¿En serio? ¿"La Dulce Vida"? ¿Habrá sido estupidez o ignorancia lo que impidió a los distribuidores encontrar un título en español distinto al de la famosa obra de Fellini? Bueno, será mejor ignorar esa pifia para centrarse en la película misma, que sin duda merece atención y una ferviente recomendación.
Aunque el director británico Mike Leigh sea más conocido por sus películas dramáticas (como Vera Drake, Naked y Secrets & Lies), es obvio que posee un sano sentido del humor por debajo de su solemnidad artística, como demostró en Career Girls y Topsy Turvy. Ese vivaz pero cálido Leigh es el que vemos detrás de Happy-Go-Lucky, un interesante estudio psicológico disfrazado de simpática comedia que emplea un personaje aparentemente frívolo para contar una historia profunda y rebosante de humanidad.
La trama sigue las peripecias de Poppy (Sally Hawkins), maestra de escuela londinense con una actitud incesantemente jovial y optimista que la impulsa a disfrutar de la vida enfocándose en lo bueno e ignorando lo malo. Y así vemos cómo esa inherente alegría moldea sus relaciones con amigos, familiares y conocidos, hasta que empezamos a sospechar que Poppy oculta algún secreto detrás de su irrefrenable desenfado.
El argumento es simple, pero basta para mantener el interés a lo largo de dos horas. No hay que esperar eventos catastróficos ni sorpresivas revelaciones; tan sólo contemplando la diaria navegación de Poppy en su rutinaria vida encontramos momentos de humor, realismo y meditación que al combinarse producen un fascinante y gracioso relato no basado en huecos chistes o gracejadas, sino en la fácil convivencia de la moderna clase media (al menos como la ve el utópico ojo de Leigh). Cierto, tanta felicidad puede abrumar al espectador adusto y amargado (como yo), pero a fin de cuentas la sonrisa casi constante que provoca la película termina por disipar los prejuicios, invitándonos a compartir unos soleados momentos en la vida de la protagonista.
Sally Hawkins recibió muchas nominaciones a diversos premios por su tremendo trabajo en Happy-Go-Lucky, y es indudable que el éxito de la cinta reposa en sus hombros. Pero no hay que descartar al excelente elenco de apoyo, sin el cual Poppy resultaría empalagosa e irreal. Ver cómo se adaptan a ella quienes la rodean es en gran medida lo que eleva la película a un nivel diferente. De hecho, creo que la auténtica profundidad del argumento no reside necesariamente en el análisis de la feliz protagonista, sino en la dinámica de la comunidad que habita; es algo así como un cultivo de microorganismos, donde la existencia de uno particularmente interesante no opaca la magia del maravilloso entorno que lo sostiene.
¿Cómo llegué a comparar amibas con una maestra escolar? No importa; y de igual manera no conviene cuestionar las causas o motivación de Poppy. Happy-Go-Lucky funciona mejor dejándose llevar por su contagioso entusiasmo y compartiendo los agridulces eventos que retrata. No podía esperar menos de Leigh: una comedia con genuino encanto que logra ser graciosa sin chistes forzados, y profunda sin barato sentimentalismo. Quizás no sea una obra de gran trascendencia (o tal vez sí); lo importante es que provoca sonrisas respaldadas por la reflexión... lo cual es siempre más satisfactorio y memorable que la fugaz carcajada del fácil chiste hollywoodense.
Calificación: 9
viernes, 26 de junio de 2009
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5 comentarios:
Disculpe el comentario basura, Pablo, pero es que me causa gracia que en las 3 fotos expuestas la protagonista se ve muy "´:-D"
Pablo : ¿ A vos qué te parece en general el trabajo de Fellini ?
Gracias y saludos.
Anónimo 1: En cierto modo fue inevitable, pues así se ve la actriz a lo largo de casi toda la película... debe haber sido doloroso sonreir durante días y días de filmación. Un saludo y gracias!
Anónimo 2: Clavaré otro clavo en el ataúd de mi credibilidad diciendo que no soy muy aficionado a las películas de Fellini. Al menos las que he visto son visualmente interesantes, algunas tienen buenos momentos de realidad o imaginación... pero a fin de cuentas me interesa más la historia que cuenten, y ninguna me ha dejado muy satisfecho. Por ejemplo, La Dolce Vita tiene elementos admirables de fuerza dramática, y ofrece impactantes imágenes que parecen simples, pero revelan genuina visión detrás de su manufactura... pero al final sentí el familiar "hueco cerebral" de haber visto algo agradable que no me dejó contenido sustancioso. Pero bueno, tal vez mi problema es que rara vez busco analizar las intenciones del director, de modo que probablemente no estoy apreciando la experiencia total de sus películas. Gracias por preguntar y muchos saludos!
Je,je; pues siguiendo en la tónica del comentario basura...
Esta actriz se me hizo parecida a la Sarah Silverman. Incluso pensé que era ella, antes de leer la crítica.
Saludos.
@lfredo: Tienes razón; tienen rostro similar y el largo cabello negro completa la ilusión. Pero, por mucho que me haga reír Silverman, creo que Hawkins es mejor actriz. Viendo su filmografía descubrí que la había visto en varias películas, con interpretaciones muy distintas y casi irreconocible. En cambio, Silverman tiende a interpretar siempre los mismos papeles. Un saludos y gracias!
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