domingo, 9 de noviembre de 2008

Código de Familia (Pride and Glory)

Desde las primeras escenas de Código de Familia vemos mucha tragedia, gritos, ira y violencia. Pero durante un largo rato ninguno de esos eventos logra conectar emocionalmente con el espectador (al menos conmigo). Y, cuando finalmente se define el conflicto principal (de los muchos que habitan la revuelta trama), ya se volvió un poco cansada y previsible.

La cinta sigue a varios miembros de una venerable familia de policías que, durante la investigación del asesinato de cuatro agentes, entran en conflicto por sus distintas ideologías, métodos y motivaciones, todo ello retratado contra la cruda y fría atmósfera urbana de Nueva York, en la que algunos policías emplean dudosas técnicas para combatir al cada vez más agresivo y despiadado elemento criminal.

Con el elenco que cuenta Código de Familia podemos al menos esperar intensos personajes y eléctricas actuaciones. El trío estelar de Edward Norton, Colin Farrell y Jon Voight cumplen su cometido, aunque exageran muy poco estableciendo sus respectivos estereotipos (desde policía atormentado por su pasado hasta policía violento y amoral que rompe la ley para hacer que se cumpla). Por lo demás, tenemos los acostumbrados elementos: funerales en cámara lenta, vidas privadas arruinadas por la tensión del trabajo, metafóricas reuniones familiares llenas de tensión; y el clásico examen de la gris moralidad que deben adoptar quienes no temen usar las herramientas y actitudes de los criminales para combatirlos. Nada nuevo, pero razonablemente bien realizado.

Es una queja menor, pero tal vez puedo considerar como defecto el ridículamente excesivo uso de la palabra "fuck". No me ofende ni me escandaliza, pero se usa con tanta frecuencia que termina convirtiéndose en una distracción cuando deja de sonar "realista" y pasa a ser la versión de "realidad neoyorquina" que el guionista imaginó en su cómodo departamento en Hollywood. Y lo peor es que su uso no es excesivo cómico, como en Clerks, ni excesivo crudo como en Raging Bull. Su único fin es subrayar la agresión y rudeza de los personajes... lo cual parece innecesario conforme nos sumergimos más en la nebulosa ética de los policías que actúan como criminales.

Pero además de ese no hay motivo de queja mayor por algún elemento intrínseco de la película; está bien actuada, bien dirigida y medianamente bien escrita (aunque no cabe duda que da demasiadas vueltas para llegar al inevitable punto que adivinamos desde hace un buen rato); el problema es que no hay mucho que la distinga de tantas otras que comparten similares estilos, entornos y temas. En particular me recordó dos cintas recientes: Street Kings y We Own the Night (en la primera también vimos policías que actúan por encima de la ley; en la segunda se mostró el conflicto de una familia con sus miembros en extremos opuestos de la ley). Todas ellas tienen un estilo visual que pretende ser áspero y realista, pero con aderezos de estilizado "neo-noir" con el fin de hacerlas más "cool" y atractivas para el público joven. No hay nada malo en ello... las tres películas me gustaron, pero estoy seguro de que en un par de meses se mezclarán en mi memoria y no recordaré qué pasa en cada una. Cierto, la causa podría ser el típico reblandecimiento cerebral que acarrea mi edad, pero también podría ser porque son semejantes en tantos aspectos que tienden a fundirse con el tiempo.

Entonces, si Código de Familia fuera la primera en su tipo quizás podría aspirar a ser tan innovadora como lo fueron en su momento The French Connection, Point Blank o incluso la asiática Infernal Affairs... pero no lo es y, por lo tanto, queda extraviada entre el montón de thrillers policíacos bien hechos pero totalmente olvidables. La verdad es que podría ser mucho peor, y no me arrepiento de haber invertido más de dos horas en verla; sólo desearía que tuviera algún elemento realmente sobresaliente que la hiciera única y memorable (como la demencial energía de Running Scared o la implacable intensidad de Narc). Y no, el sorprendentemente buen español de Edward Norton no cuenta.
Calficación: 7

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