lógica y orgánica que no viola los preceptos narrativos del autor, ni altera la esencia de su mórbida filosofía (incluso sospecho que HPL hubiera aprobado el “cameo“ de Charles Fort). Al principio de The Whisperer in Darkness nos enteramos de que los bosques y granjas del estado norteamericano de Vermont sufrieron devastadoras inundaciones, y entre el detritus arrastrado por el agua se encontraron extraños cuerpos descompuestos, que ninguno de los testigos pudo identificar como personas o animales conocidos. El profesor Albert Wilmarth (Matt Foyer), experto en folklore y respetado miembro de la facultad en la Universidad Miskatonic, se interesa en el fenómeno, y entabla comunicación epistolar con un grajero que asegura haber encontrado extrañas criaturas en lo profundo del bosque. Pero el interés de Wilmarth es meramente anecdótico, y de ninguna manera cree en los cuentos de "criaturas demoniacas", los cuales atribuye a superstición, ignorancia e identificación errónea de fenómenos naturales. Pero cuando el hijo del granjero se presenta en la Universidad con evidencia de algo inexplicable que habita los bosques de Vermont, Wilmarth decide investigar en persona... y lo que descubre es una organización secreta de individuos que rinden culto a una raza de terroríficas criaturas fungoides, que quizás no sean de nuestro planeta...

En vez de repetir el gimmick de "cine mudo" empleado en The Call of Cthulhu, el director Sean Branney avanza algunas décadas para darle a The Whisperer in Darkness la textura visual y estilo narrativo del cine fantástico de los cincuentas. La ilusión es perfecta, desde la música y diseño, hasta la excelente cinematografía en blanco y negro, repleta de atmósfera, misteriosas neblinas y ricos claroscuros que acentúan los perturbadores descubrimientos del protagonista. Y, bueno, quizás el truco funciona también para disimular algunos mediocres efectos especiales al final de la obra (¿o será que eso la hace más fiel a su período histórico?). Como sea, en general se nota que la Sociedad Histórica se esforzó por pulir la producción, aprendiendo de sus errores anteriores y sin temor de emprender un proyecto mucho más ambicioso, que los pone a la par (¡por lo menos!) de otros micro-estudios independientes que ni siquiera soñarían con alcanzar esta calidad visual e integridad narrativa.

Las actuaciones también siguen la pauta de los "creature features" cincuenteros, lo cual implica una cierta exageración teatral que podría no ser del gusto de todos los espectadores; pero bueno, es perfectamente adecuada para los propósitos de la película y comprensible en vista de la experiencia del elenco, casi todos egresados de grupos teatrales locales. Hablando de lo cual, los varios "detrás de las cámaras" incluidos en el DVD son tan interesantes como la película misma, pues describen con lujo de detalle el arduo camino que siguió el proyecto hasta su estreno, incluyendo un amago de cancelación evitado en el último momento por un heroico donador con larga historia en temas lovecraftianos (los fans de los RPGs clásicos seguro reconocerán el nombre de Sandy Petersen entre los productores de la cinta). Y en cuanto a los mencionados efectos... no puedo negar que las criaturas digitales (imitando la técnica de “stop-motion”) desmeritan mucho el esfuerzo de los cineastas. Creo que hubiera sido mejor mantenerlas entre sombras, mostrando una tenaza por aquí, un tentáculo por allá (de hecho eso es lo que vemos la mayor parte del tiempo), en vez de revelarlas con todos sus defectos durante el clímax de la historia. Sí, el diseño es muy bueno, pero la animación y compuestos rara vez se sienten convincentes... ese fue el único punto donde traicionaron las ambiguas descripciones y vagos esbozos que Lovecraft usaba con sus monstruos. Por otro lado, no todos los efectos digitales son malos... también hay algunas ingeniosas piezas de tecnología "futurista" que me hicieron sonreír, pues poseen el encanto "steampunk" del laboratorio del Dr. Frankenstein, y al mismo tiempo nos aterran con su perturbadora función.

Espero que para este momento quede claro que The Whisperer in Darkness es una labor de amor hecha por fans de Lovecraft para fans de Lovecraft. No estoy seguro si la cinta tenga suficiente atractivo para "enganchar" a los espectadores casuales que no conozcan el cuento corto original, o la mitología creada por el escritor (los famosos “Mitos de Cthulhu“). Pero bueno, luego de esa advertencia tengo que darle una entusiasta recomendación a The Whisperer in Darkness, no solo por ser una sólida película de horror/ciencia ficción "retro", realizada con iguales dosis de entusiasmo y talento, sino porque cumple con creces las expectativas establecidas por el cortometraje anterior. Espero sinceramente que no pase otra década para que la Sociedad Histórica de H.P. Lovecraft decida filmar de nuevo... me interesaría mucho más ver su versión de At the Mountains of Madness, que aquella planeada por Guillermo del Toro. Y no lo digo como insulto a Del Toro, sino como halago a los fans/cineastas que hicieron realidad este sueño. O, mejor dicho, pesadilla.
Calificación: 9

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Pablo. Revisé hace poco dos películas juveniles que no veía hace un tiempo. Mean Girls y She's the man. Y la verdad me siguen gustando igual (o un poco más, sobre todo mean girls) desde la primera vez que las vi. Se que escribiste críticas sobre ellas, pero me gustaría saber si te siguen gustando hasta ahora.
Saludos.

Pablo del Moral dijo...

Anónimo: Bueno, la verdad es que no las he visto muy recientemente, pero hasta donde recuerdo estamos en el mismo caso. Me gustan más con el tiempo, y trato de verlas (aunque sea un fragmento) cuando las encuentro en TV. Por cierto, añado a la lista What a Girl Wants, también con Amanda Bynes... no me gustó mucho en su momento, pero le he tomado cariño con los años :-) Saludos y suerte!