Detrás de las Paredes (Dream House)

Su nombre no es muy conocido, y rara vez lo encontramos en ceremonias de premiación, pero el director Jim Sheridan ha realizado muchas excelentes películas, desde las más famosas (In the Name of the Father, My Left Foot), hasta las que no hicieron tanto ruido, aunque sin duda lo merecían (In America, The Field). Por eso me extrañó encontrar su nombre asociado a una película tan torpe e insatisfactoria como Detrás de las Paredes. Cierto, recientemente se revelaron los conflictos que Sheridan tuvo con los productores de la película, así como su descontento con los cambios realizados sin su permiso, lo cual llegó hasta el extremo de solicitar que su nombre se retirara de los créditos (solicitud negada por el sindicato de directores). Sin embargo, ninguno de esos "chismes de la industria" disminuyeron mi entusiasmo por ver lo que este notable cineasta haría con una historia de terror. Obviamente quedé decepcionado pues, para empezar, ni siquiera podría clasificarla en ese género.

Detrás de las Paredes nos muestra las experiencias de la familia Atenton cuando se mudan a su nueva casa en los pintorescos suburbios de Nueva Inglaterra, después de escapar el caos de Nueva York. Pero sus sueños de tranquilidad empiezan a disiparse cuando se enteran de que los previos ocupantes de la casa fueron asesinados en circunstancias misteriosas. Y, peor aún, Will (Daniel Craig) y su esposa Libby (Rachel Weisz) sospechan que algunos curiosos eventos están relacionados, como una sombra que los observa desde el jardín, las huidizas miradas de sus recelosos vecinos, y ciertos cambios de conducta en sus dos pequeñas hijas. ¿Será verdad que la casa esconde una maldición? ¿O habrá una explicación aún más extraña?

La trama de Detrás de las Paredes suena como la típica fórmula de "casa embrujada", pero a la mitad de sus noventa minutos nos arroja un giro realmente sorpresivo... el cual frena por completo la película y deja la segunda mitad tratando inútilmente de recuperar el suspenso, o algo que sostenga nuestro interés. Imaginen que el gran secreto de The Sixth Sense se hubiera revelado a la mitad de la película, en vez del final; por mucho que la trama intentara sorprendernos durante la conclusión, ya no sería posible. Algo similar ocurre con Detrás de las Paredes... su inusual estructura se desbalancea fatalmente y arruina lo que pudo ser un thriller menor pero ingenioso, cuyo ilustre elenco de respetados actores contrarresta los inescapables orígenes "B" de la historia. Hablando de lo cual, es precisamente el trabajo de Daniel Craig, Rachel Weisz y Naomi Watts (por no mencionar los bien seleccionados Marton Csokas y Elias Koteas) lo que medianamente rescata la experiencia. Sus actuaciones no son exactamente buenas, pues el material no les da "ganchos" para afianzarse; pero bueno, al menos son legítimas "estrellas de cine" con suficiente carisma para inspirarnos a seguir sus ingratos roles.

Regresando al tema inicial... ¿dónde queda el director Jim Sheridan en este fallido experimento? No estoy seguro. Quisiera pensar que la manipulación de "los trajes" fue lo que arruinó Detrás de las Paredes, pero por otro lado nunca sentí la honestidad emocional ni la fuerza narrativa que marcan las mejores películas de este cineasta. Mi teoría es que Sheridan no es afecto al cine de suspenso (ni siquiera mencionemos el terror), y por lo tanto su torpe interpretación del género lo hizo quedar como un novato inseguro que se limitó a filmar lo descrito en el libreto, pero sin aplicar su visión o estilo personal. Como sea, lo mejor para todos será olvidar esta cinta de suspenso sin suspenso, que quizás hubiera funcionado mejor como legítima "B-Movie" directa a DVD, o algo así, dirigida por alguien acostumbrado a exaltar modestas virtudes y ocultar significativas limitaciones (en otras palabras, cualquier discípulo de Roger Corman). Entonces, Detrás de las Paredes tiene un par de momentos interesantes y buena cinematografía, pero nada de eso basta para recomendarla, excepto quizás para curiosos que deseen ver ese giro sorpresivo (ni siquiera muy original), y para masoquistas ansiosos de experimentar el desengaño de ir al cine para ver una película supuestamente de "terror" que se transforma en un obtuso "thriller psicológico" resuelto de la manera más blanda posible. Por otro lado, quizás cuando llegue a televisión podremos cambiar el canal después de la "gran revelación" y disfrutarla como un cortometraje con buen final.

Calificación: 5