lunes, 29 de agosto de 2011

El Hijo Maldito (Skjult - Hidden)

Más por obligación que por interés fui a ver El Hijo Maldito, una de esas anónimas películas de terror que de vez en cuando llegan a cines de mi ciudad para desaparecer misteriosamente unos días después (sospecho una conspiración de distribuidores). Por lo menos es una película noruega, lo cual promete un "sabor" distinto al típico horror norteamericano. Y, ¿quién sabe? Con suerte podría resultar tan divertida e ingeniosa como Dead Snow o Cold Prey, recientes muestras de cine noruego que nos sorprendieron con su ingenio y humor. O quizás... un momento... ¿será un augurio de la llegada de Troll Hunter, la exitosa cinta noruega que ganó tantos premios y aplausos alrededor del mundo? No lo sé, pero ojalá fuera así, pues al menos daría sentido a la hora y media que perdí viendo El Hijo Maldito.

Su argumento va así: tras una ausencia de casi veinte años Kai Koss (Kristoffer Joner) regresa al pequeño pueblo donde creció, para asistir al funeral de su madre, a quien aparentemente odiaba por los maltratos que le hizo sufrir en su niñez. Algunos habitantes del pueblo reciben a Kai con afecto y compasión, pero otros lo ven con desconfianza, lo cual empeora cuando desaparecen misteriosamente varias personas, y las sospechas recaen obviamente en el recién llegado. Entonces, con ayuda de la pragmática alguacil Sara (Cecilie Mosli), Kai tendrá que investigar en su pasado (y en la casona que heredó de su madre) para resolver el enigma, el cual podría estar relacionado con un trágico accidente automovilístico que presenció años atrás.

En general me gustan las películas que confían en su público y no se detienen a explicar cada pequeño detalle… pero El Hijo Maldito exagera esa actitud hasta niveles incoherentes. La primera mitad de la cinta consiste básicamente en seguir al protagonista mientras escucha ruidos extraños, encuentra personajes inescrutables (¿quién demonios es la chica del hotel?), experimenta bizarras alucinaciones (o quizás "flashbacks") y presencia fenómenos inexplicables (como la recurrente aparición de una pelota roja - ¿será homenaje a The Changeling?), nada de lo cual contribuye a orientarnos sobre el argumento. Parecería que el director Pål Øie trató de hacer una película compuesta exclusivamente por denso simbolismo y sobresaltos, lo cual se vuelve rápidamente aburrido y predecible (por cierto, me tardé diez minutos en encontrar los caracteres en el nombre del director, así que lo repetiré tantas veces como pueda para que valga la pena). Claro, eventualmente nos enteramos de la conexión entre todos estos eventos (más o menos), pero para entonces yo ya había perdido interés en la tediosa narrativa y los flojos personajes. Tache para Pål Øie.

Y tampoco podemos esperar que el elenco inyecte energía o dinamismo en la historia. Los actores imprimen tan poca emoción en las actuaciones que no logran inspiran preocupación por la supervivencia de los personajes, o siquiera curiosidad por enterarnos de quién está matando a quién en la pintoresca campiña noruega. Tampoco estoy pidiendo el drama artificial ni las exageradas actuaciones del peor cine norteamericano; pero cuando los actores parecen figuras de cartón sin expresión alguna (¿habrá sido la proverbial "frialdad nórdica"), cuesta trabajo sumergirse en la historia y disfrutar sus "inesperados" giros. Y digo "inesperados" porque el director Pål Øie arroja muchas pistas, ofrece abundantes metáforas (o lo que sea) y trata de confundirnos con su creatividad… pero a fin de cuentas el obtuso final se rehúsa a responder sus propias preguntas. A veces esta estrategia puede resultar satisfactoria y hasta estimulante; sin embargo en esta ocasión me pareció la cobarde salida de un director que no supo resolver su película. En fin... para no gastar más tiempo en El Hijo Maldito, terminaré diciendo que quizás exista una historia interesante oculta en su confusa narrativa; lástima que el director Pål Øie no logró un planteamiento más claro ni un desarrollo mejor estructurado para crear una experiencia convincente. Resultado: tendré que aguardar la llegada de Troll Hunter (aunque sea en DVD) para ver una buena película de horror noruego (espero).
Calificación: 5

domingo, 28 de agosto de 2011

El Planeta de los Simios: (R)Evolución (Rise of the Planet of the Apes)

