
Como puede suponerse, ese gran logro no pasó desapercibido para los estudios de Hollywood y, siguiendo su funesta tradición, decidieron realizar una versión norteamericana en vez de apoyar la distribución masiva de la excelente cinta original. Ahora que lo he visto, acepto que el re-make no es malo, pero eso no disculpa la inexplicable xenofobia fílmica que infecta a la industria cinematográfica de los Estados Unidos.
Al principio de Cuarentena conocemos a Angela (Jennifer Carpenter), conductora de un programa televisivo llamado "Night Shift", quien se prepara para grabar un segmento sobre la actividad nocturna en un cuartel de bomberos, con ayuda de su camarógrafo Scott (Steve Harris). Durante un rato las cosas se desarrollan de manera inofensiva y hasta un poco aburrida, por lo que Angela se alegra cuando finalmente los bomberos responden un llamado, que resulta ser una emergencia médica en un viejo edificio. Pero lo que comienza como una situación rutinaria se convierte en una masacre cuando algunos habitantes del edificio empiezan atacar violentamente a sus vecinos... y a los visitantes. Entonces Angela y los bomberos tratan de escapar... pero se los impide una barricada aparentemente colocada con el fin de contener el contagio masivo que infesta el edificio.
Para terminar lo más rápidamente posible con las inevitables comparaciones, diré que Cuarentena es obviamente inferior a REC. Para empezar, la trama ha sido inexplicablemente alterada para cambiar el origen de la amenaza, y aunque ciertas escenas clarifican el inicio del contagio, también logran que se pierda el misterio que la original mantuvo durante más tiempo, promoviendo la angustia y confusión del espectador. Otra desventaja son las actuaciones; usualmente me gusta mucho el trabajo de Jennifer Carpenter (especialmente en el excelente programa televisivo Dexter), pero en Cuarentena se siente exagerada en los momentos de mayor tensión, y con demasiada frecuencia me "sacó" de la película, recordándome que estaba viendo a una actriz simulando terror. En la versión española Manuela Velasco interpretó el mismo papel de manera más natural y creíble, y lo mismo aplica al resto del elenco. Cuarentena, por el contrario, no puede evitar que sus actores se sientan más "Hollywood", no sólo en su pulida apariencia, sino en sus estudiadas reacciones. Pero su más notoria falla es la absoluta inutilidad de la película entera. ¿Para qué tratar de arreglar lo que no estaba roto? Claro, lo olvidé... la mencionada xenofobia.
Siendo justos hay que apreciar también el hecho de que no mucha gente vio REC, de modo que para una buena parte del público Cuarentena será una experiencia original, y en ese aspecto hay que admitir que es una competente cinta de terror cuya compacta trama y frenético ritmo produce mejores resultados que todos los re-makes de cintas asiáticas producidos en años recientes. Los efectos prácticos son agradablemente sangrientos y los trucos digitales casi invisibles, contribuyendo en gran medida a la ilusión de realidad que añade impacto a la historia. Y aunque la última toma fue torpemente revelada en los cortos de la película, esa inolvidable secuencia final está editada quizás con un poco más de disciplina y coherencia que en la versión española.
Me sentiría mal si no recomendara Cuarentena, porque a fin de cuentas es un buen re-make (por innecesario que sea) y cumple decorosamente su función como película de terror. Se ven reflejados en ella los esfuerzos del equipo técnico y creativo, y sería injusto no valuar su labor aunque se hayan limitado a copiar lo creado por otros. Indudablemente sería mejor ver REC para apreciar la experiencia original no diluida ni interpretada por sensibilidades norteamericanas, pero en su defecto Cuarentena puede tomarse como un imperfecto aunque funcional substituto que, en el mejor de los casos, nos recordará que no siempre tendremos igual suerte en lo que se refiere a re-makes. Al menos tenemos algo que agradecerle.
Calificación: 8