martes, 18 de noviembre de 2008

Return to Sleepaway Camp

Por haber pasado mi adolescencia durante la década de los ochentas me veo irremediablemente afectado por esa desagradable enfermedad cuyos síntomas incluyen una inexplicable nostalgia y desmedida afección por las cintas de terror de aquella época (pudo ser peor... afortunadamente no guardo el mismo sentimiento por la música pop de esa década). Como quiera que sea, ese fenómeno me ha enseñado a ser más cauto en mi apreciación por el cine de los ochentas y, aunque no siempre lo consigo, trato de mantener un balance apropiado entre los recuerdos embellecidos por el tiempo y la visión semi-objetiva de esas películas que tanto disfruté entonces, pero que probablemente me parecerían basura si las viera hoy exentas de nostalgia.

Lo cual nos lleva a la original Sleepaway Camp.

Entre las decenas de imitadoras de la fórmula popularizada por Friday the 13th hay unas cuantas que lograron destacar por sí mismas, no necesariamente por su originalidad, sino por algún factor adicional... un "extra" que las hizo memorables o al menos diferentes del montón. Por ejemplo, The Burning añadió buenas dosis de suspenso y brutal violencia; April's Fools Day combinó terror y humor... y Sleepaway Camp sorprendió a todos con un inesperado final que en su momento resultó subversivo y casi escandaloso. Y aunque tuvo varias secuelas, ninguna logró repetir su éxito (aunque la segunda, subtitulada Unhappy Campers, se sostiene como una sólida cinta dentro de su limitado nicho).

Por eso resulta ahora sorpresivo ver Return to Sleepaway Camp, una tardía secuela (casi diez años después de Sleepaway Camp III: Teenage Wasteland) con sólo uno o dos elementos en común con la original... pero que triunfa al recapturar la sincera energía, burda construcción e irredenta vulgaridad de aquel infame estilo ochentero.

Muchas películas de terror modernas pretenden emular ese estilo, y algunas lo logran hasta cierto punto (entre las que más me han gustado están Cabin Fever, Hatchet, Dance of the Dead y Wrong Turn). Sin embargo, viendo la rústica manufactura de Return to Sleepaway Camp, me doy cuenta de que lo único que se había logrado hasta ahora era una interpretación moderna del estilo ochentero, filtrado a través de los estándares contemporáneos y la estética visual que empapa todo el entretenimiento popular. Por el contrario, Return to Sleepaway Camp parece realmente filmada hace veinte años, con actores que nunca han pisado Hollywood y por un director que no ha visto ni una cinta de terror moderna, ni un re-make de cine japonés, y mucho menos programas de televisión como Gossip Girl, Supernatural o One Tree Hill. Cada espectador deberá decidir si eso es una refrescante cualidad o un imperdonable defecto.

La típica historia se ubica (obviamente) en un campamento de verano, donde algunos jóvenes y adultos empiezan a morir de maneras extrañas y violentas después de tratar mal a un adolescente con problemas emocionales. Como de costumbre, la pila de cadáveres sigue en aumento hasta que la revelación del asesino aclara el misterio (o tal vez sólo lo complica más). Lejos de buscar imitar el famoso final de Sleepaway Camp, Return to Sleepaway Camp se conforma con una arbitraria revelación que no tiene mucho sentido, pero que al menos conecta ingeniosamente con la original.

Sin embargo, no será algún atributo narrativo o técnico lo que haga atractiva esta película... sino la ineludible impresión de que estamos viendo (en VHS) una olvidada película de los ochentas, libre de artificio, pretensión y de los prejuicios que la cultura ha adquirido en las dos últimas décadas. Entonces, con la visión más objetiva que puedo tener, debo decir que Return to Sleepaway Camp es un bodrio mal hecho y repleto de clichés que sólo asusta por sus bajos valores de producción. Pero, a través de los rojos lentes de la nostalgia me pareció una memorable experiencia que trajo gratos recuerdos y una placentera incertidumbre sobre la intención de la película... ¿Fue la genialidad del director Robert Hiltzik (también reponsable por la cinta original) lo que logró esta proeza?... ¿O fue su consistente carencia de talento y visión creativa? Honestamente no quiero saberlo... de un modo u otro funcionó para hacerme pasar un rato muy entretenido, y por eso se lo agradezco.
Calificación: 7

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