La verdad es que El Planeta de los Simios: (R)Evolución (se nos puso creativo el Maestro Traductor de Títulos) estaba entre las películas de verano que menos me interesaban; pero cuando escuché noticias de su inesperado éxito económico se despertó mi curiosidad. Y, después de haberla visto, estoy de acuerdo en que fue una agradable sorpresa, mejor de lo que esperaba, pero quizás un poco sobrevalorada. Como sea, lo que más me gustó fue que el director Rupert Wyatt logró hacer una película que funciona al mismo tiempo como precuela de la legendaria saga setentera, y como "re-boot" moderno de una franquicia que podría ser hoy tan exitosa como lo fue hace cuarenta años.

La historia muestra los esfuerzos del biólogo Will Rodman (James Franco) por curar la Enfermedad de Alzheimer, para lo cual desarrolla una "terapia viral" capaz de estimular la renovación de tejido cerebral. Sus experimentos en chimpancés tiene mucho éxito... hasta que una importante presentación termina trágicamente y el proyecto es cancelado. El ambicioso ejecutivo Steven Jacobs (David Oyelowo) ordena la eutanasia de todos los chimpancés, y el único sobreviviente es el bebé César (movimientos de Andy Serkis), a quien Will esconde en su casa, primero como mascota y después como continuación de su experimento, pues el pequeño chango muestra sorprendente inteligencia, que el científico fomenta para ver hasta dónde tuvo éxito su curación milagrosa. Sin embargo, mantener un chimpancé súper-inteligente en un entorno residencial es receta segura de desastre, y cuando César lastima a un vecino la ley interviene, confiscando al animal para recluirlo en un "santuario" para simios, donde el cruel Dodge Landon (Draco Malf... perdón, Tom Felton) lo tortura incesantemente. ¿Aguantará César estas vejaciones? ¿O usará su avanzado intelecto para planear un audaz escape con ayuda de los demás simios? Respuesta: Ung, ung, ung, uuuu, uuuuu, aaaaah, aaaaaaah!

A pesar de que la llamé "sobrevalorada" hace un momento, admito que El Planeta de los Simios: (R)Evolución es una de esas raras "películas evento" que realmente cuentan una historia sólida y consistente. El libreto de Rick Jaffa y Amanda Silver ("sugerido" por la novela de Pierre Boulle) muestra una progresión lógica de eventos y un incremento orgánico del drama, en vez de ser tan solo un desfile de escenas de acción unidas por melodrama artificial, como tantas veces vimos en meses recientes. Y si además añadimos un obvio mensaje sobre derechos animales, tenemos una película que entretiene, emociona, y nos deja con material para pensar. Habiendo dicho eso, hay detalles que me costó trabajo aceptar, sobre todo en lo referente a la sapiencia de los simios. Para no entrar en "spoilers", solo diré que en varias escenas sentí lo mismo que cuando vi al velociraptor abrir la puerta de la cocina en la primera Jurassic Park. Entiendo que el objetivo sea sorprendernos con la inesperada inteligencia de criaturas generalmente consideradas "irracionales"; pero hay ciertas cosas que no dependen propiamente de la "inteligencia", sino de experiencia previa; y si no existe, la escena tiende a sentirse falsa. Y por favor no me den la excusa de: "¿Qué esperabas? Es una película sobre changos inteligentes". Creo que la historia está construida con tanto cuidado y atención al detalle que estas pequeñas "trampas" (por llamarlas de algún modo) contradicen el material que las rodea. Por otro lado, también hay muchas escenas que me dejaron con una gran sonrisa por estar perfectamente armadas y colocadas como piezas de un brillante rompecabezas que juega con nuestras emociones y rompe nuestras expectativas de lo que pudo ser esta precuela. En otras palabras, lo bueno supera con creces a lo malo.

