La Dama de Hierro (The Iron Lady)

No, lamentablemente no es una precuela de Iron Man, sino la biografía de Margaret Thatcher, Primer Ministro de la Gran Bretaña desde 1979 hasta 1990, y una de las más controversiales figuras políticas del siglo veinte. Lo cual, pensándolo bien, sería un tema fascinante... ¿cómo fue entonces que la película La Dama de Hierro resultó ser tan blanda y difusa que nunca logra "conectarnos" emocionalmente con su épica protagonista? A pesar de ello, admito que la directora Phyllida Lloyd (cambiando sustancialmente de rumbo tras filmar Mamma Mia) logró encontrar algunos fugaces momentos de interés humano que le dan profundidad a la notable actuación de Meryl Streep; pero no lo suficiente para compensar los múltiples problemas narrativos del libreto.

La película comienza más o menos en la época actual, y nos muestra a la ex-Primer Ministro Margaret Thatcher (Meryl Streep) viviendo modestamente en un pequeño departamento, acompañada ocasionalmente por su asistente June (Susan Brown), su hija Carol (Olivia Colman) y su esposo Denis (Jim Broadbent)... a pesar de que este último falleció hace varias décadas. Y así, entre tazas de té y ataques de nostalgia (¿o senilidad?), vemos en forma de "flashbacks" los momentos más significativos en la vida de esta implacable mujer, desde su tímido ingreso al "club de niños" que era el Parlamento Británico, hasta el fiasco político de la guerra de las islas Malvinas (perdón, las islas “Falkland“), por no mencionar los disturbios civiles acarreados por su incierta política económica. ¿Villana elitista o heroína del proletariado? Será el espectador quien tenga la última palabra...

Debo decir que La Dama de Hierro fue muy distinta a lo que yo esperaba. En vez de contar una historia lineal que gradualmente revelara el ascenso político de Thatcher, la directora toma un camino fragmentado y a veces confuso, mezclando el presente con el pasado de manera arbitraria, aunque no exenta de cierta lírica que terminó gustándome. Creo que ese es el secreto para apreciar esta extraña cinta... no esperar una típica "bio-pic" obsesionada con detalles históricos, sino una especie de "poema tonal" cuyos versos describen caprichosamente la personalidad de la epónima "dama de hierro", ofreciéndonos un atisbo por aquí y un vistazo por allá de su carácter, motivaciones y, sobre todo, las relaciones que moldearon su vida, tanto en el Parlamento como en su hogar. Claro que también podríamos describir la cinta como un indulgente desastre que se rehúsa a afrontar la controversia de Thatcher, tomando un camino tangencial que evita profundizar en todo aquello que nos interesaría ver. Pero bueno... dentro de todo respeto la sobria imparcialidad del libreto, que pudo convertirse fácilmente en un panfleto político estridente y desbalanceado. Eso será mejor dejárselo al público.

En cuanto a la celebrada actuación de Meryl Streep, sin duda cumple su propósito de dar vida a la versátil Thatcher, pues aunque no duplica exactamente sus modismos y voz, basta con hacernos sentir su férrea voluntad y persuasiva presencia, sobre todo cuando tiene que lidiar con asuntos de estado obviamente por encima de su experiencia. Menos justo es que se haya ignorado al brillante elenco secundario, empezando por el fantástico Jim Broadbent como Denis Thatcher, esposo, confidente y amigo de Margaret. En mi humilde opinión Denis fue el mejor personaje de la cinta, y me hubiera gustado profundizar más en su personalidad, engañosamente frívola y afable para ocultar su cínica comprensión de la naturaleza humana. Y también tenemos notables participaciones de actores como Anthony Head (más conocido como “Giles“), Richard E. Grant y Nicholas Farrell (por no mencionar cameos post-mortem de Ronald Reagan) como figuras políticas que en su momento fueron aliados o enemigos de Thatcher... o a veces las dos cosas al mismo tiempo.

Y, claro, para fans del cine “elegante”, La Dama de Hierro ofrece excelente cinematografía, perfecta musicalización (cortesía de Thomas Newman) y sólido diseño de producción para identificar las décadas que abarca la historia, sin caer en clichés ochenteros demasiado obvios o distractores. Entonces, me encuentro un poco indeciso sobre La Dama de Hierro; como dije, me gustó su nebulosa narrativa y el manejo de los personajes, pero siento que ese enfoque hubiera sido más apropiado para una biografía de Edith Wharton, y no en la de Margaret Thatcher, cuya influencia en la política internacional fue concreta y contundente, y por lo tanto merecía un examen más riguroso y menos "poético". Sin embargo, fue una interesante experiencia en el cine, así que podría recomendarla con las previas advertencias de que no veremos un manifiesto político, sino una oda más interesada en el romance del poder que en sus consecuencias.
Calificación: 6.5