La única película genuinamente cubana que recuerdo haber visto es Fresa y Chocolate, de 1993, la cual me pareció muy divertida por su humor, y muy interesante por ofrecernos una rara mirada a la sociedad de ese país, atrapada (o protegida, según puntos de vista) en una "burbuja cultural" impuesta por sus gobernantes. Y ahora, veinte años después, nos llega una nueva película cubana, Juan de los Muertos, utilizando el inesperado recurso del cine zombie para contar una historia simple en su forma, pero profunda en sus comentarios sobre Cuba moderna, la idiosincrasia de sus habitantes y su posible futuro. Ojalá más películas de zombies fueran tan ambiciosas y originales.
La mencionada trama sigue los venerables estándares del sub-género zombie: Juan (Alexis Díaz de Villegas) y su mejor amigo Lázaro (Jorge Molina) viven en los márgenes de La Habana, pescando, haciendo negocios (legales o no) donde pueden, y en general tratando de sobrevivir con el menor esfuerzo posible. Sin embargo, cuando la ciudad empieza a infestarse de zombies, Juan tendrá que madurar emocionalmente y aprender a tomar responsabilidad por sus amigos y su familia si es que quiere sobrevivir la situación. Pero antes, no puede dejar de aprovechar la oportunidad económica que le han dado los zombies...
La película con la que mejor podría compararse Juan de los Muertos es la genial Shaun of the Dead, no solo por el asunto de los muertos vivientes sino por ubicar su eje emocional en la evolución de un protagonista que empieza como "loser" y termina como "héroe a la fuerza". Además, Juan de los Muertos también basa su humor en la pintoresca personalidad colectiva de un pueblo, lo cual le da una identidad única para trascender los clichés que necesariamente integran su argumento. En otras palabras, no hay que verla como cualquier otra película de zombies, sino como un raro artefacto cultural que emplea el formato de horror como vehículo de su fascinante mensaje. Y el hecho de que exprese dicho mensaje con amplias dosis de humor solo la hace más divertida y accesible, de modo que podrá satisfacer por igual a "gorehounds", y a seguidores del "cine de arte" en busca del más reciente fenómeno cinematográfico realizado lejos (muy, muy lejos) del imperio hollywoodense.
Como puede suponerse, algunos elementos técnicos de Juan de los Muertos reflejan su carácter independiente; la cinematografía es buena, pero algunos efectos digitales tienen esa apariencia artificial y "des-integrada" de la realidad que con frecuencia encontramos en el cine de bajo presupuesto. Por el lado positivo los efectos prácticos de sangre y prostéticos son muy buenos, aunque no tan frecuentes como me hubiera gustado en una película con TANTOS zombies. Y esa es una de las cosas que más me sorprendió... la escala de Juan de los Muertos y su audaz uso de grandes multitudes (cierto, algunas son digitales) para mostrar el caos urbano de La Habana durante la epidemia zombificante. Hablando de lo cual, no hay que esperar muchas explicaciones sobre el origen de los muertos vivientes... a menos que consideremos como "explicación" los noticieros televisivos que parecen dirigir la culpa a cierto país imperialista que insiste en meter las narices en asuntos ajenos.
Pero bueno, como dije antes, lo importante es el comentario social, la amable crítica política (irreverente pero no inflamatoria) y el excelente trabajo de los actores, tan naturales que parecería que el director Alejandro Brugés simplemente reclutó ciudadanos comunes para dar vida a los pintorescos personajes. Alexis Díaz de Villegas es la obvia piedra puntal del elenco, y hace absolutamente creíble su evolución dramática, gracias en parte a que el libreto no deja que su cambio de actitud altere su auténtica personalidad; lo mismo aplica al simpático Jorge Molina en el papel del mejor amigo Lázaro (buen nombre para un personaje en una cinta de zombies), y a Jazz Vilá como "La China", cuya apariencia afeminada oculta un individuo ingenioso y más valiente que los vecinos que lo miran con desprecio. Si tuviera quejas de Juan de los Muertos sería que pierde energía durante su parte media, y los chistes no siempre funcionan por ser demasiado obvios o repetitivos. Entonces, no sé si pondría Juan de los Muertos en el distinguido nicho de obras maestras zombies, pero sin duda merece un lugar en la historia del cine político por todo lo que transmite su divertido argumento, y por ofrecernos calidad narrativa, humor e interesantes ideas a pesar de los obstáculos que encontró su producción. Es raro encontrar uno de estos "milagros cinematográficos", y por lo tanto merecen nuestro apoyo para que vuelvan a repetirse. Siempre y cuando lo permitan los disidentes imperialistas...
Calificación: 8.5
viernes, 24 de agosto de 2012
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2 comentarios:
Pablo, con cuanto calificas y que opinas de la pelicula argentina "Carancho", con Ricardo Darin?
Saludos!
sebas94: Pablo escribió lo siguiente sobre Carancho en Imagen en Negativo: "Finalmente pude verla, y me gustó mucho. Creo que le pondría 9; mis únicas quejas serían que la sentí un poco difusa en la parte media, y ese tremendo final que me agarró por sorpresa, y me dejó esperando una resolución más concreta. Por lo demás, creo que es una excelente película; los actores, los detalles de la trama, el diseño de producción... todo es de gran calidad. Ahora entiendo por qué no llegan tantas películas argentinas a México... nos hacen quedar mal ;-)"
Saludos!
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