En cuanto a los muy comentados simios creados por el estudio Weta Digital, creo que funcionan muy bien en unos aspectos y medianamente en otros. Para empezar, las texturas, "shaders" y simulación de pelo son extraordinarios, y su realismo iguala (o quizás supera) el de películas como Avatar o Legend of the Guardians: The Owls of Ga'Hoole. Igualmente impresionantes son las animaciones faciales y el rango de emociones que estos "actores sintéticos" pueden expresar. Sin embargo me gustó menos el movimiento corporal de los simios, sobre todo en la segunda mitad de la película, cuando entramos de lleno a la acción. Creo que los artistas de Weta (tal vez bajo órdenes del director) se tomaron demasiadas libertades con los saltos, carreras y piruetas de los primates, perdiendo realismo cuando se sienten sin peso o masa corporal. Lo mismo aplica a muchos movimientos de cámara tan extremos que revelan de inmediato su origen digital, lo cual desmerita la sobria dirección y estilo natural que Wyatt cultivó durante la parte inicial de la historia. Pero bueno... entiendo que debe ser intoxicante la libertad de filmar con cámaras virtuales en escenarios artificiales donde no existen las limitaciones físicas del inclemente mundo real. Además, la situación no tan mala como las que nos han recetado en el pasado Robert Rodríguez o Robert Zemeckis, así que no es una queja importante.

Y finalmente tenemos los actores humanos; James Franco se ha ganado mi respeto con su ecléctica selección de proyectos y sorprendente rango histriónico; sin embargo se nota un poco distante en el papel del genio científico cuyo optimismo y buenas intenciones se combinan en un fatal resultado. No digo que su trabajo sea malo; simplemente que le faltó un poco de pasión para sentirlo más real. El gran John Lithgow tiene un corto papel secundario que realiza con impecable convicción; es difícil interpretar limitaciones mentales sin parecer un chiste ofensivo, pero este veterano actor lo consigue sin esfuerzo aparente. La guapa Freida Pinto enfrenta la ingrata tarea de ser el rostro bonito de la película, aunque le dan un par de líneas para subrayar la clásica moraleja de "hay cosas en las que el hombre no debe interferir". Y, finalmente, me gustó ver a Tyler Labine en una actuación dramática; no ganará Oscares, pero confirma que su repertorio llega más allá del bufón que frecuentemente interpreta (no lo digo como insulto; me gustó mucho su trabajo en el programa de televisión Reaper, y en películas como Tucker & Dale Vs. Evil - ¡gracias VoD! -). Entonces, quizás no comparto toda la hipérbole vertida sobre El Planeta de los Simios (R)Evolución, pero sin duda me pareció una eficiente precuela y excelente comienzo de una saga con enorme potencial. Por eso puedo recomendarla con muy pocas reservas, y con el consejo de no perderse los créditos finales, donde aparece una escena que funciona como satisfactorio epílogo e inquietante prólogo. Lo hicieron, maniáticos. Bien por ustedes.
Calificación: 8

sábado, 27 de agosto de 2011

Cowboys Contra Aliens (Cowboys & Aliens)

Hace algunos meses leí la novela gráfica Cowboys & Aliens, del escritor Fred Van Lente y el artista Luciano Lima... y, honestamente, me pareció bastante mediocre. Además del innovador concepto descrito en su título, la trama solo ofrece personajes huecos, clichés de ciencia ficción mal combinados con clichés de "western", y un tono demasiado ligero que de ninguna manera hace justicia al potencial de esta mezcla de géneros. Paradójicamente, esa decepción mejoró mi expectativa por la película Cowboys Contra Aliens. Después de todo, Hollywood acostumbra cambiar bastante las novelas que adapta, y seguramente con un par (o quinteto, en este caso) de guionistas "expertos", lograrían arreglar el argumento y convertirlo en una película memorable. Y, claro, los blandos personajes del libro seguramente cobrarían vida gracias a las interpretaciones de actores tan destacados como Daniel Craig y Harrison Ford, ¿cierto? ¡No sé de qué me preocupaba!

