lunes, 23 de mayo de 2011

Vanishing on 7th Street

Me gustan las películas del director Brad Anderson, pues además de que pueden considerarse obras maduras e inteligentes del género fantástico, no se apoyan necesariamente en elementos sobrenaturales para impactar al espectador. Por el contrario, su fuerza radica en las realistas y creíbles interacciones de sus personajes, en sus bien definidas personalidades o en el drama resultante de algún factor inesperado (ya sea la culpa del protagonista en The Machinist o el estrés de los trabajadores en Session 9). De hecho, creo que Vanishing on 7th Street es la película más fantasiosa de Anderson, con lo cual quiero decir que emplea los mencionados elementos sobrenaturales como parte integral de su historia, y no solo como metáfora del sufrimiento psicológico. Sin embargo, esa puede ser también su principal falla... El énfasis en el misterio hace a un lado el elemento humano, que termina sintiéndose como un estorbo por no estar bien integrado... y porque los actores no son tan buenos como la historia requiere.

Dicha historia comienza con una mirada a la vida normal en una gran ciudad... cuando repentinamente desaparecen casi todos sus habitantes, dejando en el suelo pequeños montones de ropa arrugada. En ese extraño mundo despierta Luke (Hayden Christensen), y empieza a explorar su entorno sin saber exactamente lo que ocurrió. Entonces llega la noche, llena de susurros siniestros y sombras amenazadoras que parecen perseguirlo. Pero no está solo; unos días después encuentra refugio en un decrépito restaurante con un generador eléctrico, donde lo acompañan el pequeño James (Jacob Latimore), esperando a la madre que lo dejó para buscar auxilio; a Rosemary (Thandie Newton), ex-adicta que apenas puede mantener la calma por no saber dónde está su bebé; y a Paul (John Leguizamo), empleado de un centro comercial que apenas llegó vivo al restaurante. Entonces, durante los siguientes días (cada vez más cortos) y noches, los refugiados tratan de sobrevivir mientras disminuyen las reservas de gasolina que alimentan el generador. Y con las luces fallando con mayor frecuencia, las sombras se acercan cada vez más...

Los primeros veinte minutos de Vanishing on 7th Street me parecieron excelentes, pues plantean la situación con el grado justo de reserva para provocar nuestra curiosidad y atraparnos en el enigma. Pero una vez que las cuatro personas se atrincheran en el restaurante, la película se atora en un ciclo repetitivo de discusiones, conflictos personales y revelaciones que, supuestamente, deberían darle forma y profundidad a los personajes, cuando lo único que consiguen es irritarnos con sus constantes peleas y caprichos. Y así transcurre casi una hora... Luke hace varios intentos por escapar (¿a dónde?) y trata de convencer a los demás que sería un error fatal permanecer ahí cuando se apague el generador. Rosemary habla sin parar sobre su hijo desaparecido. James está confundido porque no sabe a cuál de los adultos debe hacerle caso. Y Paul pasa casi toda la película acostado en una mesa de billar diciendo incoherencias (nunca entendí exactamente por qué está herido o enfermo). Ah, y desde luego el director Brad Anderson no pierde oportunidad de recordarnos que las sombras se mueven y solo esperan la oportunidad de atacar a los héroes. ¡Ya entendimos! ¡En serio, la premisa quedó clara desde el principio! ¿Cuánto tenemos que esperar para que avance la historia?

Respuesta: demasiado. Para cuando la trama por fin empieza a moverse ya falta muy poco para que termine la película, y solo queda tiempo para un final abrupto que no explica mucho, aunque podría confirmar lo que sospechábamos desde el principio. O al menos así lo interpreté yo. La melancólica conclusión es suficientemente ambigua para que cada espectador saque sus propias conclusiones según su particular ideología y creencias. Considero eso como un acierto, pues me gustan las películas que nos obligan a pensar; por otro lado se siente frustrante no llegar a algo concreto después de haber invertido noventa minutos en drama y diálogos que resultan ser casi inútiles. Ojalá la parte media de la película estuviera planeada con la misma creatividad y convicción, en vez de dejarnos embotellados con personajes no exactamente antipáticos, pero tampoco muy agradables. Por el lado positivo puedo mencionar el sobresaliente diseño de audio, lleno de inquietantes murmullos, gritos atonales y chasquidos amenazadores que sugieren una presencia en la periferia de nuestra visión. Lo mismo aplica a la música de Lucas Vidal, caótica en momentos de suspenso y emotiva cuando debe complementar el arrepentimiento o añoranza de los personajes. Y, desde luego, la dirección de Anderson es tan eficiente y elegante como siempre, lo cual es doblemente importante cuando el elenco no proyecta la suficiente fuerza para dar vida a la historia.

