viernes, 6 de enero de 2012

J. Edgar


Regresando al terreno de las biografías que no visitaba desde Bird (hace casi veinticinco años), el director Clint Eastwood enfoca ahora su atención en un sujeto ciertamente fascinante, alrededor del cual flota una difusa nube de leyendas urbanas que amerita ser disipada: John Edgar Hoover, director del F.B.I. desde 1924 hasta 1972 (de hecho se podría decir que fue su fundador, pues el “Buró de Investigación“ era en aquel entonces una rama menor del Departamento de Justicia), quien es más recordado por su legendaria paranoia y su rumorada homosexualidad que por sus genuinos logros. La película J. Edgar trata de mostrarnos las múltiples facetas de este enigmático personaje, pero en su esfuerzo por alejarse del morbo y el escándalo termina siendo demasiado blanda y fría para realmente capturarnos con su difusa narrativa.

La trama de J. Edgar abarca las décadas del reinado de Hoover (Leonardo DiCaprio) como director del F.B.I., mostrándonos sus enfrentamientos con miembros de la política (como Robert Kennedy, hilarantemente interpretado por Jeffrey Donovan); sus inmisericordes cruzadas contra el crimen organizado; su manejo del tristemente célebre secuestro del hijo de Charles Lindbergh (Josh Lucas); la extorsión de gente famosa con sórdidos hábitos personales o ideología; y desde luego su obsesión por perseguir y eliminar los elementos comunistas de los Estados Unidos, que en cierto momento de la historia representaron un peligro real, con bombardeos y asesinatos perpetrados por extremistas "bolcheviques". Y así presenciamos una carrera de casi medio siglo, a lo largo de la cual Hoover trata de conciliar sus inflexibles estándares morales con sus auténticas emociones, que solo conocían las personas más cercanas a él, como su dominante madre Anna (Judi Dench), su confidente y secretaria Helen Gandy (Naomi Watts) y su protegido Clyde Tolson  (Armie Hammer).

Es muy difícil escribir una sinopsis literal de J. Edgar porque el libreto (escrito por Dustin Lance Black) salta constantemente hacia adelante y atrás en el tiempo, visitando pasajes importantes de la carrera de Hoover, pero negándonos muchas veces el contexto necesario para apreciar la evolución (o corrupción) del protagonista a lo largo del tiempo. Parecería que Eastwood hizo su película exclusivamente para estudiosos de J. Edgar Hoover; o quizás para sus contemporáneos que vivieron en las noticias los eventos retratados por la cinta. Pero como espectador casual sentí frecuente frustración por no encontrar el hilo narrativo que diera cohesión a la historia. Aún así hay muchos buenos momentos en J. Edgar gracias a su notable elenco y al meticuloso trabajo de los diseñadores de producción para recrear los distintos períodos históricos. Quizás por eso a fin de cuentas me dio la impresión de estar viendo una de esas biografías de History Channel, donde se eliminaron los pasajes narrados y solo quedaron las recreaciones con actores. Sin duda es interesante y hasta podemos aprender algo... pero el resultado final se siente incompleto y menos satisfactorio de lo que esperábamos.

Por otro lado, quizás Eastwood no estaba interesado en comprimir una carrera de 48 años en tan solo dos horas de película, así que simplemente tomó puntos clave para que entendiéramos al hombre detrás de la leyenda; cualquier libro podría darnos el contexto cronológico de Hoover; pero hace falta el trabajo de un buen actor y un hábil cineasta para dar vida a un personaje lleno de contradicciones, cuya obsesión por sus causas (ya fuera la persecución del comunismo o la inmoralidad de Hollywood) mostraban al mismo tiempo su celo patriótico y el conflicto interno que lo impulsó durante su vida. Hablando de lo cual, Eastwood es especialmente cuidadoso al retratar la larga relación (nadie la llamaría "romántica") que Hoover mantuvo con su protegido Clyde Tolson, al mismo tiempo que atacaba públicamente a los homosexuales por amenazar las bases mismas de la sociedad norteamericana. Otro interesante contraste es el esfuerzo que Hoover hizo por modernizar las técnicas del F.B.I., introduciendo procedimientos científicos y el uso de huellas digitales para capturar delincuentes... pero también para mantener un registro de la población entera que le permitiría tener estricto control sobre cualquier disidente o indeseable que pudiera surgir. Y, claro, su manía de espiar a los ciudadanos y hacer grabaciones de conversaciones privadas le permitió encontrar tantos indeseables como fueran necesarios para promover su carrera política.

Supongo que Leonardo DiCaprio tendrá merecidas nominaciones por su interpretación de J. Edgar Hoover (auxiliado por efectos de maquillaje no siempre creíbles); pero también merece reconocimiento el elenco secundario, entre el cual puedo señalar a Judi Dench como la madre de Hoover, cuya influencia en su hijo parece tener dos filos; Naomi Watts como la fiel Helen Gandy, al mismo tiempo secretaria, esposa platónica y confidente leal que nunca traicionó la confianza de su jefe… incluso cuando se metía en situaciones claramente ilegales; y desde luego Armie Hammer como Clyde Tolson, cuya orientación sexual toma oblicuas formas en una sociedad tan estricta y conservadora. El apoyo de estos actores (entre muchos otros) complementa la hipnótica interpretación de DiCaprio, y contribuye a mantener la cinta en movimiento incluso cuando el libreto no sabe hacia dónde dirigirse. Entonces, puedo recomendar J. Edgar para quienes estén muy interesados en la vida y carácter de John Edgar Hoover; pero quienes solo busquen una entretenida película sobre "G-Men", mejor renten Public Enemies (imperfecta pero más dinámica) o, mejor aún, la original The Untouchables. Para bien o para mal, Clint Eastwood hizo demasiado bien su trabajo, poniendo al frente la personalidad de Hoover y sacrificando las emociones de su azarosa carrera. Pero bueno, para eso está Wikipedia.
Calificación: 6.5

2 comentarios:

manipulador de alimentos dijo...

Al final he visto, 'J Edgar' de Clint Eastwood y ha superado mis expectativas. Me la habían puesto muy floja y resulta ser, más allá de algún que otro maquillaje terrible, una película interesante y reveladora. Di Caprio, de nuevo, magnífico. Toda una sorpresa. Un saludo!!

Pablo del Moral dijo...

manipulador de alimentos: Me alegra que te haya gustado más que a mi. En cierto modo me gustó que Clint Eastwood haya puesto tanto esmero en explorar los conflictos internos de Hoover, pero creo que un poco más de contexto histórico hubiera reforzado el libreto. De cualquier modo las actuaciones son excelentes, como bien señalas, y bastan para recomendar la película. Gracias y saludos!