Bueno... al parecer sí hay motivo de preocupación, pues aunque la película Cowboys Contra Aliens logró ciertas mejoras respecto al libro, también conservó los personajes carentes de sustancia, la arbitraria narrativa y el inconsistente comportamiento de los epónimos aliens. Al principio de la película conocemos a Jake Lonergan (Daniel Craig), quien despierta a mitad del desierto de Arizona sin recordar su nombre, cómo llegó ahí, o la procedencia del extraño brazalete que tiene en su brazo izquierdo. Eventualmente el confuso hombre llega al pueblo de Absolution, donde es arrestado porque aparentemente es un fugitivo de la ley. Pero cuando está a punto de ser trasladado al juzgado regional, el pueblo es atacado por vehículos voladores de procedencia desconocida que causan numerosos daños y secuestran a varias personas, entre ellas el hijo del cacique local Woodrow Dolarhyde (Harrison Ford), y María (Ana de la Reguera), la esposa del tímido comerciante Doc (Sam Rockwell). Para sorpresa de todos, incluyendo Lonergan, su brazalete metálico se activa y demuestra ser la única arma capaz de dañar los vehículos voladores. Y así comienza una inestable tregua entre Lonergan y Dolarhyde, quienes organizan a los sobrevivientes para rescatar a los habitantes secuestrados, y averiguar de dónde provienen esos invasores y su desconocida tecnología.

La idea de valientes vaqueros enfrentando una invasión alienígena es interesante, pero quizás funciona mejor como concepto que como ejecución. El choque entre avanzada tecnología extraterrestre y primitivas armas del siglo diecinueve tendrían como obvia consecuencia una masacre unilateral que concluiría la película en sus primeros diez minutos; por lo tanto, hay que encontrar la manera de darle ventaja a los vaqueros para que la batalla sea más creíble y haya suspenso sobre el ganador. Lamentablemente los escritores Roberto Orci, Alex Kurtzman, Damon Lindelof, Mark Fergus y Hawk Ostby (¡Demonios! ¿Cuántos millones de dólares habrá costado comprar los derechos de la novela gráfica, y luego contratar a estos guionistas de moda para "arreglarla" con resultados tan mediocres?) no encontraron una manera lógica de resolver el problema, y por lo tanto deben echar mano de abundantes trampas, excesivas inconsistencias y nociones absolutamente ridículas para darle oportunidad a los vaqueros de defenderse ante los invasores. Sin profundizar demasiado para no caer en "spoilers" mencionaré que, a pesar de su tecnología y potencial destructivo, el método de combate favorito de los aliens es... peleas cuerpo a cuerpo. Y además su vulnerabilidad cambia radicalmente según los caprichos del libreto; cuando hace falta crear suspenso, los aliens son prácticamente indestructibles; pero cuando el director Jon Favreau necesita un momento "cool", resulta fácil matarlos con un solo balazo, una lanza india, o un pequeño cuchillo de niño explorador. Qué conveniente.

