Defendor

La post-moderna "deconstrucción" del género de super-héroes ha sido tema popular en los comics desde que Stan Lee y Jack Kirby aparecieron en las páginas de Fantastic Four discutiendo con los héroes "reales" las historias que publicarían en su comic "imaginario". Desde entonces hemos visto muchas obras que abordan el análisis realista del mito del superhéroe, ya sea de forma realista (como en Watchmen) o cómica (como en Mystery Men). Defendor pertenece al lado oscuro de ese análisis, y aunque no está exenta de risas, su tono sombrío revela que el director y guionista Peter Stebbings quiso hacer algo más profundo. No siempre funciona, pero en general me gustó este relato que nos muestra el violento choque entre heroísmo y realidad.

Woody Harrelson interpreta a Arthur Poppington, un afable obrero con limitadas facultades mentales que, inspirado por los comics que lee, decide convertirse en un super-héroe, vistiéndose de negro, pintándose un antifaz en la cara y adoptando el nombre de "Defendor" para proteger su barrio de narcotraficantes y pandilleros. Desde luego Defendor no tiene poderes especiales, y sus encuentros con un policía corrupto lo dejan lastimado y en la mira de la mafia, así como de las autoridades que lo consideran un peligro para la sociedad. Pero con la ayuda de su amiga Kat (Kat Dennings), joven prostituta a quien rescató de una golpiza, Defendor podría finalmente derrotar al "Capitán Industria", el archi-rival que tuvo profunda influencia en el pasado de Arthur, y quizás fue responsable por el origen del héroe...

No hay que pensar en Defendor como una comedia; sin duda tiene momentos graciosos, pero las sórdidas situaciones que retrata y la melancolía de su protagonista la identifican como un drama humano de inusual profundidad. Las proezas del confuso superhéroe son el motor del argumento, y a la vez sirven para analizar varios interesantes temas, desde el tratamiento de los enfermos mentales en la sociedad contemporánea hasta las jerarquías económicas detrás del crimen callejero, siempre respaldado por "peces grandes" que están por encima de la ley. Sin embargo, el punto más interesante (en mi humilde opinión) es mostrar que vivimos en una sociedad donde el heroísmo, la iniciativa y el altruismo pueden ser vistos como crímenes cuando no encajan en los rígidos parámetros de la ley. Claro, el eterno debate entre "ley" y "justicia" ha impulsado muchas otras películas (y comics), pero me gustó el enfoque a la vez honesto y ambiguo de Defendor, pues muestra dos caras de la moneda, y se rehúsa a ofrecer respuestas fáciles o resoluciones convenientes que nos hagan sentir bien.

Admiro la intención del director y su sobrio tratamiento de un asunto polarizante... pero también me decepcionó su falta de energía, difuso libreto y pobre estructura narrativa. Nunca sentí que las múltiples sub-tramas se conjugaran en un todo consistente; por un lado tenemos la excelente dinámica entre Defendor y su protegida, la paradójicamente ingenua prostituta Kat; por otro lado está la investigación sobre corrupción policial que casualmente coincide con las actividades del protagonista; y encima de eso tenemos las sesiones con la psicóloga Ellen Park (Sandra Oh), que pretenden darnos un contexto histórico sobre la juventud de Arthur y sus traumas pasados. Pero no hay una sólida sensación de causa y efecto que nos lleve lógicamente del punto A al punto B; la historia parece desarrollarse a empujones, con situaciones arbitrarias que conducen tangencialmente al final, el cual podría haber sido mucho más impactante si existiera ese peso emocional acumulado a lo largo de la película.

La experiencia de Defendor no fue del todo satisfactoria, aunque tiene muchos elementos sobresalientes que justifican darle una oportunidad a esta inusual película, empezado por las excelentes actuaciones de Harrelson, Dennings y el siempre intenso Elias Koteas para guiarnos por los ocasionalmente frustrantes laberintos de la historia. La publicidad pretende venderla como una barata versión de Kick-Ass, aprovechando la similitud de argumentos (gente común tratando de ser super-héroes), pero conviene aclarar que Defendor no pertenece al género de acción/violencia, sino que busca forjar su propio nicho de drama humano/psicológico con tintes tragi-cómicos. Hay obvio talento respaldando esta densa confección, y se me ocurre que podría ser mejor recibida por quienes NO sean lectores de comics ni entusiastas de los superhéroes, pues la sensibilidad de la película está más cercana al melodrama "indie" que a los espectáculos hollywoodenses. Entonces, en la tradición de los mejores comics modernos, Defendor usa herramientas simples para construir conceptos complejos, y aunque dista mucho de ser perfecta, ofrece una alternativa muy interesante para el mito del superhéroe, rara vez examinado desde este bizarro ángulo. Aunque sigo pensando que se ha hecho mejor en los comics.
Calificación: 7.5