Damas en Guerra (Bridesmaids)

Mucha gente ha comentado que Damas en Guerra (sin palabras con ese título) es la versión femenina de The Hangover y hasta cierto punto tienen razón, pues hay abundante vulgaridad, franca discusión de temas sexuales y rijosas aventuras de cuestionable sentido común; sin embargo los temas de amistad que toca el argumento y el inesperado impacto emocional que provoca la ponen en una categoría distinta, a la que pocas "comedias de Judd Apatow" alcanzan. Entonces, para que la descripción de Damas en Guerra fuera más correcta, además de The Hangover tendríamos que mencionar Beaches y quizás Muriel’s Wedding como inspiración de la historia. Sé que suena extraña esta mezcla, y es cierto que no todos los dispares elementos "pegan" bien, pero el resultado fue mucho más gracioso y satisfactorio de lo que tradicionalmente esperamos en un "chick flick" (lo cual es una clasificación injusta, pero la uso tan solo para ajustar expectativas).

La trama se centra en Annie (Kristen Wiig), cuyos recientes fracasos románticos y laborales la dejaron bastante deprimida sobre el futuro… lo cual empeora cuando su mejor amiga Lillian (Maya Rudolph) anuncia su compromiso matrimonial. A pesar de su melancolía, Annie está dispuesta a ayudarla en todo lo necesario para planear la boda, desde organizar la despedida de soltera hasta escoger el vestido. La cantidad de detalles es abrumadora, pero afortunadamente no lo hará sola, pues cuenta con el apoyo de las demás "damas de honor", incluyendo a la futura cuñada Megan (Melissa McCarthy) y la perfecta Helen (Rose Byrne)… quien tal vez está usando su acomodada posición económica para reemplazar a Annie en el papel de “mejor amiga”. Y así vemos cómo esa creciente rivalidad llegará hasta el extremo de poner en peligro la estabilidad de las "damas", la planeación de la boda y, sobre todo, la larga amistad entre Lillian y Annie.

El argumento podrá ser de "chick flick", pero la ejecución está en línea con la filmografía de Judd Apatow (en este caso productor). Sin embargo se siente en cada escena la sensibilidad de las guionistas Kristen Wiig y Annie Mumolo, quienes no se contentaron con simplemente escribir una comedia vulgar "para mujeres", sino que además construyeron personajes realistas y bien definidos, con amplio potencial evolutivo. Otra diferencia con The Hangover es que Damas en Guerra cuenta con una protagonista específica (Annie), cuyo punto de vista moldea la película y aporta el componente emocional necesario para impulsar la historia. De este modo las escenas de comedia escatológica o de "slapstick" toman una dimensión distinta cuando se ubican en el contexto del personaje; como ejemplo puedo señalar la visita a la elegante modista donde las damas se probarán sus respectivos vestidos; no diré cómo termina la escena, pero funciona al mismo tiempo como grotesco chiste de "pena ajena", como duro golpe a la frágil auto-estima de Annie, y como un punto a favor de su rival Helen. En otras palabras, las risas se disfrutan más cuando son parte integral de la narrativa, y no meras digresiones abstractas.

Desde luego, el complemento de este eficiente libreto es el excelente ensamble de comediantes, empezando por Kristen Wiig, quien seguramente será reconocida de ahora en adelante como una legítima actriz de inusitado rango, en vez de ser solamente el rostro más mutable y conocido de Saturday Night Live. Maya Rudolph tiene un papel más corto de lo esperado, pero no necesita más para hacernos creer la amistad que las protagonistas comparten desde la infancia. Por su parte, Helen podría haber sido una típica villana prefabricada, pero en manos de Rose Byrne se convierte en una figura de ambigua intención, a veces trágica y a veces traicionera. Finalmente, Melissa McCarthy se roba todas sus escenas como la burda y brutalmente honesta cuñada de Lillian. Si quisiera continuar las comparaciones con The Hangover diría que ella tiene el papel de Zach Galifianakis... pero al mismo tiempo añade una personalidad tan pura y sincera que se vuelve conmovedora (a diferencia de la calculada imbecilidad de Z.G.)

El director Paul Feig tiene una larga carrera en televisión, lo cual quizás le enseñó a "quitarse del camino" y conducir la película con mínima interferencia estilística, pues sabe que su riqueza está en el elenco y su divertida interacción. En cierto modo aplaudo su valor al dejar que las escenas procedan a su propio ritmo, sin apresurar el "punch line", y dejando que se extiendan para ver si las actrices encuentran algún momento improvisado que añada risas inesperadas o aligere el tono de alguna escena melodramática (estoy casi seguro de que cierta mordida gluteal no estaba en el libreto). Al mismo tiempo, esto alarga un poco la película, sobre todo en escenas que me parecieron repetitivas y no tan graciosas como Feig piensa (por ejemplo, los problemas a bordo del avión). Estimo que una juiciosa edición hubiera agilizado su ritmo; o al menos dejaría tiempo adicional para dedicarlo a personajes cuyo potencial cómico no fue suficientemente explorado; en particular me hubiera gustado ver más al dueto de Rita y Becca (Wendi McLendon-Covey y Ellie Kemper, respectivamente). La primera es madre desde hace muchos años; lo ha visto todo y no tiene mucho afecto por su familia. Por el contrario, Becca es una recién casada con estrellas en sus ojos y grandes esperanzas sobre su vida matrimonial. Sobra decir quién recibirá duras lecciones de la cruda realidad.

Lo único que faltó en Damas en Guerra fue un cameo de Tina Fey y Amy Poelher como... ¿qué será bueno?... ¡Ya sé! Como una pareja lésbica que aconseja a Annie no cuestionar la forma que tome el amor cuando llegue a su vida. O algo así, no sé. El punto es que me hubiera gustado ver una mini-reunión de SNL, aprovechando que ya tenemos a Kirsten Wiig y Maya Rudolph. Pero bueno, por lo demás disfruté bastante Damas en Guerra y puedo recomendarla no solo como una versión femenina (aunque no necesariamente feminista) de The Hangover, sino como una comedia genuinamente graciosa cuya ocasional vulgaridad no interfiere con sus deberes narrativos ni con los sentimientos que logra expresar sin caer en la cursilería. Y ni siquiera he mencionado el aspecto romántico, el cual me pareció sobriamente manejado y mucho menos empalagoso que de costumbre. ¡Ah! Y la excelente banda sonora cargada de rock femenil. En conclusión: no sé si Kristen Wiig será más valiosa como actriz o como escritora; pero de cualquier modo la comedia contemporánea se beneficiará con su presencia.

Calificación: 9