Sin Escape (Abduction)

Los cortos de Sin Escape sugerían una versión adolescente de The Bourne Identity, y hay bastante de cierto en ello. La trama mezcla acción y espionaje con un personaje en desesperada búsqueda de su auténtica identidad, mientras siniestras figuras tratan de capturarlo. Sin embargo, encontré Sin Escape más similar a Disturbia. Ambas toman "prestados" argumentos de películas anteriores y los replantean en una versión "lite" para el público contemporáneo, con protagonistas jóvenes, un poco de romance y acción para cubrir las deficiencias del libreto. Y, tal como me ocurrió con Disturbia, terminé disfrutando Sin Escape más de lo que esperaba, pues aunque no me pareció una buena película en el sentido estricto, sin duda fue una experiencia dinámica y entretenida, anclada por carismáticos actores y dirigida con alta energía, lo cual compensa parcialmente su torpe argumento.

La cinta se centra en Nathan (Taylor Lautner), un estudiante popular y muy atlético pero secretamente atormentado por pesadillas y accesos de ira que trata de controlar con ayuda de su psicóloga, la Dra. Bennett (Sigourney Weaver). Un día, mientras trabaja en un reporte escolar, Nathan encuentra un sitio en Internet dedicado a niños desaparecidos... y descubre su foto, tomada cuando tenía alrededor de tres años. Confundido, el joven decide investigar en su pasado con ayuda de su amiga Karen (Lily Collins)... pero sus pesquisas llaman la atención de gente peligrosa que no se detendrá ante nada para capturarlo (¿o matarlo?). Entonces Nathan se ve obligado a huir mientras trata de descifrar el misterio de su identidad, lo cual no será fácil, pues no tiene en quien confiar... ¿o sí?

Hace veinte años el director John Singleton impactó a Hollywood con la controversial cinta Boyz ‘n‘ the Hood, pero desde entonces su carrera ha sido más bien irregular, tratando de encontrar un nicho donde pueda prosperar sin traicionar su sensibilidad. Sin Escape está lejos de ser su mejor película (ni siquiera su mejor película de acción); sin embargo podría ser la que finalmente lo consagre como cineasta populista y eficiente, no tan preocupado por el "valor artístico" de sus obras (¿qué significan esos enigmáticos emplazamientos de cámara y "zooms" setenteros?), sino por crear un producto desechable y entretenido. En otras palabras, otro simple mercenario (no lo digo como insulto) cuya visión y estilo eleva la categoría de argumentos pre-fabricados, lo cual es el claramente el caso de Sin Escape. El libreto de Shawn Christensen (¿sin crédito alguno para Robert Ludlum?) es torpe y predecible, con genéricos villanos y un par de obligatorios giros sopresivos. Las "pistas" que Nathan sigue en su investigación son increíblemente absurdas y arbitrarias ("¡Son flores frescas!"). Al mismo tiempo, los momentos dramáticos tienden a convertirse en comedia involuntaria, aunque ayuda un poco el elenco secundario de actores veteranos que hacen su mejor esfuerzo por aportar gravedad a la película (incluyendo a Sigourney Weaver, Alfred Molina y la siempre confiable Maria Bello).

Claro que nadie irá a ver Sin Escape por su director o por los "ancianos" actores secundarios. La atracción principal es Taylor Lautner (y sus "abs"), lo cual es todo lo que necesitan saber sus fans. Honestamente no me parece buen actor, pero tiene una sólida presencia escénica y suficiente madurez como intérprete para tomarlo en serio como actor principal. Y, desde luego, su habilidad física lo convierte en una "estrella de acción" mucho más verosímil que, digamos, Shia LaBeouf. Sin embargo, al parecer Sin Escape tuvo poco éxito en taquilla durante sus primeros días de estreno en los Estados Unidos; me pregunto si la moda de los héroes "geek" (como Jesse Eisenberg o el mencionado LaBeouf) habrá exterminado definitivamente la era de los héroes apuestos y atléticos. Solo queda esperar que esta evolución (¿o "de-volución"?) traiga consigo la época de los héroes obesos. Entonces estaré contento.

Sin Escape pretende ser el comienzo de una saga, y aunque probablemente no veremos secuelas debido a su "fracaso" económico, me gustó su premisa de "espía adolescente", cuya violencia e intensidad la separa de obras infantiles con similar tema (como Agent Cody Banks y Stormbreaker). Entonces, supongo que algunas personas odiarán Sin Escape tan solo por la presencia de Taylor Lautner; otras la adorarán por la misma razón. Pero tratando de ser tan objetivo como sea posible (sin dejar que me influencien las cejas de Lily Collins) diría que la película merece una leve recomendación por lograr lo que se propone sin excederse en ambición, melodrama o estupidez. Lautner es un eficiente "leading man"; las peleas son cortas pero bien coreografiadas; Collins es una creíble damisela en peligro; y John Singleton cumplió su cometido, aunque en el fondo merecía un libreto más inteligente. Estoy seguro de que olvidaré la película en cuanto termine de escribir este párrafo, pero la verdad es que pasé un rato agradable (y piadosamente corto) en el cine. Y no lo digo por ser "Team Jacob".

Calificación: 7