Obviamente tengo opiniones conflictivas sobre Vanishing on 7th Street. El concepto me pareció fascinante, hay muy buenos momentos de suspenso y la realización del mundo sumido en sombras está muy bien lograda, a pesar de ser una película de reducido presupuesto. Pero la trama es tan repetitiva y los personajes tan huecos que sabotean lo que podría haber sido un sobresaliente cortometraje de 30 o 40 minutos. Como sea, debo darle una recomendación tan solo por la imaginación del libreto (escrito por Anthony Jaswinski), el estilo narrativo del director y la seguridad con la que presenta escenas tensas y angustiosas sin caer en los añejos trucos del cine fantástico. En cierto modo Vanishing on 7th Street es la película que más me hubiera gustado de Brad Anderson, si hubiera mantenido el perfecto balance entre historia y personajes que consiguió en sus cintas previas. Pero también es la que más me exasperó por lo mucho que hace bien, y lo poco que arruina ese esfuerzo. Quizás algún fan se anime a editarla y ponga en YouTube ese hipotético cortometraje, libre de relleno y escenas superfluas. O tal vez yo mismo pueda hacerlo saltándome capítulos del DVD con mi control remoto. Le llamaré "fast forward creativo".
Calificación: 7

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Pablo, es la primera crítica que leo en la que casi no comentaste las actuaciones, sólo dijiste que no llenaban la trama. Se que no te agrada Hayden Christensen, es por eso?

Jaja, saludos y suerte!

Anónimo dijo...

Hola, me gustaria que vieras (por si no has visto) la pelicula The Tunnel (2011), para saber cual es tu critica sobre ella y que calificacion le pones.. ;)

Anónimo dijo...

Pablo:

1) ¿Qué calificación le darías a Quick Change?

2) ¿Cuál sería tu TOP 10 de películas de ciencia ficción favoritas?

3) ¿Cuál sería tu TOP 10 de comedias favoritas?

4) ¿Cuál sería tu TOP 10 de películas de acción favoritas?

5) ¿Cuál sería tu TOP 10 de dramas favoritos?


Saludos! (Y mis disculpas si ya te hicieron algunas de esas preguntas; francamente no recuerdo las respuestas).

Pablo del Moral dijo...

Anónimo: Pues sí, Hayden Christensen no está entre mis actores favoritos, pero no fue por eso. Simplemente ya estaba demasiado larga la crítica y no quise meter otro párrafo de negatividad ;-) Gracias por preguntar y muchos saludos!

Anónimo 2: Servido! La vi el fin de semana y hasta hoy publiqué la crítica. Gracias y saludos!

Anónimo 3: Te debo las respuestas; voy de salida y me tardaría mucho en hacer otra vez tantas listas. Mis disculpas y saludos!

Mr Soprano dijo...

Pablo, a mí me gusto un poco más, se me hizo sumamente interesante, también soy fan del cine de Andersson me gusto mucho "The Machinist" y "Transiberian", esta me mantuvo muy entretenido e intrigado, su concepto minimalista me encanto, de hecho, recuerdas que hace unos meses te pregunte sobre películas post-apocalipticas minimalistas, pues he aquí otro buen ejemplo, por cierto, tú sabes por qué no tuvo una corrida comercial a gran escala esta cinta??, supe que en EU salío en muy pocos cines y más bien fue relegada al mercado de dvd, lo cual no entiendo, tiene todo para salir en cine, aunque creo que las anteriores pelis de Andersson tampoco tuvieron mucha suerte en cines, lo que si se, es que en México si saldra en cines, no recuerdo el nombre, pero es uno de esos que dan pena ajena, bueno, te mando un saludo!!

Pablo del Moral dijo...

Mr Soprano: Me alegra que te haya dejado más satisfecho que a mi. Quizás el problema fue que me gustó tanto el establecimiento de la historia que me desesperó un poco la parte media tan estática y repetitiva. O quizás andaba impaciente ese día ;-) En cuanto a su distribución en cines de Estados Unidos, te aseguro que NUNCA entiendo por qué algunas películas parecen merecerlo, otras no, y otras visitan los cines como si fuera obligación legal del distribuidor que solo quiere cumplir sin esforzarse en promover la película. Y bueno... ni se diga de lo que ocurre en México. Entonces, lamento no poder responder tu pregunta; quizás habría que hacérsela a un "insider" real que entienda las bizarras negociaciones de distribución. Y gracias por el tip sobre el estreno de la cinta en México. Ojalá encuentre más público. Saludos y que tengas muy buena semana!

Anónimo dijo...

Pablo, ¿ni la actuación de John Leguizamo te pareció buena en esta película? Pregunto porque lo considero un excelente actor.


Saludos!

Pablo del Moral dijo...

Anónimo: Estoy de acuerdo! John Leguizamo me parece un actor genial; desafortunadamente en Vanishing on 7th Street pasa el tiempo quejándose acostado en una mesa, y ni con todo su talento logró levantar el papel y hacerlo memorable. Pero bueno, esa es solo mi humilde opinión; quizás hubiera sido muy distinto si un actor malo hubiera estado en esa mesa, y entonces sí notaría la diferencia. Saludos y que tengas muy buena semana!