El Coleccionista (The Collector)

Consultando la filmografía del cineasta Marcus Dunstan descubrí que fue guionista de películas que en general me gustaron (con una excepción), lo cual elevó mis expectativas sobre El Coleccionista, su debut como director. Hace un par de años su guión de Saw V casi destruyó la popular franquicia... pero logró rescatarla con la eficiente Saw VI, estableciendo un "nuevo principio" y buenas expectativas para la futura Saw VII. Y como autor de la saga de Feast, nos regaló algunos memorables personajes, el más torcido humor que he visto en años recientes y una historia a la vez simple e impredecible, cuya exuberante energía superó casi cualquier cinta de terror de alto presupuesto. Con esos buenos antecedentes, ¿qué nos depararía su opera prima? Con suerte sería una divertida combinación de aquellos disímiles estilos, con una sólida historia, personajes frescos y altos niveles de originalidad. Desafortunadamente no tuvimos tal suerte, pues El Coleccionista resultó ser un refrito de Saw, con mucha sangre y crueldad pero con un argumento forzado, carente de la cohesión e ingenio que hicieron popular a aquella serie.

La historia se centra en Arkin (Josh Stewart), trabajador ocasional para una acomodada familia que reside en una aislada casa de campo. Arkin parece un empleado confiable, pero secretamente planea robar la caja fuerte del Sr. Chase (Michael Reilly Burke) cuando la familia esté de viaje. Sin embargo su plan se desmorona cuando se introduce furtivamente a la casa... y encuentra una serie de trampas preparadas por el Coleccionista (Juan Fernández), un maniático asesino enmascarado que secuestró a la familia para su entretenimiento personal. Entonces Arkin deberá escapar con vida de la mortal mansión y, si es posible, ayudar a las personas que pretendía robar.

La historia es moderadamente original, aunque tiene similitudes con la novela The Trap, de Tabitha King (sí, la esposa de Stephen King). Me gustó la ambigüedad moral del protagonista y el establecimiento de la situación durante los primeros veinte minutos, donde encontramos algunas pistas para deducir la identidad del villano (aunque al final resulta irrelevante). Sin embargo el desarrollo se vuelve repetitivo, con largas escenas de sangrienta tortura que ofrecen impresionantes efectos de maquillaje (realizados al estilo de la vieja escuela, con látex y fluidos artificiales) pero muy poco interés narrativo. De cualquier modo el director genera algunos buenos momentos de suspenso (como el acecho de la hija y su novio) y pone especial cuidado en mantener un claro lenguaje visual, donde siempre entendemos lo que está ocurriendo a pesar de los espasmos de edición con los que pretende incrementar la intensidad de la película; pero por cada escena de sólida tensión o grotesca violencia (lo digo como un cumplido), ocurre algo absolutamente ridículo o inverosímil que rompe el hechizo y nos recuerda las numerosas inconsistencias del libreto y la clásica estupidez de los personajes, elemento indispensable para empujar la historia hacia donde quiere el escritor.

A pesar de tantas quejas, tengo que admitir que El Coleccionista es muy superior a los clones de Saw que infestan el mercado directo a DVD, pues al menos cuenta con el moderado talento de su novato director, el esmero visual del cinematógrafo Brandon Cox y los competentes efectos de Gary J. Tunnicliffe. Ojalá todo ese esfuerzo se hubiera empleado en algo más original y menos derivativo; pero bueno... en el pobre entorno del horror contemporáneo hay que agradecer hasta los más modestos logros, pues bien sabemos lo bajo que puede caer este género. Entonces, lo único que colecciona El Coleccionista son clichés (¡perdón!) pero los maneja bien, y ofrece un mínimo de entretenimiento para los fans del horror con mucha indulgencia y bajos estándares, como yo. Es raro encontrar una muestra de "porno-tortura" con sustancia detrás de la sangre y talento detrás de las cámaras. Pero que no sirva como excusa para revivir esta tediosa corriente, por favor.
Calificación: 6.5