jueves, 4 de diciembre de 2008

Cine Clásico: Tourist Trap (1979)

Quienes estén familiarizados con el cine de terror de bajo presupuesto producido en los ochentas, seguramente recordarán la humilde compañía Empire Pictures, del pseudo visionario productor Charles Band. Después de conseguir moderado éxito con cintas como Re-Animator, From Beyond y Sorority Girls in the Slimeball Bowl-a-Rama, la compañía eventualmente se transformó en Full Moon Entertainment, generando en los noventas obras tan bizarras como Puppet Master, Demonic Toys y Creepozoids. Pero una década atrás, Band y su colectivo de cineastas (cuyos nombres resultarán familiares para los fans de Full Moon) ya incursionaban en el género de terror, con muy poco dinero, pero con entusiasmo e imaginación que no siempre se veía reflejada en la pantalla. No obstante, entre las mejor recordadas obras de ese grupo de cineastas está Tourist Trap, una extraña película que resulta bastante ambigua en su argumento, pero definitivamente eficaz en su siniestra atmósfera y los inesperados rumbos que toma su guión.

La trama comienza como tantas películas de explotación en aquella (o cualquier) década: cuatro jóvenes (tres mujeres y un hombre) se dirigen en automóvil a su destino vacacional, cuando deciden detenerse en un museo rural, donde encuentran a un solitario y excéntrico individuo que vive acompañado de sus perturbadores maniquíes... los cuales, obviamente, parecen tener vida propia cuando aterrorizan al cuarteto de jóvenes. Pero... ¿qué hay realmente detrás de los ataques? ¿Son sólo ingeniosos autómatas creados por una mente enferma, o hay una presencia paranormal que los jóvenes deberán combatir para salir con vida de su mortal paseo?


Es obvio que el director y guionista David Schmoeller tiene un fetiche (o fobia) centrado en muñecos que cobran vida, como lo demuestra su longeva saga de Puppet Master, que hasta el momento cuenta con al menos nueve películas que examinan los crímenes de un grupo de violentos títeres vivientes. Pero en Tourist Trap, el terror está a cargo de grotescos maniquíes que, vivos o no, prestan una pesadillesca atmósfera a la película con sus huecos ojos, torcidas mandíbulas y sutiles movimientos, que al combinarse con la estridente banda sonora del respetado compositor Pino Donaggio (quien tanto contribuyó a las cintas tempranas de Brian De Palma), generan bastante terror sin derramar una gota de la sangre que tantas otras películas abusan en su errónea interpretación de lo que significa el miedo.


El elenco no trasciende su básico nivel de cine "B", pero dentro de todo realizan una decente labor reaccionando a las singulares situaciones y dantescas figuras que encuentran en el decrépito museo. Chuck Connors encaja a la perfección en el papel de granjero intenso pero afable, y entre los jóvenes sólo destacan Jocelyn Jones como la virginal "chica final" y Tanya Roberts, aunque sólo sea por su breve vestuario que amenaza constantemente con caerse, cosa que nunca sucede. También merece mención en la parte técnica el entonces editor Ted Nicolau (más conocido como director de la saga Subspecies), por su experta orquestación de elementos simples para formar macabras secuencias que genuinamente sorprenden al mismo tiempo que nos hacen olvidar los inexistentes efectos especiales que mueven los maniquíes vivientes.


A pesar de durar escasa hora y media, hay que admitir que Tourist Trap lleva un pausado ritmo que probablemente resulte cansado para audiencias modernas, habituadas a la rápida edición y dinámico flujo del más popular terror contemporáneo. Pero quien no tema enfrentar esta sensibilidad fílmica setentera podrá pasar un rato perturbador, pero muy entretenido con esta semi-olvidada cinta de culto que alguna vez Stephen King aclamó como uno de sus "placeres vergonzosos". Cierto, no es una gran película, pero creo que está lejos de causar pena... y será particularmente memorable para quienes compartan el irracional miedo a los maniquíes. Tan sólo el brillante final de la película seguramente causará abundantes pesadillas... aunque no tenga mucho sentido.

Calificación: 8.5

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hombre, qué bien que resucitaste (aunque de un modo distinto) la afamada sección de la película del mes de Cinencanto. ¿Esta también será mensual?
Sobre la peli que reseñas, recuerdo haberla visto a finales de los ochenta, en un canal local a altas horas de la noche (horario a donde generalmente destinaban a este tipo de cine B). No me desagradó, pero tampoco se puede decir que me haya "encantado", al considerarla un espectáculo bastante intracendente y quizá eso tenga que ver en cierta forma al ritmo de esta peli, tal como comentas o, más probablemente, a lo ridículo que me pareció la forma tan chusca en la que movían a los maniquíes, algo que me causó mucha gracia que más que miedo.
De todas formas lo que digo no es más que pura opinión subjetiva, venida de un tipo que no es muy aficionado al terror. ;-)

Saludos.

Pablo del Moral dijo...

@lfredo: Muchas gracias por tu comentario; en cuanto a los escritos sobre cintas que no sean de estreno, realmente ignoro cuál será su frecuencia. La cosa es encontrar una que me entusiasme lo suficiente... aunque, como bien dices, no necesariamente serán consideradas como "clásicos" por toda la gente. Entiendo también lo que dices sobre los movimientos de los maniquíes, pero supongo que el humor de una persona puede ser el terror de otra ;-) Muchos saludos y de nuevo gracias por tu apoyo.