Nunca he seguido de cerca la saga de Sniper (ni siquiera estoy seguro de que pueda calificarse como "saga"), pero me gustó la primera película con Tom Berenger y la primera secuela directa a DVD con el mismo actor (quizás un caso único). Sin embargo había perdido la pista de la serie hasta que casualmente encontré Sniper: Reloaded en TV. Mi expectativa era baja, y aunque no resultó ser una "joya oculta" me pareció un entretenido thriller con algunos buenos momentos de acción, satisfactoria violencia y excelentes locaciones sudafricanas que la distinguen de tantas otras modestas cintas filmadas en Los Ángeles o Canadá. La trama comienza en una corte militar donde se interroga al Sargento Brandon Beckett (Chad Michael Collins), acusado de desafiar órdenes y abandonar su puesto para cobrar venganza contra el responsable de la muerte de varios soldados durante una misión humanitaria en la peligrosa República Democrática del Congo. Como parte de las fuerzas armadas de la ONU, Beckett y sus “marines” tenían la misión de evacuar a un importante empresario, pero la emboscada de un experto francotirador dejó muerto al sujeto, así como al resto de la unidad; y Beckett solo logró escapar porque su padre (el protagonista de la película original) lo había aleccionado sobre las técnicas del "sniping". Entonces, sospechando que todo fue parte de una conspiración, Beckett comienza una investigación “extra-oficial” para encontrar al traicionero francotirador, y aunque sus superiores ignoran sus teorías, el Sargento cuenta con la inesperada ayuda de de un cazador exiliado que rescata "niños soldados"; de la Teniente Ellen Abramowitz (Annabel Wright), la única persona de la ONU que le cree; y de una misteriosa figura del pasado, que trabajó muy cerca de su padre.
Por ser una secuela directa a DVD sabemos que Sniper: Reloaded no tendrá un alto presupuesto, así que no señalaré los bajos valores de producción ni los humildes "sets" (como el "cuartel de la ONU" que más parece una habitación de hotel). Pero hay fallas que pudieron evitarse, empezando por el elenco. Para empezar, Chad Michael Collins resulta demasiado blando y anónimo. No es mal actor; tiene un creíble porte militar y enfrenta con aplomo las escenas de acción; sin embargo le falta carisma de "estrella de cine" para tragarlo como héroe. En el papel femenino tenemos a Annabel Wright, seguramente descrita por su agente como "la Naomi Watts de Sudáfrica", lo cual solo aplica a su apariencia, pero no a su talento. Afortunadamente hay un actor que rescata la película, y se trata de Billy Zane, repitiendo su personaje de la cinta original y adoptando con naturalidad el papel de mentor y “ángel guardían“ del protagonista. Su combinación de arrogancia y sentido del humor inyectan energía en sus escenas, y me dejó deseando que su participación fuera más extensa. Ojalá lo aprovechen mejor en futuras secuelas (o le encuentren una franquicia propia que aproveche su fuerza como actor). Entonces, Sniper: Reloaded no ganará premios ni será recordada como un hito en la acción directa a DVD. Pero no necesita nada de eso para divertirnos durante hora y media con intriga política, "bromance" y suficientes "headshots" para dejar satisfechos a jugadores de Call of Duty. El mejor halago que puedo hacerle es decir que me inspiró a buscar las otras películas de la serie que dejé pasar; aunque de antemano sé que no incluirán al carismático Zane.
Calificación: 6.5
Bloodrayne: The Third Reich
Omitiré hacer comentarios sobre la carrera del célebre director Uwe Boll, pues a estas alturas no hace falta repetir su hilarante desfile de bodrios y excentricidades. Además me gustaría ver sus recientes películas "serias" para confirmar si realmente señalan un cambio de actitud y una posible redención artística para este peculiar cineasta. Pero si tuviera que basarme tan solo en Bloodrayne: The Third Reich, diría que Boll mantiene intacto su sorprendente anti-talento estético, su desdén por usar libretos, y su incapacidad para conectar escenas sin que parezcan el trabajo de un primate que accidentalmente aprendió a usar Final Cut Pro. Por el lado amable diré que tomó tres películas, pero por fin podemos ver una adaptación del videojuego Bloodrayne ubicado en la Segunda Guerra Mundial, que es donde originalmente se desarrollaron las aventuras de Rayne (Natassia Malthe), una hábil "dhampir" (hija de un vampiro y una mujer humana) con la eterna misión de exterminar vampiros y evitar su propagación por el mundo. Esta vez Rayne debe aliarse con miembros de la Resistencia para detener al demente Dr. Mangler (Clint Howard), quien está experimentando con sangre de vampiros para crear un ejército indestructible… ¡y hacer inmortal a Hitler!. Su primer experimento es con el Comandante Ekart Brand (Michael Paré), un nazi cruel y sanguinario que además de todo tiene una cuenta pendiente con Rayne... pues fue ella misma quien lo transformó en vampiro.
