domingo, 22 de enero de 2012

El Examen (Exam)


En general me gustan las historias "embotelladas" (es decir, limitadas a una sola locación) pues, cuando están bien realizadas, logran destilar la esencia misma del arte teatral, capturando nuestra atención con simples palabras, actuaciones y sobre todo una fuerte narrativa. En años recientes hemos visto un resurgimiento de este estilo cinematográfico (quizás como reacción natural contra la tendencia general al "cine espectáculo" de Hollywood), y aunque dichas cintas no siempre sean sobresalientes o memorables, al menos garantizan una experiencia diferente, más ambiciosa en el plano intelectual, y más simple en el visual. La nueva (no tan nueva) cinta británica El Examen encaja en esa descripción, partiendo de una premisa ingeniosa pero fallando a lo largo del camino por tergiversar demasiado su argumento y no seguir sus propias reglas. Aún así ofrece algunas ideas interesantes y buenas observaciones sobre los peligros del sistema económico contemporáneo.

Los noventa minutos de El Examen transcurren en una oficina engañosamente simple, con sillas y mesas, pero sin ventanas, a donde llegan ocho candidatos para una inusual entrevista de trabajo, donde sus únicos materiales son sendos lápices y hojas de papel. Aparentemente este es el paso final de un largo y difícil proceso de selección, y quien resulte elegido tendrá un envidiable trabajo con increíble sueldo y prestaciones. Sin embargo no queda claro en qué consiste la entrevista, pues el estricto supervisor (Colin Salmon) los deja solos tras impartir una bizarra lista de instrucciones (por ejemplo, nadie debe "arruinar" su hoja de papel, ni tratar de salir del cuarto, ni entablar comunicación con el guardia que los vigila). Entonces, sin saber qué se espera de ellos, los candidatos (identificados tan solo por sus características físicas: rubia, morena, blanco, negro, etc.) empiezan a proponer teorías sobre el camino a seguir... y sobra decir que la cooperación degenera rápidamente en traiciones, agresión y hasta violencia, de modo que no solo está en juego el empleo, sino sus vidas mismas...

Me gusta la premisa, y definitivamente hay algunos buenos actores en el reducido elenco, pero el libreto (escrito por el director Stuart Hazeldine) avanza irregularmente entre clichés predecibles y giros incongruentes, hasta llegar a un torpe final que comete el error de introducir elementos casi fantasiosos para justificar algunas de sus más ridículas situaciones. No solo parece un taimado truco para crear sorpresa artificial, sino que arruina la experiencia del espectador que trataba de resolver el misterio al mismo tiempo que los personajes... solo para darse cuenta al final de que no había manera de resolverlo lógicamente, sino solo con las trampas del guionista. Mis disculpas si esto suena confuso, pero obviamente no deseo revelar más de lo necesario, y arruinar lo poco que ofrece esta contradictoria película. Después de todo, la tolerancia y expectativas que cada quien tenga hacia este tipo de "acertijos cerebrales" podría cambiar por completo su opinión de la obra.

A fin de cuentas puedo darle una leve recomendación a El Examen, pues si bien resulta ocasionalmente aburrido su desarrollo y frustrante su conclusión, debo admirar la audacia del planteamiento narrativo y la dirección que nunca se siente estática o repetitiva a pesar de las limitaciones de su escenario. Habiendo dicho eso, puedo recordar muchas otras películas "minimalistas" que me parecieron más interesantes, entretenidas o ingeniosas (por ejemplo, Buried, Cube y Black Water), así que definitivamente hay mejores alternativas para disfrutar esta moda cinematográfica, que desde luego es más difícil de lo que parece. Y, claro, también hay peores muestras, así que al menos debemos darle crédito a El Examen por haber logrado bastante con muy poco. Si tan sólo se hubieran esforzado más...
Calificación: 6.5

4 comentarios:

Suss dijo...

hola! viste la de "El Método"? Será como esa?

Saludos!

Abraham dijo...

Creo que en ese escenario uno esperaría que el loco de los lentes fuera como el loco del cubo, pero no sucede exactamente así. Y ciertamente no me molestó la conclusión, aunque si iba por ese camino la ejecución del final pudo haber sido más dramática y contundente, quizás asi no se sentiría como sorpresa artificial. Le da buena batalla al cubo, en mi opinión.

Odié Black Water y Buried me aburrió en varios momentos, asi que esa lista de recomendaciones no sé como tomarla, pero supongo que estoy de acuerdo en que hay mejores alternativas para todos, después de todo la claustrofóbica Lébano también anda en cartelera.

¿Hay clichés impredecibles?

Abraham dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pablo del Moral dijo...

Suss: Pues... creo que El Método es más ambiciosa, pero tienes razón al sugerir que tienen muchas cosas en común. Saludos!

Abraham: Lástima que mis "alternativas" no te sean muy apetecibles; creo que no debo generalizar tanto. En cuanto a los "clichés impredecibles", creo que se ubican en la misma categoría que los pleonasmos no redundantes ;-) Saludos y feliz semana!