A nadie deberá sorprender el estreno de otro pseudo-documental de terror (esta vez en Video On Demand); sin embargo no puedo negar que The Bay despertó mi curiosidad cuando me enteré de que está dirigida por un renombrado cineasta, e incluso me dio esperanza de que la cinta alcanzaría un nivel (narrativo, visual o de simple entretenimiento) superior a las habitualmente tediosas producciones semi-amateur que inundan este sub-género. Y en muchos aspectos The Bay cumplió esa expectativa, pues aunque no será considerada un clásico, sin duda cumple su misión de perturbar al espectador usando las herramientas del "video casero", junto con algunos conceptos tomados de la realidad que resultan más terroríficos que cualquier previsible ficción.
El cineasta en cuestión es el respetado director Barry Levinson, responsable por reconocidas joyas como Diner, Good Morning Vietnam y Wag the Dog... aunque también ha realizado chascos como Sphere y Envy. The Bay representa su primera película de terror, y me alegra decir que eligió un tema fascinante y una estructura muy apropiada para desarrollarlo. El pueblo de Claridge, en la costa este de los Estados Unidos, se prepara para los festejos del Día de la Independencia, que usualmente atrae multitudes de turistas listos para disfrutar los deportes acuáticos, las comidas campestres y la animada vida nocturna... aunque este año la celebración podría arruinarse por culpa de un par de oceanógrafos que encontraron evidencia de contaminación en el agua de la bahía. Sin embargo el alcalde demuestra que son rumores infundados, y entonces vemos cómo transcurre el día por medio de fragmentos de video extraídos de distintas fuentes, como cámaras de seguridad, video-llamadas en teléfonos móviles, conversaciones en Skype, y los comentarios de la joven reportera Donna Thompson (Kether Donohue), quien está muy entusiasmada por su primer trabajo frente a la cámara. Pero lo que comienza como un trivial reportaje se transforma en la crónica de una tragedia que cambiará para siempre el rostro del pueblo. Mientras tanto, en alta mar, la pareja de Sam (Christopher Denham) y Stephanie (Kristen Connolly) navega rumbo a la fatídica bahía, preguntándose por qué no han recibido mensajes de los familiares que supuestamente los esperan ahí...
Por lo general los pseudo documentales del tipo "jóvenes explorando edificio embrujado" buscan ponernos al lado de los personajes para (supuestamente) compartir su terror de manera íntima y directa. The Bay adopta esa estrategia en algunos momentos pero, a diferencia de aquellos directores semi-amateur, Levinson sabe que no puede sostener la película entera con mera gritería, discusiones y rostros aterrados. Por eso complementa la experiencia con múltiples puntos de vista, explorando diversos aspectos de la tragedia para tejer una red admirablemente consistente de causas y efectos. Así tenemos los videos caseros de turistas gozosos sufriendo ocasionales síntomas de malestares sin importancia. Luego vemos las cámaras de seguridad del hospital local, donde empiezan a llegar pacientes con inusuales laceraciones en la piel. Cuando las cosas empeoran, presenciamos las periódicas conversaciones vía Skype entre un abrumado médico del pueblo y los oficiales del CDC (Centro de Control de Enfermedades), tratando de determinar lo que está ocurriendo. Y, para mantener un hilo narrativo unificado, vemos los cada vez más histéricos testimonios de la joven reportera enfrentando una situación que jamás esperó encontrar en su primer día frente a la cámara.
No quiero revelar la amenaza que acecha al pueblo de Claridge, pues me gustó el manejo del suspenso y la gradual revelación de pistas, a veces obvias, a veces contradictorias, que nos mantienen intrigados hasta llegar a la sorpresiva respuesta, simultáneamente prosaica por su simple naturaleza, y perturbadora por estar tan cerca de la realidad ecológica que enfrenta el planeta. Claro, el guión de Michael Wallach toma bastantes libertades creativas para exagerar los efectos del fenómeno y la velocidad de incubación, pero aún así nos pondrá a pensar la siguiente vez que visitemos la playa. En lo referente a la ejecución técnica, aplaudo el uso justificado de múltiples texturas y fuentes de video, pues no solo apoyan el concepto "verité", sino que ofrecen una agradable variedad cromática, muy distinta al monótono video verdoso empleado en tantas otras películas. Las actuaciones son tan naturales como requiere la premisa, y el uso de actores casi desconocidos preserva la ilusión de realidad y la espontaneidad de sus reacciones (la única actriz que reconocí fue Kristen Connolly, la "chica final" en la excelente The Cabin in the Woods). La edición, desde luego, es un aspecto primordial para el estilo documental, y Aaron Yanes realiza un excelente trabajo al lograr que tantos fragmentos de video se integren perfectamente en un relato claro, económico y muy emocionante.
Tampoco podemos descartar el mensaje de este interesante "eco-thriller", que afortunadamente no es demasiado didáctico ni moralizante. Simplemente plantea de manera elocuente las reacciones de la naturaleza ante la influencia humana, y aunque existe un cierto tono político en su actitud "anti-corporativa", Levinson generalmente se mantiene imparcial, dando al espectador la libertad de sacar las conclusiones que más se ajusten a su ideología. Entonces, puedo recomendar The Bay como una de las mejores cintas en formato "pseudo documental"; como un sólido thriller con acentos de terror; y como una fascinante (aunque muy exagerada) especulación sobre la interacción humana con fenómenos naturales fuera de nuestro control. No es el tipo de película que uno esperaría de un cineasta consagrado como Barry Levinson, pero definitivamente me dio gusto encontrarlo validando el menospreciado cine de terror con su presencia y su talento. Veremos si otros colegas se atreven a seguir su ejemplo, y si logran hacerlo con igual destreza y seguridad. Aunque no sé si estamos listos para ver Saw VIII dirigida por Francis Coppola.
Calificación: 8.5
viernes, 16 de noviembre de 2012
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3 comentarios:
Ese animalillo de las lenguas está de moda, me lo he topado mucho últimamente en diferentes medios, nunca en vivo afortunadamente. Eso, y los zombies de las sales de baño, son solo dos adelantos de lo que nos espera este diciembre. Happy ending Pablo.
Orale, Barry levinson haciendo terror? y también vi el nombre de Oren peli, el concepto es bueno pero con otras pelis de este señor, la ejecución a veces no es tan efectiva, aun asi es una interesante cinta para ver.
Creo que el terror en primera persona da una buena oportunidad de profundizar mas en los personajes principales; cosa que regularmente no se hace en una cinta de horror, aquí siento que el punto de vista de los eventos debió ser hecha con un solo personaje, con tantos puntos de vista, a veces funcionan y a veces no, mas que nada porque no tiene continuidad el terror una vez que comienza, nos regresan y nos regresan a eventos previos, mejor desencadenar la epidemia y seguir con ella hasta el final. Bueno eso digo yo.
Anónimo: Como decía mi abuelo: siembra y cosecharás... ;-) Muchos saludos y feliz semana!
Zombidromo: Esta vez me pareció lo opuesto. Después de ver tantas películas con jóvenes en edificios embrujados, me gustó mucho que Levinson fragmentara la narrativa en muchos puntos de vista, pues le da más profundidad a la historia y evita el clásico problema de "¿por qué siguen filmando en vez de correr?" ;-) Como sea, imagino que ya vendrán muchas otras películas con ambos enfoques del pseudo-documental. Saludos y gracias!
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