Hesher

A primera vista parece que Hesher es uno de esos dramas "indie" que llaman la atención por incluir en su elenco a varios actores famosos, cuya participación probablemente se debe a que quieren demostrar que el éxito no los ha cambiado, y que siguen siendo artistas interesados en el arte por el arte mismo. En cierto modo es una descripción apropiada de esta cinta; pero si superamos el prejuicio contra las pretensiones artísticas, encontraremos una excelente historia cuya fuerza narrativa realmente valida la presencia de estos actores, al darles papeles dignos de su talento. Ah, y por si fuera poco, su banda sonora está compuesta casi exclusivamente por canciones de Metallica.

La película nos muestra lo que ocurre cuando un vagabundo llamado Hesher (Joseph Gordon-Levitt) se introduce gradualmente en la vida de la familia Forney, quienes aún sufren por una reciente tragedia. El niño T.J. (Devin Brochu) está obsesionado con el automóvil donde murió su madre, y además sufre los constantes abusos de un "bully" que le hace la vida imposible en la escuela. Por otro lado, su padre Paul (Rainn Wilson) pasa el día viendo televisión en pijama, agobiado por la profunda depresión que le provocó perder a su esposa. Y la Abuela (Piper Laurie) se encuentra en el límite funcional de la demencia senil... aunque a veces parece ser el único adulto sensato de la casa. Pero cuando el vulgar, burdo e irresponsable Hesher empieza a entrometerse intencional o accidentalmente en los asuntos de la familia, las cosas empiezan a cambiar. No diría que mejoran, pero al menos el extraño invasor ofrece una distracción (a veces perjudicial) del dolor compartido por los demás. Y de algún modo atrapada en el caos de Hesher está la patética Nicole (Natalie Portman), una tímida cajera de supermercado que cometió el error de involucrarse en los problemas de estos disfuncionales caracteres.

Ahora que lo pienso, esto podría sonar como una película de Robin Williams, donde un simple pero sabio vagabundo rescata mágicamente a una familia infeliz. Pero la realidad es muy distinta, pues si bien Hesher es el catalizador de cambio en el hogar de los Forney, su actitud es la de un auténtico sociópata, propiciando violencia, ira y problemas legales entre quienes lo rodean. Digamos que en el cine familiar no vemos seguido al protagonista atropellando niños con su "van", ni tratando de animar a un viudo con discursos sobre testículos amputados. O tal vez sí. No lo sé. El caso es que Hesher mantiene un precario balance entre sus dispares elementos humorísticos y dramáticos, y aunque no siempre coexisten armoniosamente, el resultado logra ser al mismo tiempo gracioso, conmovedor y muy satisfactorio. El director y co-guionista Spencer Susser construyó una historia que repite los arquetipos del cine "indie" (tragedia familiar, ambiente suburbano, "outsider" incomprendido); pero la distingue con un excelente manejo de personajes con bien definidas emociones y personalidades, tan reales que podemos disculpar los ocasionales momentos de incongruencia narrativa (¿quién aceptaría tácitamente la presencia de este patán en su casa? ¿O, peor aún, qué mujer con el más mínimo sentido común aceptaría subirse a su camioneta?).

Y, claro, la premisa funciona porque los actores nos hacen creer que estos bizarros personajes poseen muy humanas motivaciones. Como dije al principio, la presencia de Natalie Portman, Joseph Gordon-Levitt y (hasta cierto punto) Rainn Wilson parece un gancho comercial; sin embargo todos toman muy en serio sus papeles y los afrontan con tal fuerza y convicción que en pocos minutos había olvidado a las "estrellas" para aceptar por completo la realidad de los personajes. Sobra decir que los tres tiene un desempeño extraordinario en roles muy distintos a los que habitualmente interpretan. Pero las auténticas sorpresas fueron los nombres menos conocidos. El niño Devin Brochu no solo es diestro para expresar con la mirada su turbulencia interna, sino que además enfrenta con aplomo numerosas demandas físicas, ya que casi siempre está sufriendo palizas, o cayéndose de la bicicleta, o colgando de una grúa, etc. Seguramente se usó un doble en los momentos más riesgosos, pero hay muchos otros que no debieron ser fáciles de filmar para este actor infantil. Y en el otro extremo de edad tenemos a la veterana Piper Laurie como la genial Abuela, robándose todas sus escenas y formando el incuestionable eje emocional de la película. Honestamente no sabía que Laurie seguía actuando (la última vez que la vi en la pantalla fue hace seis años, en un episodio de Dead Like Me), pero me dio mucho gusto verla “comiéndose el mandado” de sus más jóvenes colegas.

Entonces, Hesher encaja temática y técnicamente en los típicos parámetros del cine "indie" (lo cual podrá ser bueno o malo, dependiendo de cada espectador), pero trasciende esa fácil clasificación con su inteligente historia, preciso melodrama y perfectas actuaciones, sin olvidar la madura dirección de un cineasta con genuino talento para el clásico "estudio de caracteres", donde tiene tanta importancia el argumento como la evolución de los personajes. Dudo que Hesher reciba nominaciones a premios importantes, pero me sorprendió agradablemente y puedo recomendarla para quienes aprecien este tipo de cine íntimo y humanista, aunque no sea necesariamente accesible u original. Y en cuanto a la banda sonora, ojalá hubiera más canciones de Metallica, pero de todos modos me gustó escuchar algunos de mis cortes favoritos, que complementan muy bien la historia y la actitud de Hesher. Aquí entre nos, me alegra que hayan sido canciones clásicas... pre-Álbum Negro.

Calificación: 8.5