domingo, 30 de mayo de 2010

La Edad del Deseo (Chéri)

Aunque hay más de dos siglos de diferencia entre los personajes de Dangerous Liaisons y La Edad del Deseo es imposible negar la conexión entre ambas cintas, no solo porque ambas retratan "escandalosos" romances de la aristocracia, sino porque también cuentan con la poderosa presencia de Michelle Pfeiffer y la precisa dirección del talentoso Stephen Frears. Sin embargo la comparación se vuelve perjudicial cuando contrastamos el impacto emocional y sardónico humor de la primera con el insulso romance e irritantes personajes de la segunda.

La Edad del Deseo
se ubica en Francia a principios del siglo veinte, donde encontramos a dos cortesanas (refinadas prostitutas de alto nivel, con reyes, príncipes y duques entre su larga lista de "clientes") disfrutando el ocaso de su profesión y las considerables ganancias que acumularon a lo largo de los años. Charlotte (Kathy Bates) vive feliz en compañía de su hijo Chéri (Rupert Friend), un joven mimado y pusilánime que nunca ha madurado, mientras que Lea (Michelle Pfeiffer), viendo los avances de la edad, empieza a sentir la soledad que se cierne sobre el resto de sus días. Por eso decide impulsivamente comenzar una relación con Chéri, a la que su madre no se opone, pues quizás así el disipado muchacho se convertirá en hombre. Sin embargo seis años después la situación no ha cambiado significativamente y, deseosa de tener nietos, Charlotte arregla el matrimonio de Chéri con la joven Edmée (Felicity Jones), hija de otra acaudalada cortesana. Entonces Lea se da cuenta de que cayó en el más grave error de su profesión: enamorarse.

No puedo negar que La Edad del Deseo me mantuvo entretenido, pero honestamente me decepcionó por su frivolidad y blanda historia. Debido a la reputación de la novelista Colette (cuyos libros Chéri y The Last of Chéri inspiraron el libreto), el calibre de Stephen Frears como director, y el formidable equipo de Michelle Pfeiffer y Kathy Bates, yo esperaba algo más incisivo, pasional e ingenioso. En otras palabras, más Oscar Wilde y menos Barbara Cartland. Para empezar, encontré poco creíble el romance entre la sofisticada Lea y el vacuo Chéri, quien se mantiene como un hueco emocional durante la película entera, incapaz de expresar sus sentimientos o de generar simpatía con el espectador. Quizás en los libros funcionó mejor este extraño personaje; o quizás se justifica por algún torcido aspecto edípico del romance, donde la soledad de la mujer se complementa por la vulnerabilidad de su "protegido", traduciendo el instinto maternal de Lea en la manipulación sexual que manejó toda su vida (después de todo, la novelista Colette tuvo una relación con su hijastro, así que quizás haya matices autobiográficos en la historia). No sé... el punto es que me irritó la pasividad de Chéri y su caprichoso comportamiento (me arriesgaré a especular que los fans de estos libros prefieren los gatos en vez de los perros).

A pesar de todo, La Edad del Deseo cobra vida brevemente durante los encuentros verbales entre Michelle Pfeiffer y Kathy Bates. Como dije, no están al nivel de Oscar Wilde, pero nos dan la oportunidad de apreciar las actuaciones de ambas actrices y su perfecta modulación de elogios hostiles e insultos amables, en una especie de guerra pasivo-agresiva que resultó muy entretenida y frecuentemente hilarante. Además, para quienes gusten de esas cosas, podemos contar con el decadente diseño de producción y el excelente ojo de Frears para los detalles históricos, desde la tecnología accesible para la alta sociedad (como los primitivos vehículos y teléfonos) hasta los decorados proto-Art Nouveau (no se si existe tal clasificación, pero así interpreté las maravillosas locaciones francesas e italianas). Entonces, La Edad del Deseo no se acerca siquiera al nivel de Dangerous Liaisons, pero ofrece algunas de sus virtudes: buenas actuaciones, sólida dirección y riqueza visual. Desafortunadamente sus limitaciones fueron más notorias que sus atributos y, aunque puedo recomendarla para fans del romance histórico, carece de la fuerza o intensidad para quedarse en la memoria. Definitivamente un caso donde menos no fue más.
Calificación: 6.5

2 comentarios:

Oso dijo...

Hola Pablo, has oído sobre Srpski Film (A Serbian Film)?

Tienes pendiente verla?

Pablo del Moral dijo...

Oso: Pues sí, he escuchado buenas cosas de esa película; ahora solo queda esperar la oportunidad de verla en cine, DVD o TV. Estaré pendiente. Gracias y saludos!