The Sitter

Entre mis comedias favoritas de todos los tiempos está la semi-clásica Adventures in Babysitting (de 1987), en la que una responsable adolescente de los suburbios de Chicago tiene que internarse en la peligrosa ciudad junto con los niños que cuida, para ayudar a su mejor amiga; y sobra decir que la niñera y los tres niños tienen muchas aventuras de nivel "PG-13" antes de regresar a sus respectivos hogares. No es exactamente una trama original o inteligente, pero bajo la dirección de Chris Columbus, y con un perfecto elenco se convirtió en una de esas cintas de culto que siguen disfrutándose sin importar cuántas veces se han visto, o cuántos años han pasado desde su estreno. Por eso era inevitable que algún "creativo" ejecutivo de Hollywood decidiera copiar la fórmula, cambiándola lo suficiente para no pagar derechos ni tener que llamarla "re-make". El resultado de ese "brainstorm" es The Sitter, cuyo argumento podrá ser muy similar al de Adventures in Babysitting, pero su humor es definitivamente más maduro (¿o es inmaduro?) y su tono parece más apropiado para fans de Judd Apatow que para los de John Hughes.

Esta vez el "niñero" renuente es Noah Griffith (Jonah Hill), un típico "loser" sin rumbo en la vida y con una antipática novia (Ari Graynor) que lo trata mal y lo deja plantado en la noche de una gran fiesta. Entonces, sin planes ni amigos con quien salir, Noah accede a cuidar durante unas horas a los niños de una pareja vecina. La velada comienza mal, pues los "niños" demuestran ser difíciles de manejar: la pequeña Blithe (Landry Bender) se maquilla demasiado, está obsesionada con la "cultura de la celebridad", y constantemente pide que la lleven al "club" para bailar. Slater (Max Records) tiene "issues" y toma medicinas para calmar sus nervios, aunque quizás su único problema sea confusión sexual. Y finalmente Rodrigo (Kevin Hernández) es un niño adoptado de El Salvador, muy agresivo, piromaniático, y además con problemas urinarios. Noah se resigna a pasar la noche en compañía del trío, pero su novia le habla por teléfono para pedirle que recoja un sobre de cocaína con su "proveedor" habitual y se lo lleve a la fiesta donde está divirtiéndose. Noah se niega, pero ella le ofrece sexo como recompensa, y obviamente eso basta para motivarlo a cumplir el capricho de la chica. Y como no puede dejar solos a los niños, lo más natural es llevarlos primero a la guarida del narcotraficante y después a la fiesta, aunque desde luego en el camino encontrarán aventuras, balazos, huevos de dinosaurio... y un inesperado lazo emocional que les ayudará a crecer y quizás resolverá sus problemas personales.

Supongo que el primer acierto y obstáculo de The Sitter será su actor principal. Quienes no aprecien el estilo cómico de Jonah Hill seguramente odiarán la cinta, pues lo vemos durante hora y media haciendo sus típicas rutinas de "nerd" vulgar, aunque sin malicia y con gran corazón (literalmente... creo que Hill filmó esta película justo antes de bajar de peso para 21 Jump Street). En lo personal me cae bien este actor (por no mencionar que comparto su rotunda figura), y aunque siempre interpreta el mismo papel, sigue haciéndome reír su combinación de cordialidad y grosería. El trío de niños tiene buena química con el protagonista y reaccionan con naturalidad ante situaciones y diálogos incongruentes con su corta edad. Por el lado de los villanos tenemos al usualmente confiable Sam Rockwell en el papel del narcotraficante sensible y extremadamente voluble, que puede ir de las lágrimas a la violencia en segundos. Rockwell es sin duda un actor extraordinario, pero creo que en esta ocasión llevó su personaje al extremo de la caricatura, con lo cual elimina el poco realismo que le quedaba a la película, y extingue el aire de amenaza que debería presentar hacia el niñero y sus protegidos. Pero bueno... obviamente The Sitter no es el tipo de película que se preste a la sutileza histriónica, así que puede disculpársele. Finalmente, la siempre divertida Ari Graynor esfuma mágicamente su encanto personal para convertirse en la peor "novia" del mundo, que solo usa a Noah cuando necesita algo. Lástima que su participación sea tan breve.

A fin de cuentas The Sitter me hizo reír; pero a pesar de su lenguaje soez e irreverente premisa, la sentí un poco blanda y carente de energía cómica. Parecería que el director David Gordon Green, tan exuberante y audaz en cintas como Pineapple Express y Your Highness, se "auto-censuró" en esta ocasión, y no quiso llevar el humor hasta niveles realmente subversivos, lo cual quizás hubiera hecho la cinta más memorable o divertida. Por otro lado los personajes me parecieron simpáticos, y me gustó la evolución natural en la relación de Noah y los niños, pues no se siente tan forzada como en otras cintas sobre "pareja dispareja" (o en este caso "cuarteto disparejo"). Entonces puedo darle una escueta recomendación a The Sitter por méritos propios, aunque definitivamente traicionó el potencial que prometía una versión adulta de Adventures in Babysitting. Qué bueno que no la vendieron como "re-make" oficial, pues hubiera enfurecido a los fans por manchar la memoria de aquella joya del cine ochentero. De esta manera The Sitter es simplemente otra comedia vulgar, apta para reír un rato y olvidarse de inmediato. Otra buena lección del Niñero para cineastas modernos: si sus intenciones son modestas, será más fácil disculpar la mediocridad.
Calificación: 7