Cuesta trabajo seguir la trama de Bloodrayne: The Third Reich porque está integrada por escenas inconexas y diálogos arbitrarios que pretenden ser dramáticos pero solo consiguen aburrirnos o hacernos reír. Tampoco tiene sentido la ocasional narración de Rayne pues, en vez de orientarnos sobre el argumento, se limita a recitar monólogos filosóficos sobre la tortura de su herencia vampírica y su incapacidad para "conectar" con la raza humana... o algo así. No me interesa ver de nuevo esta película solo para analizar esas tediosas escenas. Por su parte, los actores hacen lo que pueden con sus improvisados papeles. Michael Paré es la "estrella" del elenco y cumple su trabajo de ser un villano exagerado y unidimensional. Clint Howard se divierte interpretando al maniático Dr. Mangler (¿asumo que está inspirado en Josef Mengele?), y me recordó la actuación de Richard Liberty como el similarmente mórbido Dr. Logan en la excelente Day of the Dead (versión original, por favor). Finalmente, Natassia Malthe regresa en el papel de Rayne (en el que reemplazó a Kristanna Loken desde la primera secuela) y supongo que por default es lo mejor de la película. No es una acróbata, pero puede "vender" la ilusión de combate con dos espadas (aunque la mayor parte de las peleas tienen horrible coreografía), y desde luego tiene la figura voluptuosa y exagerada de heroína de videojuego. Su voz extremadamente aguda se siente fuera de lugar entre nazis y rebeldes, pero bueno... al menos no actúa tan mal. Y, para darle "profundidad" al personaje, Boll la hace bisexual en varias escenas “softcore” mejor filmadas que el resto de la película... curioso. Dentro de todo, reconozco que el argumento de Bloodrayne: The Third Reich no es malo... ¿científicos nazis usando sangre de vampiros para hacer inmortal a Hitler? Suena como un excelente concepto para una película B tradicional. Y se nota que Boll lo intenta, pues al menos los minutos finales están repletos de sangre, violencia y excesos dignos del mejor cine de explotación. Lástima que sea demasiado tarde para redimir los sesenta minutos previos de tedio e incoherencias. Entonces, lo mejor que puedo decir es que Bloodrayne: The Third Reich tenía el argumento, las increíbles locaciones (se filmó en Croacia) y entusiastas actores para hacer una mejor película sobre vampiros nazis y experimentos genéticos. De hecho, se me ocurre que la franquicia podría rescatarse si Boll quedara tan solo como "productor ejecutivo" y cediera la dirección de futuras secuelas a directores independientes con mejor visión y talento para aprovechar esos ingredientes. Porque, a fin de cuentas, prefiero las mediocres aventuras de Bloodrayne que los "vampiros" insípidos que seguiremos viendo por mucho tiempo después de que Twilight haya terminado.