Y así hay muchas escenas que constantemente me "sacaron" de la historia con sus “coincidencias” y forzados atajos narrativos. Pero bueno... los productores de una película titulada Cowboys Contra Aliens asumen que nadie cuestionará los detalles del argumento siempre y cuando haya suficientes efectos especiales y abundantes escenas "cool" que nos mantengan distraídos. En ese aspecto Jon Favreau cumple medianamente su cometido con ayuda del estudio Industrial Light & Magic, cuyos aliens digitales superan los aburridos humanoides morados de la novela gráfica, incrementando el nivel de amenaza y dándoles inesperados elementos orgánicos que los hacen más extraños y misteriosos. Menos misteriosos son los humanos, aunque los actores se empeñan en extraer todas las emociones posibles de personajes planos y pobremente planteados. Supongo que Daniel Craig y Harrison Ford son los que más oportunidad tienen de lograrlo, y creo que Ford fue quien manejó mejor su desarrollo a lo largo de la cinta. Craig tiene el más genérico papel de anti-héroe taciturno... y quizás lo hizo demasiado bien, pues no logra evocar mucha simpatía ni conexión con el espectador (en mi humilde opinión), ni siquiera cuando se revela la oculta relación que tiene con los invasores. De hecho, voy a proponer una hipótesis; tanto Sam Rockwell como Clancy Brown tienen papeles secundarios en la cinta (dueño de la cantina y predicador local, respectivamente), pero son demasiado cortos e intrascendentes; sin embargo, creo que Cowboys Contra Aliens hubiera sido una película MUCHO mejor con ese dueto en los roles principales; Sam Rockwell es uno de los mejores actores trabajando actualmente, y tiene más "pinta" de vaquero que Daniel Craig; además, su físico menos atlético haría más interesantes los retos que enfrenta a lo largo de la historia. Por su lado, Clancy Brown hubiera sido perfecto como el cacique del pueblo, con mano dura pero corazón blando cuando hace falta ayudar a sus semejantes. Claro que ninguno de ellos hubiera atraído tanto público como Harrison Ford y Daniel Craig, pero bueno... me hubiera gustado más la película si fuera cierta esa fantasía.

Hablando de fantasía, Olivia Wilde no actúa particularmente bien, pero me pareció ideal para el papel de interés romántico/heroína, cuyo conocimiento sobre el pasado de Lonergan nos mantiene en suspenso cuando nada más está funcionando en la película. Me alegra que Favreau haya elegido una mujer de exótica belleza, en vez de la genérica "rubia bonita" que parecía de rigor en muchos "westerns" tradicionales. En fin... para no extenderme más, terminaré diciendo que Cowboys Contra Aliens comienza con desgano pero va adquiriendo energía conforme nos acercamos al final, y aunque me hayan irritado sus inconsistencias e ilógicos desplantes, terminé razonablemente entretenido y agradecido porque, para variar, la adaptación cinematográfica resultó mejor que el material original. No mucho mejor, pero lo suficiente para darle una modesta recomendación como diversión desechable para el fin de semana. Finalmente, no puedo dejar de mencionar las superiores alternativas de híbridos "western/fantasía" que se han realizado en el pasado, como The Burrowers (vaqueros contra humanoides subterráneos - ¡con Clancy Brown!), Dead Birds (vaqueros contra fantasmas), Tremors (vaqueros modernos contra "graboids" reptantes), y desde luego la serie de televisión The Adventures of Brisco County, Jr. (vaqueros "steampunk" contra tecnología del futuro). Cowboys Contra Aliens quizás las supere en costo y "star power", pero no en ingenio y genuina diversión.
Calificación: 6.5

viernes, 26 de agosto de 2011

Secretos Peligrosos (The Whistleblower)

Creo que fue mala idea ver Secretos Peligrosos en viernes, pues me dejó deprimido para todo el fin de semana. Sin embargo, su mensaje es indudablemente importante y que merece una recomendación, no como entretenimiento, sino como testimonio de una horrible situación que lamentablemente se extiende por todo el mundo, aunque el argumento de la película se ubique en Serbia y Bosnia. ¿A cuál de tantas posibles atrocidades se refiere Secretos Peligrosos? Al tráfico humano; y a pesar de que no ofrece soluciones (porque quizás no existen), al menos nos da nuevos motivos para avergonzarnos del género humano.

