Iron Man 2

Creo que todos podemos coincidir en que la primera Iron Man tuvo éxito por el diestro trabajo del elenco y la buena decisión de fundamentar la película en la personalidad de Tony Stark, su interacción con Pepper Potts y en el origen del superhéroe. Pero, en mi humilde opinión, la historia secundaria fue débil y genérica, el villano carecía de interés y motivación definida, y aunque las batallas fueron visualmente espectaculares, no evocaban mucho suspenso o emoción. En pocas palabras, Robert Downey, Jr. cargó la película entera sobre sus hombros y la llevó hasta el punto en que fue fácil ignorar sus deficiencias gracias a sus muy entretenidas virtudes. Y ahora, con la secuela Iron Man 2, el director Jon Favreau trata de mantener la fórmula intacta, aunque añade tantos elementos suplementarios que la narrativa se vuelve un poco larga, cansada y mal enfocada. De cualquier modo me pareció una eficiente sucesora de la original, quizás con el mismo balance de aciertos y fallas.

Veamos si es cierto: Tras haber revelado su identidad como Iron Man, el acaudalado inventor y empresario Tony Stark (Robert Downey, Jr.) continúa su vida de disipada diversión y justicieras aventuras. Sin embargo, por debajo de su casual humor esconde un grave secreto que podría poner en peligro su imperio industrial, así como el futuro de Iron Man. Mientras tanto, su amigo James Rhoades (Terrence How- no... ¡un momento! ¡Lo cambiaron por Don Cheadle!) forma parte de la presión gubernamental que exige el control del traje de Iron Man. Y, por si fuera poco, un enigmático físico ruso llamado Ivan Vanko (Mickey Rourke) atenta contra la vida del millonario como venganza porque nunca se reconoció el trabajo de su padre para las Industrias Stark. Afortunadamente Tony cuenta con la ayuda de su nueva asistente, Natalie Rushman (Scarlett Johansson), para enfrentar los ataques de la prensa, las exigencias del gobierno y las arteras estrategias de Justin Hammer (Sam Rockwell), líder de una empresa competidora que prepara un arma secreta para mostrar la obsolescencia de Iron Man...

¿Ven por qué dije que había demasiados elementos? Hay suficientes puntos dramáticos en este libreto para llenar dos películas completas, de modo que no todos los hilos narrativos pueden gozar la misma atención, y como consecuencia algunos se sienten demasiado ligeros y apresurados. Típico error de adaptación de comic; lo vimos en Spider-Man 3, en The Dark Knight y ahora en Iron Man 2. Afortunadamente no es un error fatal, pues tenemos la constante de Robert Downey, Jr. como soporte de los más precarios momentos de la trama, y siempre consigue rescatarlos con una de sus chispeantes frases o pícaros gestos. O casi siempre. Lo que menos funcionó para mi fueron las escenas con Nick Fury (Samuel L. Jackson) y su "entourage" de S.H.I.E.L.D., lo cual fue especialmente frustrante, pues desde niño me gusta ese personaje y lo que representa en el universo de Marvel Comics, por no mencionar que Jackson me parece perfecto para darle vida a esta encarnación "alternativa" de Fury (sacada del universo "Ultimate"). De cualquier modo supongo que esas escenas son preparación obligatoria para la futura película de The Avengers, de modo que no interfieren demasiado con el guión; y son marginalmente útiles como "deus ex-machina" que resuelve uno de los grandes problemas del protagonista. No diré más.

Otro de los personajes que sufre por falta de tiempo es Natalie Rushman; omitiré su "título" real, por si alguien todavía lo ignora, pero me decepcionó por la misma razón que Fury. Tras años de leer en los comics sus fascinantes aventuras, y conociendo su notable evolución, me decepcionó verla básicamente como una secretaria con misterioso pasado. Claro, participa en una buena secuencia de acción, pero eso solo subraya el gran potencial de un personaje que no se explotó adecuadamente. En fin... quizás para la próxima película.

Aclaro que esas "desilusiones" no fueron por causa de los actores mismos. Scarlett Johansson resultó mucho mejor de lo que yo esperaba para ese papel, y Jackson imprime un perfecto balance de gravedad, amenaza y humor en Nick Fury. Tampoco tengo queja alguna de Gwyneth Paltrow, quien continúa su maravilloso acto equilibrista como interés romántico/confidente/ayudante de Tony Stark. Lo mismo digo de Don Cheadle con su nueva interpretación de "Rhodey", más militar pero menos humana que en la versión de Terrence Howard; y también merece mención Sam Rockwell como el irritante competidor de Stark, sin ética alguna sobre los métodos que usa para superar a su rival. Finalmente, Mickey Rourke tiene un decente desempeño como el misterioso Vanko; la verdad es que no luce mucho, pero no es por su culpa, sino porque el personaje está superficialmente escrito, con poca atención a los detalles de su personalidad y, además de todo, con un mínimo vocabulario en ruso, lo cual no ayuda a conocerlo mejor. Pero bueno... al menos sabemos que le gustan los pájaros.

Como dije al principio, el auténtico super-héroe de Iron Man 2 es Robert Downey, Jr. quien una vez más rescata la película de su propia ambición. El director Jon Favreau se siente más confortable y fluido con las escenas de acción, y el estudio de efectos especiales ILM supera en cantidad y calidad el sólido trabajo que vimos en la primera película. Entonces, creo que puedo recomendarla por el simple hecho de que no arruinó la fórmula ganadora de la cinta previa, aunque tampoco resolvió todos sus problemas. Y sin duda mejoró mis expectativas sobre las futuras películas de Marvel Comics (por cierto, quédense hasta el final de los créditos para ver un micro-prólogo de una de ellas), al mismo tiempo que establece un sólido cimiento de la mitología que está por venir. Esa es la mayor fuerza de Marvel en el mundo de los comics, y me alegra que intenten hacer lo mismo en el medio cinematográfico. El potencial es inmenso, siempre y cuando no se confíen en que Downey los salvará con un chiste y un guiño. O escribiendo el libreto.
Calificación: 8