Arthur y el Regreso de los Minimoys (Arthur et la Vengeance de Maltazard)

Los malos presagios llegan incluso antes de que comience la película: el título original de Arthur y la Venganza de Maltazard asume que sabemos o nos interesa quién es el mentado Maltazard. Supongo que es el villano en la original Arthur y los Minimoys, pero fue una película que vi, odié, y borré de inmediato de mi memoria. Solo recuerdo la decepción de pensar que esa sería "la última película de Luc Besson", quien obviamente salió del retiro para seguir torturando a quienes alguna vez disfrutamos sus innovadoras películas, mismas que (en mi humilde opinión) cambiaron el rostro y la percepción popular del cine francés.

En fin... supongo que a alguien le parecerá buena idea continuar la historia de Arthur (Freddie Highmore), quien descubrió en la primera película una increíble civilización miniatura en la granja de sus abuelos. En Arthur y el Regreso de los Minimoys el joven visita de nuevo esa granja para estudiar los secretos de la naturaleza bajo la tutela de su sabio abuelo y de un enigmático “shamán“. Pero cuando recibe un mensaje de auxilio de la princesa Selenia (voz de Selena Gómez), el joven debe regresar al mundo de los Minimoys para ayudar a combatir una antigua amenaza.

Al menos diré esto: la calidad de la animación mejoró considerablemente. El diseño de los Minimoys sigue pareciéndome desagradable y poco original, pero los entornos subterráneos son impresionantes por su detalle, texturas e iluminación. Lo mismo aplica a los elementos digitales que imitan la naturaleza, sobre todo en el caso de algunos fantásticos insectos y plantas. No obstante, ninguna cantidad de virtuosismo técnico rescata la película de su tedioso libreto, lleno de lerdos diálogos, torpes rutinas de acción, y antipática comedia. Peor aún, el abrupto final queda en continuación, para resolverse en una tercera película. Esto se siente como una auténtica bofetada en la cara del espectador, sobre todo después de que Besson nos hace perder tanto tiempo en escenas irrelevantes, como una visita por los barrios bajos del mundo Minimoy (guiada por Snoop Dogg, nada menos), o el irritante asunto de los padres de Arthur y la abeja. ¿En serio era tan importante ese relleno? ¿No hubiera sido mejor recortarlo para contar la historia en una sola película? La obvia respuesta es de naturaleza mercadológica. ¿Por qué vendernos una película cuando pueden cobrar doble cantidad de dinero extendiendo innecesariamente el argumento? Después de todo funcionó muy bien para J.K. Rowling...

En fin, ya gasté demasiado tiempo en esta cruel bazofia, que pertenece a la colección de indulgentes caprichos creados para complacer a los hijos de directores famosos. O al menos esa es la explicación que atribuyo a la súbita locura que generó películas como Hook (de Steven Spielberg), The Adventures of Shark Boy and Lava Girl (de Robert Rodríguez), How the Grinch Stole Christmas (de Ron Howard), y ahora la insulsa Arthur y el Regreso de los Minimoys. Señores directores: la próxima vez mejor cómprenle a sus hijos una bicicleta, o un iPad, o un jet privado, y ahórrenos la tortura de sus "proyectos familiares" si no saben cómo hacerlos.

Calificación: 3