domingo, 15 de julio de 2012

Amor, Honor y Libertad (The Lady)


En su faceta de productor y guionista, el francés Luc Besson lleva años cómodamente establecido en el cine de acción (aunque la calidad de sus obras sea bastante irregular); sin embargo, como director lo hemos visto últimamente incursionando en géneros tan diversos como la fantasía y animación digital... con resultados no siempre afortunados. Y ahora, en su primera película de acción viva desde que anunció su "retiro", Besson regresa a la biografía histórica (que tan bien abordó hace más de diez años con Joan of Ark) para enfocar su atención en otra valerosa mujer que contribuyó a la liberación de una nación. ¿Conservará el director su habitual habilidad narrativa y dinamismo visual? ¿O habrá sido Amor, Honor y Libertad un débil intento por ganar premios y credibilidad como director "serio"?

La mujer en cuestión es Aung San Suu Kyi (Michelle Yeoh), hija del primer gobernante democrático que tuvo Birmania... hasta que fue brutalmente asesinado por la junta militar que tomó el control del país durante los años cuarentas. Varias décadas después, a fines de los ochentas, encontramos a Suu Kyi como modesta ama de casa viviendo en Inglaterra con sus hijos adolescentes y su esposo Michael (David Thewlis), un afable profesor universitario. Un día Suu Kyi se entera de que su madre está gravemente enferma y se traslada a Birmania, donde es celosamente vigilada por espías que desconfían de los auténticos motivos de su visita. Mientras está en el hospital cuidando a su madre, la asombrada mujer es testigo de arbitrarias atrocidades cometidas por el gobierno militar, y por eso acepta el ofrecimiento de varios activistas políticos que quieren reclutarla como portavoz y representante del movimiento democrático cuyo fin es declarar elecciones libres. Y aunque Suu Kyi carece por completo de experiencia política, siente que es su deber preservar los ideales de su padre y ayudar al pueblo oprimido. Entonces los humildes ciudadanos de Rangún la reciben con brazos abiertos y nuevas esperanzas de libertad. Pero, desde luego, sus esfuerzos no son bien vistos por el gobierno, y Suu Kyi pronto enfrentará los métodos represivos de la dictadura militar...

Los hechos que retrata Amor, Honor y Libertad son fascinantes, pero no se adaptan fácilmente a las clásicas estructuras dramáticas del cine, y quizás por eso la cinta se siente un poco lenta y fragmentada. A la par de las experiencias de Aung San Suu Kyi como renuente figura política, también tenemos atisbos al impacto internacional del movimiento democrático en Birmania (también conocido como Myanmar); a la política interna del Comité del Premio Nobel; a la complicada vida familiar de Michael Aris, criando dos hijos adolescentes durante la ausencia de su madre; y a los corruptos líderes militares de Birmania, decidiendo la vida o muerte de prisioneros políticos por medio de azar y superstición. Claro, todos esos divergentes aspectos son necesarios para comprender el impacto de la cruzada democrática emprendida por Suu Kyi; y en verdad aprecio que Luc Besson no haya simplificado la trama para hacer más comercial su película; pero al mismo tiempo siento que hizo falta un arco narrativo mejor definido, que integrara estos divergentes elementos en un todo históricamente fiel y dramáticamente sólido. En fin... imagino que es difícil determinar lo que debe incluirse en un relato tan complejo como éste; ¿debería Besson poner más énfasis en la persona, o en la obra? O quizás estamos tan acostumbrados a la "estructura de tres actos" que cuesta trabajo asimilar un relato con los giros y tangentes de la vida real, en vez de seguir la típica ruta lineal hacia el obligatorio final feliz. O al menos inspirador.

Y ese es quizás otro "problema" de Amor, Honor y Libertad; la historia no termina, porque la labor de Aung San Suu Kyi en Birmania tampoco ha terminado, así que el final no alcanza el clímax dramático que esperábamos. En todo caso, nos entregaron ese clímax en pequeños incrementos a lo largo de dos horas, y por eso resulta comprensible que algunas personas hayan quedado insatisfechas con esta película. Honestamente yo no sabía nada de Aung San Suu Kyi, y apenas estaba enterado de la opresión política en Birmania (más que nada por lo que vi en la película Rambo); aún así disfruté parcialmente Amor, Honor y Libertad por la fuerza de su protagonista, la laberíntica estructura de su argumento, y su honesta función didáctica. Habiendo dicho eso, creo que un documental hubiera sido más eficiente para recontar esta historia, libre de expectativas dramáticas por parte del público, y más honesto en su interpretación de los hechos. Pero bueno, quienes decidan ver la película obtendrán como premio de consolación la excelente cinematografía característica de Luc Besson, los hermosos paisajes de un país exótico e incomprendido, y un ensamble de actuaciones generalmente buenas, destacando David Thewlis como el sufrido esposo; y Michelle Yeoh en su primer papel dramático real, donde demuestra que su talento va más allá del cine de artes marciales que la hizo famosa. Además, en su más básico nivel, Amor, Honor y Libertad será una "película final" más apropiada para Besson (si es que decide hacer efectivo su "retiro"), en vez de la tediosa saga animada de Arthur y los Minimoys. Algo es algo.
Calificación: 7

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Pablo: ¿publicarás crítica de Rampart? Sería interesante conocer tu opinión sobre ella. Por cierto, ¿cuánto le darías a The Extraordinary Adventures of Adele Blanc Sec? Por último, ¿cuáles son los próximos estrenos que con más entusiasmo estás esperando? ¿Por qué?

Saludos

Pablo del Moral dijo...

Anónimo: Me interesa un poco Rampart, pero no lo suficiente para gastar dinero en el DVD; estoy esperando que llegue a VoD o TV satelital. En cuanto a The Extraordinary Adventures..., aún no la veo. Y, finalmente, tengo interés en ver The Dark Knight Rises, Moonrise Kingdom, Cabin in the Woods, Hit and Run, y Looper, por razones obvias ;-) Saludos y gracias!