domingo, 1 de julio de 2012

Outpost II: Black Sun


La película Outpost, del 2008, me pareció una modesta y eficiente obra de terror con excelente atmósfera y buenos momentos de suspenso que compensaban su previsible libreto. Francamente yo no esperaba una secuela, pero al parecer tuvo suficiente éxito para merecerlo, de modo que ahora tenemos Outpost II: Black Sun, cuyo libreto expande adecuadamente los conceptos establecidos en la original, al mismo tiempo que eleva los niveles de sangre, horror y violencia. Sin embargo, esta vez el director Steve Barker trató de abarcar demasiado, y la película termina tambaleándose bajo el peso de su confusa mitología. Aún así logra recuperarse lo suficiente al final para hacer la experiencia medianamente satisfactoria, aunque inferior a su predecesora.

PELIGRO: SPOILERS
Para describir el argumento de esta secuela será indispensable revelar detalles de la original Outpost, así que omitan este párrafo si no la han visto y tienen intención de hacerlo. En aquella película vimos cómo un grupo de rudos mercenarios escoltaron a un empresario europeo empeñado en encontrar un viejo "bunker" alemán de la Segunda Guerra Mundial, donde un científico nazi llamado Klausener (David Gant) condujo grotescos experimentos para crear súper-soldados al servicio del “Führer“. Al llegar a su destino los mercenarios y su jefe descubren que el proyecto tuvo éxito, pues el bunker está infestado de zombies nazis... y sobra decir que las cosas no terminaron bien. Lo cual nos lleva al principio de Outpost II: Black Sun, donde encontramos a Helena (Catherine Steadman), hija de una de aquellas víctimas, siguiendo la pista de los responsables de la masacre. Durante la búsqueda Helena conoce a un ingeniero llamado Wallace (Richard Coyle), quien también está interesado en encontrar el bunker para investigar la tecnología de "campo unificado" que supuestamente desarrolló Klausener para revivir soldados muertos (¡sólida ciencia en esta historia!) El problema es que la región donde se encuentra el bunker está sumida en una cruenta guerra civil... por no mencionar que hay otros misteriosos rivales tratando de llegar primero al mismo complejo subterráneo. Entonces Wallace y Helena deberán aliarse a un grupo de soldados británicos para salir con vida de la aventura... pues aparentemente alguien volvió a activar la infernal maquinaria, y está creando una nueva generación de indestructibles zombies nazis listos para exterminar a los enemigos del Reich inmortal.

El sub-género de zombies nazis parece estar experimentando un saludable renacimiento, y Outpost II: Black Sun contribuye con algunos conceptos creativos que combinan agradablemente el horror con la ciencia ficción. Desafortunadamente la cinta dura veinte minutos más de lo necesario, de modo que tenemos demasiadas escenas repetitivas y tediosas de soldados caminando por el bosque, soldados caminando por los corredores del bunker, y soldados disparando contra oleadas de zombies sin efecto alguno. Parece que por cada idea novedosa que aporta el libreto hay dos tropiezos narrativos por parte del director; y por cada escena de suspenso hay varios minutos de inútil relleno. Pero bueno, como dije al principio, los últimos quince minutos de la película ignoran toda lógica y moderación para entregarnos un final ridículamente divertido y emocionante, incluso si los efectos especiales fallan de vez en cuando, y los actores no siempre alcanzan el nivel emocional que exige la situación (por cierto, no sé si las escenas "prestadas" de Raiders of the Lost Ark fueron sátira, plagio o sincero homenaje).

He mencionado mi afecto por historias donde se enfrentan soldados y fuerzas sobrenaturales, así que quizás mi percepción de Outpost II: Black Sun está levemente empañada por esa afición; aún así admito que la historia tiene considerables fallas, y aunque se esfuerza por resumir los eventos de la primera película, hay demasiadas cosas que se quedan en el aire y podrían confundir a los espectadores nuevos que solo buscaban una dosis desechable de terror, y no una rebuscada lección de pseudo-historia nazi. Pero, ¿qué puedo decir? Zombies, conspiraciones nazis, sociedades secretas... me encantan estos ingredientes, y quizás la receta requería más método y disciplina para que el plato final no fuera tan indigesto; no obstante, creo que puedo recomendarla para completistas del nicho “Nazombies“™, con la advertencia de que no se acerca siquiera a la excelente Dead Snow. Aunque, por otro lado, Dead Snow no tenía tecnología cuántica, pulsos magnéticos ni ancianos científicos en busca de la vida eterna...
Calificación: 7

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