jueves, 23 de agosto de 2012

Cine Clásico: The Boogens (1981)

A pesar de sus orígenes ochenteros la película The Boogens no es muy conocida, y rara vez se menciona entre las clásicas de aquella época. Por eso me dio mucho gusto su reciente lanzamiento en Blu-Ray, restaurada y con un "comentario del director" superficial, pero de cualquier forma informativo (sobre todo tratándose de una obra semi-perdida). Y si bien la cinta no me pareció tan buena como yo recordaba, definitivamente tiene puntos de interés tanto para el estudioso del terror como para audiencias casuales en busca de una modesta historia de monstruos que hace adecuado uso de los clichés comunes en las "creature features" de la misma década.

The Boogens comienza con un prólogo que narra el descubrimiento de un rico filón de plata en las montañas Rocallosas a fines del siglo diecinueve. La súbita riqueza del subsuelo atrajo nuevas industrias, promovió el crecimiento económico de la región, y contribuyó al establecimiento de una pequeña ciudad llamada Silver City. Sin embargo la prosperidad duró apenas un par de décadas, pues los frecuentes accidentes y muertes misteriosas en las entrañas de la mina acarrearon su clausura, y Silver City se convirtió en un pueblo fantasma de la noche a la mañana. Ochenta años después, un nuevo equipo de mineros se dispone a explorar la mina para evaluar la posibilidad de re-abrirla, pero encuentran varios derrumbes que impiden el paso; la mejor solución, desde luego, es dinamitar los bloqueos... y entonces, sin darse cuenta, los mineros liberan algo que ahora acecha a los habitantes del pueblo y se mueve silenciosamente bajo sus pies. ¿Cuántos lograrán sobrevivir la amenaza de los "Boogens"?

El principal problema de The Boogens es la frustrante lentitud de su primera mitad. Los protagonistas son cuatro jóvenes (dos hombres y dos mujeres), cuyos blandos romances y flojo humor ocupan cuarenta y cinco minutos de inofensivo relleno, donde solo de vez en cuando tenemos atisbos a la criatura (o criaturas) en busca de víctimas tras su largo encierro en la mina. Al menos las cabriolas de un perrito poodle llamado "Tiger" (increíblemente bien amaestrado) arrancan algunas sonrisas y hacen más llevaderas estas parsimoniosas escenas iniciales. Pero cuando finalmente comienzan los ataques y se revela la amenaza subterránea, la cinta cobra vida, adoptando un tono más sombrío que complementa la atmósfera del pueblo semi-desierto y permite el libre flujo de sangre con ayuda de algunos eficientes efectos prácticos para ilustrar las muertes provocadas por el monstruo. El director James L. Conway (quizás más conocido por Hangar 18) tiene un estilo natural y hasta prosaico; pero en cierto modo ese sutil enfoque contribuye al suspenso de la cinta, gracias a que no anuncia los sobresaltos, ni garantiza un final feliz.

Los actores tienen talento igual o superior al estándar del horror ochentero. La ausencia de "estrellas" dificulta predecir los sobrevivientes (aunque no sea una cinta "slasher" sabemos que habrá una chica final), y el uso de extras locales y mineros reales contribuye a la textura semi-realista de la cinta (qué diferencia con el "casting" moderno, donde hasta los extras parecen supermodelos). También merece mención la excelente música incidental de Bob Summers, obviamente inspirada en las cintas "terror nuclear" de los años cincuentas (me gustó tanto como la de Them!). Sin embargo, The Boogens se quedó corta en los aspectos creativos, y aunque sea razonablemente entretenida, no podría asignarle el calificativo de "joya olvidada", especialmente si la comparamos con otras obras de similar tema y muy superior calidad (o al menos más imaginación) como The Deadly Spawn, The Kindred y Forbidden World. Aún así fue un placer verla de nuevo después de tantos años (aunque dudo que haya justificado los 20 dólares del Blu-Ray), y sin duda es precursora de otras reliquias perdidas que por fin serán descubiertas por las nuevas generaciones (aunque sea irónicamente)… o al menos por viejos como yo. En resumen, The Boogens necesitaba un mejor monstruo, mayor escala, o una mitología más interesante para garantizar su posición en el salón de la fama ochentero; sin embargo a veces no hace falta tanto para pasar una divertida velada de nostálgico horror "kitsch". Después de tanta basura moderna directa a DVD, se aprecian más estos anacrónicos placeres.
Calificación: 7.5

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pablo, hace poco encontré entre las películas de mi abuelo una muy antigua, llamada 'Últimas imágenes de un naufragio'. Es argentina y me dejó con un sabor extraño en la boca... Sentí que muchas piezas no terminaron de encajar; en fin. ¿Tú la haz visto? ¿Y qué opinas?

René dijo...

Leí con algo de perplejidad la noticia sobre el inesperado y dramático fallecimiento del director Tony Scott, hermano del también director Ridley.

Hizo varias películas con Denzel Washington. Crimnson Tide creo que es la que más recuerdo.


Saludos...

Pablo del Moral dijo...

Anónimo: No la he visto y ni siquiera sabía de su existencia. Ya la añadí a la interminable lista de "Películas por Ver si Alguna Vez las Encuentro". Muchas gracias por la recomendación y saludos!

René: En efecto, fue una noticia triste e inesperada. Mi favorita de Tony Scott sin duda es True Romance, aunque también tengo afecto por Domino, debido a su único estilo visual; no muchos directores tendrían el valor de hacer algo tan exuberante. Saludos!