Perversiones (The Human Contract)

En el amplio repertorio de actores que prueban suerte como directores, hay algunas instancias de éxito y muchas de evidente fracaso. Por cada Clint Eastwood o Ron Howard que logran hacer la transición con brillantes resultados tenemos a gente como Ed Wood, Shawn Levy y Asia Argento, cuyos valientes esfuerzos detrás de las cámaras no dieron los frutos que su ambición (o egomanía) esperaba. Para bien o para mal, Perversiones cae en ambas categorías, pues si bien me pareció obtusa, aburrida y frecuentemente irritante, también señala la llegada de una directora con firme visión y rico estilo visual que podría sorprendernos en el futuro... siempre y cuando no insista en escribir sus propios libretos.

La directora en cuestión es Jada Pinkett Smith, y su opera prima se centra en el exitoso ejecutivo Julian Wright (Jason Clarke), quien está a punto de alcanzar el mayor éxito de su carrera. Pero cuando conoce a la hermosa e impredecible Michael (Paz Vega) (sí, la mujer fatal se llama "Michael"), comienza un Peligroso Juego de Seducción® que pondrá en peligro su estabilidad laboral y su vida familiar. Desde luego Julian tendrá que elegir eventualmente si prefiere continuar su segura rutina de trabajo e infeliz matrimonio, o perseguir el impredecible y excitante camino que le ofrece el candente romance con la exótica Michael.

Por lo general me desagradan estos dramas pasionales, pues los encuentro exagerados y poco creíbles, sobre todo cuando hay poca química entre los protagonistas, o faltan razones válidas que sustenten su relación más allá de ser mutuamente atractivos. Sin embargo, admito que puede ser un género con inesperadas sorpresas en el entorno narrativo o histriónico, pues cuando existe algún giro interesante, situación original, o buena interacción entre los actores, el resultado llega a ser entretenido. Sobra decir que no es el caso de Perversiones.

Para empezar, sus personajes son universalmente desagradables. En algunas películas eso funciona cuando se ven impulsados por una fuerte motivación, o cuando tienen una personalidad hipnótica que despierta nuestro interés. Desafortunadamente Perversiones no cumple esas condiciones, de modo que nos obliga a pasar casi dos horas en compañía de gente estúpida, antipática e insulsa, cuyos graves problemas parecen irrelevantes por la falta de conexión con el espectador. En otras palabras, es una de esas películas que nos dice lo que sienten los personajes, en vez de hacernos partícipes de sus emociones. Como sea, Pinkett-Smith está en buena compañía, pues incluso directores con amplia experiencia y renombre cometen el mismo error... y aún así ganan Óscares.

En resumen, Perversiones trata de emular la intensa sensualidad del noir y la sofisticación de los psicodramas sexuales europeos, pero a fin de cuentas se siente como una pálida copia, con más estilo que sustancia y totalmente inerte en el plano emocional. A pesar de ello, aprecié la correcta dirección de Jada Pinkett Smith (cuya previa experiencia se limita a un video musical de su esposo Will Smith) y el elegante estilo visual que da identidad a la película... aunque en más de una ocasión me recordó el artificial glamour de las películas nocturnas de Cinemax. No encuentro justificación para recomendarla (además del cuerpo de Vega), y aunque no me arrepiento de haberla visto, quizás me hubiera divertido más con alguna de las películas que imita, desde Basic Instinct hasta Closer. Sin embargo, espero que la pobre recepción que tuvo esta película no disuada a Pinkett Smith de pulir su oficio y darse una segunda oportunidad. Yo se la daría sin pensarlo; ojalá Hollywood sea igualmente indulgente.
Calificación: 5