Exit Through the Gift Shop

Nota: Me da gusto que este excelente documental se estrene por fin en México, y publico de nuevo la crítica para comodidad de los lectores.
Honestamente conozco muy poco sobre el mundo del "graffiti" y el arte callejero (por si a alguien le interesa, mi postura al respecto es: debería ser legal en propiedad pública, y prohibido en propiedad privada). Sin embargo desde hace años me ha fascinado el "culture jamming", generalmente definido como una corriente artística que se apropia de las herramientas y recursos gubernamentales y corporativos para darles un significado distinto, manifestando el inconformismo y rebeldía que todos sentimos, pero que no todos podemos expresar. Digamos que es una especie de "graffiti" con conciencia social y política, que no está limitado a las paredes, sino a todos los medios de comunicación. La película Exit Through the Gift Shop muestra como ambas corrientes pueden combinarse para formar un documental de incierta veracidad pero innegable impacto, tanto por su mensaje como por su valor como entretenimiento.

Es complicado describir su argumento, así que será mejor parafrasear a Banksy, director de la cinta y famoso artista callejero cuyo anonimato es tan importante para su "mistica" como los mensajes que ha dejado impresos en las paredes de Londres y muchas otras ciudades. Al principio de Exit Through the Gift Shop, el encapuchado Bansky nos explica que todo comenzó cuando el excéntrico inmigrante francés Thierry Guetta trató de hacer un documental sobre el fenómeno del arte callejero; pero Guetta resultó ser más interesante que el tema mismo, de modo que Banksy decidió hacer su propio documental sobre el "documentalista". Entonces, como una serpiente que devora su propia cola, Exit Through the Gift Shop refleja la influencia de un movimiento cultural sobre el artista y viceversa, conjurando una narrativa al mismo tiempo informativa, inspiradora... y mortificante.

La primera hora de Exit Through the Gift Shop (una frase que traviesamente refleja la comercialización del arte) presenta una sólida mirada al movimiento del arte callejero, que difiere un poco del tradicional "graffiti" por emplear esténciles, escultura y otras técnicas para plasmar arte efímero en paredes, pisos y demás espacios urbanos apropiados para difundir el particular mensaje del artista, por lo general una denuncia de vicios sociales, gubernamentales o corporativos; o simplemente un destello de humor e ingenio en el gris entorno citadino. La narrativa nos lleva naturalmente de lo particular (empezando por el artista francés Space Invader) hasta lo general (el mundialmente reconocido arte de Banksy y Shepard Fairey que dio mayor difusión al movimiento), y resulta apasionante la manera como el despistado Thierry se infiltra paulatinamente en la vida de los artistas, facilitando sus "performances" ilegales al mismo tiempo que documenta todo (TODO) con su inseparable cámara de video.

Sin embargo, la última media hora introduce un giro inesperado cuando el mismo Guetta decide dejar de ser un espectador y empezar su propia carrera artística. Lo que ocurre a continuación es simultáneamente conmovedor, asombroso e irritante, pues observa desde una perspectiva privilegiada el eterno conflicto entre arte y comercio, y la difusa línea que los divide (a veces no tan difusa). De hecho, la historia es tan increíble que justifica las sospechas de que Exit Through the Gift Shop sea una gran broma de Banksy y sus secuaces... un audaz acto de "culture jamming" que los llevó hasta los Óscares. En lo personal me inclino a creer que todo fue cierto; y aunque no lo sea, el mensaje sigue siendo igualmente válido y revelador. Claro que el tema de este documental quizás sea un poco frívolo, y podría parecer irrelevante en vista de todo lo que ocurre actualmente en el mundo. Pero su limitado alcance no impide apreciar el talento narrativo de Banksy, el asombroso entusiasmo (y desvergüenza) de Thierry Guetta, y el valor cultural de los demás artistas callejeros que, con o sin permiso, tratan de ilustrarnos sobre las hipocresías de la vida moderna, o tan solo divertirnos por unos instantes con alguna imagen atractiva o frase aguda. Por lo pronto, me fijaré más en el rastro de estos subversivos artífices cuando camine por la calle.

Calificación: 8