Más Allá de la Vida (Hereafter)

Respeto mucho la carrera que ha forjado el actor/director/productor/músico Clint Eastwood, desde sus humildes orígenes como actor en cintas de explotación (aceptémoslo, sus "spaghetti westerns" son reverenciados hoy, pero en su momento fueron baratas copias italianas de un popular género norteamericano; y las cintas de Harry "Make my Day" Callahan pertenecieron al género de revancha que fue tan popular en autocinemas y "grindhouses" de los setentas), hasta un aclamado director con abundantes premios y nominaciones en su haber. Para darse una idea de lo mucho que Eastwood progresó, imaginen que en treinta años estuviéramos viendo a Steven Seagal recibiendo la Palma de Oro en Cannes. Bueno, quizás exagero, pero como sea hay que aplaudir la re-definición de Eastwood y su evolución como artista. Muy bien, creo que ya fueron suficientes halagos para balancear parcialmente las cosas malas que tengo que decir sobre Más Allá de la Vida, su más reciente película.

El "iñarrituresco" argumento (sí, el cual incluye un trágico accidente automovilístico) sigue tres historias paralelas en diversos puntos del planeta. Para empezar, tenemos una secuencia extraordinariamente impactante en la que se recrea con increíble realismo el tsunami que azotó la costa de Indonesia a fines del año 2004. Una de las víctimas es Marie LeLay (Cécile de France), popular reportera francesa de vacaciones en aquel país, quien se encuentra inesperadamente en el camino de la marejada... y puede decirse que su muerte cambia para siempre su vida. Por otro lado tenemos a George Lonegan (Matt Damon), psíquico retirado viviendo modestamente en la ciudad de San Francisco tras haber abandonado su lucrativa carrera, pues la genuina habilidad que posee para comunicarse con "el más allá" se convirtió en una pesada carga que le impide llevar una vida normal. Finalmente, encontramos en Londres al niño Marcus (Frankie McLaren), quien pierde en un accidente a su hermano gemelo. Entonces, quizás para ocultar su dolor o para asimilar la tragedia, Marcus comienza una peculiar cruzada en busca de alguien que pueda comunicarse con su hermano fallecido. Y así, durante casi dos horas, vamos encontrando los elementos comunes de estas tres historias, todas impulsadas por la muerte... o, mejor dicho, por lo que quizás nos ocurre después de la muerte.

Antes de ver Más Allá de la Vida tenía una vaga idea de su argumento, y mi preocupación principal es que fuera a degenerar en un simplista panfleto religioso. Afortunadamente Eastwood evita tomar ese camino... pero no sé si hubiera sido preferible al ambiguo y poco satisfactorio tono "new age" que adopta la cinta. Quizás con el ángulo divino la película tendría una postura definida y un mensaje específico, en vez de darnos vueltas por el globo durante más de dos horas para llegar a una conclusión débil y demasiado conveniente, que hace rechinar los engranes narrativos en su esfuerzo por atar las tres historias y hacernos exclamar "¡Ah... ya entendí!". Lo único que entendí es que un final estilo Hollywood no es compatible con un análisis mal planteado de un tema tan controversial como la supuesta "vida después de la muerte". Pero bueno... habiendo desahogado mis frustraciones con el inverosímil libreto de la película, debo señalar también los muchos puntos positivos que en cierto modo compensaron mi desagrado por la inescrutable intención del director.

Para empezar, no cabe duda que hay muy buenas actuaciones en Más Allá de la Vida. Los niños Frankie McLaren y George McLaren cargan con la más floja sub-trama, pero su trabajo es excelente, y no me extrañaría verlos (juntos o individualmente) como protagonistas de alguna futura cinta británica de fantasía, o algo así. Matt Damon tiene el ingrato papel de hacernos creer la "realidad" de los poderes psíquicos, pero sabiamente deja que la humanidad de su personaje se encargue de convencernos. Y fue un placer ver a Cécile de France en una cinta norteamericana que respeta la sensibilidad de la actuación francesa y la naturalidad de su interpretación. Además me gustó el simpático cameo de Derek Jacobi (como él mismo), recordándonos el increíble trabajo que ha realizado sin mucha fanfarria durante cincuenta años de carrera (¿quizás John Hurt rechazó el papel?).

Finalmente, debo regresar al comienzo de la película... esa secuencia del tsunami vale prácticamente el precio de entrada y las dos horas de vagas homilías espirituales que le siguen. El trabajo del estudio de efectos especiales Scanline es espectacular, y me pareció mucho más digno de aplauso que los previsiblemente complicados efectos de fantasía que vimos el año pasado, y que seguramente competirán por el Óscar en el 2011. Entonces, tengo obvia indecisión sobre Más Allá de la Vida... el trabajo de los actores es sólido, la dirección de Eastwood repite la elegante simplicidad que hemos visto en sus películas anteriores, al igual que la impecable manufactura de las imágenes que nos presenta. Quizás el problema fue que mi ideología personal no encaja con la del libreto; o quizás el libreto ni siquiera está seguro de cual sea su ideología. Como sea, hay muchas cosas recomendables en esta obra, pero la experiencia general me pareció hueca, decepcionante y, sobre todo, carente de emoción. Creo que hubiera preferido el más simplista melodrama de un "thriller sobrenatural" en vez de un drama espiritual con mucho ruido y pocas nueces. Y ninguna propuesta.

Calificación: 6.5