Madre e Hija (Mother and Child)

La filmografía del director Rodrigo García (hijo del célebre novelista Gabriel García Márquez) podría clasificarse como "feminista" (con la posible excepción del thriller Passengers), pues en cintas como Things You Can Tell Just By Looking at Her, Ten Tiny Love Stories y Nine Lives, encontramos un tema recurrente de mujeres enfrentando los retos (muchos) y oportunidades (pocas) que presenta la moderna sociedad norteamericana. Supongo que un cínico podría describir estas películas como simples "chick flicks", pero creo que sus buenas actuaciones e inteligentes libretos (muchas veces escritos por el mismo director) trascienden esa peyorativa calificación y las transforman en sólidos dramas con un punto de vista muy particular y una intención de genuino análisis e introspección. Su nueva

película, Madre e Hija, es un claro ejemplo de esta visión, aunque también cae en las habituales fallas (o "estilo") de García, incluyendo un ritmo muy lento, estructura forzada y un final altamente manipulador.

El argumento sigue paralelamente la vida de tres mujeres en la ciudad de Los Ángeles, con distintos problemas y aspiraciones. Elizabeth (Naomi Watts) empieza a trabajar en una prestigiosa firma de abogados y tiene grandes planes para su carrera futura, los cuales parecen incluir un cuestionable romance con su jefe Paul (Samuel L. Jackson). En un estrato económico más modesto encontramos a Karen (Annette Bening), enfermera dedicada y muy trabajadora, que sostiene a su madre enferma. Y finalmente conocemos a Lucy (Kerry Washington), deseosa de adoptar un bebé tras muchos intentos de tener un hijo con su esposo Joseph (David Ramsey). Y así, a lo largo de la película, vemos como estas historias se relacionan de maneras inesperadas bajo el tema central de la adopción y el gozo o dolor que puede causar.

Sé que la estructura de "historias interconectadas" se ha vuelto un cliché en el cine "de arte" (¿mencioné que Alejandro González Iñárritu es uno de los productores de la película?). Pero en manos de Rodrigo García, este "gimmick" se convierte en una propiedad orgánica del guión que contribuye al enriquecimiento de la historia y al desarrollo de los personajes, en vez de ser un fácil truco para sorprendernos con algún "twist" devastador. De hecho, me gustó cómo el libreto revela gradualmente el carácter de las protagonistas, así como la influencia que la adopción tuvo (y tiene, y tendrá) en cada una de ellas. Fue una sorpresa encontrar personajes dibujados con trazos finos y sutiles que debemos analizar para apreciar la persona completa, a diferencia de la burda técnica común en Hollywood de simplemente asignar un arquetipo a cada personaje y dejar que el contexto cultural se encargue de llenar los huecos. Desde luego esta elegante estrategia está complementada con un fantástico elenco que saca provecho de la situación y brilla en todos los papeles. Naomi Watts, Samuel L. Jackson, Annette Bening, Kerry Washington, Cherry Jones... para no hacer una lista demasiado larga, simplemente diré que todos los actores desaparecen en sus respectivos roles, y aún los personajes secundarios o incidentales (como la limpiadora de casas interpretada por Elpidia Carrillo) están construidos con igual cuidado y resonancia emocional.

Imagino que Madre e Hija puede parecer demasiado lenta para quienes estén acostumbrados a los auténticos "chick flicks" de Hollywood, donde todo ocurre al ritmo de la canción de moda que adorna la banda sonora. Por el contrario, García se toma su tiempo para establecer a los personajes, crear situaciones y dejarlos reaccionar naturalmente, sin prisa por llegar al siguiente momento lacrimoso o crisis emocional. Habiendo dicho eso, el final parece traicionar esa paciencia con algunos eventos forzados y obvia manipulación sentimental, como si el director temiera que la sutileza de la narrativa no dejaría satisfecho al público hambriento de catarsis dramática (¿o fue influencia de Iñárritu? Mmh...). De cualquier modo Madre e Hija me gustó lo suficiente para darle una recomendación, y podría resultar una agradable sorpresa para quienes perdieron las esperanzas de ver buen cine "para mujeres" después de Sex and the City 2. Es cierto que Madre e Hija incluye algunos obstáculos que desmeritan su noble intención, pero al mismo tiempo presenta una alternativa interesante dentro del cine independientes con secretas aspiraciones comerciales, y si nos adaptamos a su estilo encontraremos pruebas irrefutables del talento creativo envuelto en esta cinta. Y en lo personal, agradezco que me ayudara a olvidar la atroz Passengers.

Calificación: 8