Calificación: 5
Blue Crush 2
Allá por el año 2002 disfruté bastante la película Blue Crush, no solo porque seguía las aventuras de tres guapas chicas surfeando en las playas de Hawaii, sino porque el director John Stockwell logró incorporar suficiente drama, atmósfera étnica y observaciones culturales para complementar los deportes acuáticos. Por eso me animé a ver Blue Crush 2... y, desde luego, resultó ser otra decepcionante secuela directa a DVD con un libreto obtuso, malas actuaciones y absoluta falta de ambición narrativa, por no mencionar su lento ritmo y huecos personajes que difícilmente nos inspiran a seguir sus vivencias y desarrollo emocional. En otras palabras, Blue Crush 2 no es una película, sino una colección de escenas melodramáticas sacadas de un mal episodio de 90210, ocasionalmente interrumpidas por buenas exhibiciones de "surfing" en impresionantes escenarios africanos, que sin duda habrán dejado muy complacido al Ministerio de Turismo de Sudáfrica. En fin; esta vez la protagonista es Tara (Sharni Vinson), una joven caprichosa que vive con su insensible padre en una lujosa mansión de Los Ángeles. Pero lo que ella realmente quiere es emular a su fallecida madre, quien pasó su juventud surfeando en las playas de Sudáfrica, particularmente en la idílica Jeffreys Bay. Entonces, sin avisarle a su padre, Tara viaja impulsivamente a Sudáfrica para seguir los pasos de su madre; pero como la muchacha no se preparó adecuadamente, termina extraviando su equipaje, y se ve forzada a trabajar en un bar y a vivir en una improvisada comuna de surfistas a la orilla del mar. Sobra decir que, con ayuda de su amiga Pushy (Elizabeth Mathis) y su "frenemy" Sugaree (Katharina Damm), Tara encontrará romance, aventura, e inesperado peligro en su nuevo entorno. ¿Logrará realizar el sueño de su madre o tendrá que regresar a su indiferente hogar?
El productor Mike Elliot, con dos décadas de experiencia en cine B y secuelas (¡incluso trabajó con Roger Corman!) demuestra ser un pésimo director en Blue Crush 2, pues aunque maneja adecuadamente los aspectos técnicos, no consigue crear un flujo narrativo coherente o interesante. En vez de eso prefiere mostrarnos todos los clichés posibles del cine juvenil, de las películas deportivas, y de los dramas familiares, y cree que eso bastará para formar mágicamente una historia. Pero lo peor es que el "director" está tan enamorado de sus escenas que no quiso editarlas o cortarlas para que "peguen" mejor. El resultado es una tediosa película de casi dos horas gastadas en nada, que solo cobra vida cuando muestra a los surfistas sobre las olas del mar sudafricano. Desde luego no soy experto en este deporte (ni siquiera podía usar una patineta de joven), pero reconozco que las acrobacias y desempeño de los dobles es impresionante. Por cierto, en Blue Crush se invirtió mucho tiempo y dinero en "reemplazo facial" para simular que las actrices principales ejecutaban esas rutinas. En Blue Crush 2 no se ve interés alguno por crear esa ilusión, ya que los dobles son penosamente evidentes en casi todas las escenas acuáticas. No digo que sea un factor muy importante, pero sirve como ejemplo para señalar la mediocridad de la película y la obvia pereza de un director cuya ineptitud prácticamente destruyó una franquicia que pudo ser el equivalente moderno de aquellas simpáticas e inocuas cintas de Frankie Avalon y Annette Funicello durante los sesentas (aunque mi favorita sigue siendo la original Gidget, de 1959). Por todo eso no veo razón alguna para recomendar Blue Crush 2; cualquier documental de surf tendrá mejores exhibiciones del deporte; para drama juvenil ya tenemos la original Blue Crush y Crazy/Beautiful (ambas del mismo director), por no mencionar otras destacadas representantes del género. Y para chicas en bikini... bueno, están leyendo esto en Internet, así que no necesito decir más. En resumen, lo único que nos deja la cinta es una atractiva propaganda turística de Sudáfrica; al menos alguien se beneficiará con este bodrio.
Calificación: 4
2 comentarios:
Hola Pablo, a mi se me hace que Uwe Boll no les ha de cobrar nada por dirigir o les paga porque no encuentro otra razón por la cual siga en el medio cinematográfico y me gustaría que dieras una reseña o una pequeña opinión de la película IT (eso)
Jesús: Tampoc entiendo la longevidad laboral de Boll. Pero bueno, pagué indirectamente por ver Bloodrayne: The Third Reich, así que soy "parte del problema", como dicen. En cuanto a It, no la he visto en muchos años, pero puedo decirte que me pareció una digna adaptación de una de mis novelas favoritas de Stephen King. El elenco infantil me gustó más que el adulto, pues fueron más capaces de expresar el miedo y suspenso del argumento; y la selección de Tim Curry como villano... vamos, excelente. Muchos saludos y gracias por tu interés!
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