El argumento está basado en la historia real de Kathryn Bolkovac (Rachel Weisz), policía norteamericana que acepta una súbita oportunidad de trabajar para las Naciones Unidas en los Balcanes, donde el caos posterior a los conflictos étnicos provoca todo tipo de abusos y corrupción entre los policías locales. Y así llega Katrhyn a Bosnia, con la mejor intención de usar su entrenamiento para resolver crímenes y ayudar a la comunidad devastada por la guerra... pero rápidamente descubre que como "protectora de la paz", su trabajo consiste exclusivamente en "monitorear" a una fuerza policiaca local absolutamente desorganizada, apática y plagada por la misma intolerancia religiosa que provocó el conflicto original (por ejemplo, mientras trata de procesar a un hombre que apuñaló a su esposa, Kathryn enfrenta policías indiferentes que dicen: "La mujer es musulmana... se lo merece"). Sin embargo la tenaz ex-policía no se rinde, y durante sus indagaciones descubre la mafia del tráfico de mujeres... casi todas adolescentes que son esclavizadas para prestar servicios sexuales hasta que acaben de pagar sus "deudas", lo cual les da la falsa esperanza de recuperar la libertad que nunca llegará. Y así comienza su investigación en una compleja red de corrupción que llega mucho más alto de lo que ella imaginaba...

Habiendo establecido la importancia del mensaje que nos transmite Secretos Peligrosos, procederé a centrarme en sus atributos cinematográficos (sobre todo porque no quiero pensar más en los horrores que retrata). El libreto de Larysa Kondracki y Eillis Kirwan es sin duda interesante y nos mantiene en suspenso durante casi dos horas, pues aunque no tiene la estructura de un "thriller" tradicional, la cruzada que emprende Kathryn demanda una fuerte respuesta emocional; y así como compartimos su esperanza de una resolución positiva, también sentimos su frustración ante los constantes obstáculos que encuentra por parte de la mafia, la burocracia, y hasta las mismas jóvenes esclavizadas, demasiado asustadas para testificar en contra de sus captores. Por otro lado, la trama tiende a divagar cuando no logra establecer un flujo narrativo claro y conciso. En cierto modo entiendo que el recuento de los hechos (bastante apegados a la realidad, según este artículo) no obedezca a una tradicional fórmula de Hollywood; pero quizás la directora Larysa Kondracki debió afinar un poco más la cadena de causas y consecuencias para reducir la confusión que a veces causan los numerosos personajes secundarios y los inescrutables procesos políticos de las Naciones Unidas. O quizás el punto fue precisamente abrumarnos con burocracia, prejuicios multi-étnicos y el impenetrable lenguaje servo-croata (o ucraniano, según los espectadores que protestan la imprecisión cultural de la película), tal como le ocurrió a Kathryn Bolkovac durante su servicio en Bosnia.

Por la parte de las actuaciones no tengo queja alguna; Rachel Weisz es experta en la interpretación de mujeres fuertes con indomables principios, y aunque su papel en Secretos Peligrosos sea similar al que hizo en The Constant Gardener, consigue generar una personalidad única gracias a los ocasionales defectos del personaje, quien no se presenta como un incólume ángel de misericordia, sino como una persona normal que solo quiere hacer bien su trabajo, incluso si está en conflicto con su instinto de supervivencia. Rodeándola como enemigos o aliados (no diré quién es quién para evitar "spoilers") tenemos actores de la talla de Vanessa Redgrave, David Strathairn y Monica Belucci, además de un buen ensamble local en el que destacan Roxana Condurache, Paula Schramm y Nikolaj Lie Kaas. Por lo general son ellos quienes tienen que hacer las escenas más sórdidas y dolorosas, lo cual consiguen con perturbadora perfección. Entonces, como dije al principio, Secretos Peligrosos es bastante recomendable a pesar de sus limitaciones estructurales. Su publicidad podría sugerir una cinta de acción o un tenso thriller político (quizás en el estilo de Hotel Rwanda), pero sería más preciso describirla como un drama semi-documental cuya finalidad no es divertirnos por un rato, sino ilustrarnos sobre una triste realidad que millones de personas viven todos los días. Supongo que es difícil pensar en ello cuando tenemos nuestros propios problemas (sin duda menores, aunque nos afectan más directamente), pero esa apatía es justamente lo que necesitan las empresas como DynCorp para enriquecerse a costa de la miseria humana. Aunque supongo que lo mismo podría decirse de cualquier gobierno.
Calificación: 8

