lunes, 21 de junio de 2010

Génova (Genova)

Me interesa la obra del director Michael Winterbottom por su habilidad para incursionar en cualquier género sin perder su identidad como cineasta. En vez de someterse a convencionalismos predecibles, prefiere incorporar su propia sensibilidad y estilo, de modo que sus películas se sienten como curiosos híbridos al mismo tiempo naturales y sofisticados... lo cual no significa que me gusten incondicionalmente. Pero en general considero que vale la pena buscarlas aunque sea como breve distracción del cansado producto hollywoodense que quizás me divierte más, pero no siempre satisface emocional o narrativamente.

Génova
es un drama minimalista que sigue al viudo profesor Joe (Colin Firth) y sus hijas Kelly (Willa Holland) y Mary (Perla Hayen-Jardine) durante los meses que pasan en Génova, Italia tras la muerte de su madre Marianne (Hope Davis). Entonces, con toda parsimonia vemos como la familia, cada quien a su manera, va reconciliándose con su pérdida y recuperando el interés por la vida en una ciudad al principio extraña, pero fascinante por su cultura, arte y, sobre todo, su gente.

En general me desagradan las películas sobre personajes sufriendo ininterrumpidamente durante dos horas, y por un momento pensé que eso me esperaba en Génova; sin embargo Winterbottom está más interesado en la redención emocional de sus personajes que en hacernos llorar sin propósito. Por eso el tono de la película no es de tristeza, sino de languidez salpicada con esperanza que no surge de grandes discursos ni lacrimosas revelaciones, sino de la simple rutina diaria... lo cual es un modo amable de decir que no pasa nada. Esto seguramente decepcionará a quienes esperaban una narrativa más concreta (como yo); cierto, cada personaje tiene su particular sub-trama; Joe da clases en la universidad y se ve tentado por el romance con una de sus estudiantes; Mary toma clases de piano y ocasionalmente ve el fantasma de su madre, ¿o es solo una manifestación de sus sentimientos de culpa? Mientras tanto Kelly se enamora de un joven italiano y mantiene un romance a escondidas de su padre. Pero ninguna de esas historias toma precedencia, y parecen tan solo circunstancias periféricas a la melancolía de Joe y sus hijas.

Me encuentro indeciso sobre Génova; por un lado me pareció cansada y en ocasiones repetitiva (¿cuántas veces debe extraviarse la pequeña Mary en los oscuros callejones de Génova para que su padre le preste atención?); pero por otro lado me gustó el profundo detalle de sus personajes (por no mencionar los bikinis de Willa Holland), y eso bastó para alejar el aburrimiento e interesarme por ver hacia dónde se dirigía la película. En cierto modo Génova me recordó la obra de Ken Loach (¿no tiene una película llamada My Name is Joe?), pero con un tono más optimista, personajes más accesibles y un final abierto que genuinamente se siente como un principio para la familia protagónica.

Entonces, Génova no resultó lo que yo esperaba, pero eso es normal con las películas de Michael Winterbottom. Las actuaciones son buenas y la cinematografía (obviamente realizada en video) es cálida y realista, sin caer en el fetiche turístico de otras recientes cintas ubicadas en Italia (como When In Rome y Letters to Juliet). Debido a su lentitud, difusa historia y vago enfoque me costaría trabajo darle una sincera recomendación; sin embargo siento que encaja en la categoría de "cine de arte", más adecuado para la reflexión y el análisis que para pasar un rato de ameno entretenimiento. A fin de cuentas imagino que ese es el punto de Winterbottom: la vida real no está estructurada como un conveniente guión, ni tiene principios definidos ni finales felices; simplemente es una colección de experiencias y relaciones que evolucionan con el tiempo y nos hacen crecer (en mi caso, a los lados). Si eso suena interesante, vayan a ver Génova (mucha suerte para encontrarla, pues está en muy pocos cines). No niego que sea difícil y pretenciosa, pero de vez en cuando es bueno encontrar cine que nos ponga a pensar… o al menos a refunfuñar con más filosofía.
Calificación: 7

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