miércoles, 24 de agosto de 2011

Super

Al mismo tiempo que las películas sobre superhéroes explotan en popularidad, el más modesto sub-género de los superhéroes "reales" florece como alternativa más audaz y "artística", proponiendo un examen de las circunstancias y consecuencias que podría tener la existencia de estos coloridos personajes en el mundo real, donde nadie tiene superpoderes, nadie puede volar, y los efectos de la violencia van más allá de un POW! ZAP! BIFF! Entre las películas que han abordado estos temas con distintas perspectivas tenemos Kick-Ass (casi tan irreal como un comic), Defendor (superhéroe con perturbaciones mentales) y Paper Man (superhéroe imaginario). Ahora, combinando todos esos enfoques, nos llega la divertida Super, otra mirada a los superhéroes "realistas" aderezada con sardónico humor, geniales personajes y, claro, la abundante sangre que casi nunca vemos en las páginas de los comics que la inspiran.

La identidad secreta del superhéroe en Super es Frank D’Arbo (Rainn Wilson), un sencillo cocinero que adora a su esposa Sarah (Liv Tyler), quien se ha vuelto fría y distante por su secreta adicción a las drogas. El problema crece hasta que Sarah abandona a su esposo para convertirse en "novia" y esclava sexual de Jacques (Kevin Bacon), odioso rufián que maneja un club de bailarinas exóticas como pantalla de su lucrativo negocio de narcotráfico. Frank intenta rescatarla "por las buenas", y solo obtiene como resultado una inmisericorde golpiza. Entonces, inspirado por las aventuras televisivas del superhéroe cristiano Holy Avenger (Nathan Fillion), Frank decide diseñar su propio traje de superhéroe para combatir el crimen con una llave de tuercas. Al principio su cruzada parece tener éxito, y sus violentas "hazañas" lo convierten en una celebridad local (y en fugitivo de la ley)... pero también despiertan las sospechas de la joven Libby (Ellen Page), cuyo trabajo en una tienda de comics la ha hecho experta en superhéroes e identidades secretas. Para mantener su secreto, Frank acepta a la joven como "sidekick", y bajo el nombre de Crimson Bolt y Boltie continúan la guerra contra el hampa, sin olvidar la misión principal: rescatar a Sarah de las drogas y de su captor. Pero Jacques estará esperándolos con armas de verdad... ¿serán suficientes las buenas intenciones (y llave de tuercas) de Frank para rescatar a su esposa? ¿Y podrá lograrlo antes de ser arrestado por el tenaz detective Felkner (Gregg Henry)?

Todas las películas de este estilo tienen en común la idea de que hace falta estar severamente trastornado para ponerse un traje de superhéroe y combatir el crimen en el mundo real. Super acepta tácitamente esta premisa, pero nos da un protagonista razonablemente funcional, que podemos aceptar como un hombre desesperado por recuperar a su esposa, y al mismo tiempo como un individuo lo suficientemente alejado de la realidad para que el camino del superhéroe parezca aceptable y hasta lógico. Ayudan mucho las "visiones" que tiene (o cree tener), en las que Dios mismo lo señala como "elegido" de un destino más elevado. Por cierto, esas visiones usan una ingeniosa combinación de efectos digitales y trucos de maquillaje para obtener imágenes de grotesca belleza "gore" y surrealista atmósfera. Excelente trabajo del estudio canadiense Modus FX, quienes también trabajaron en Screamers: The Hunting, Source Code… y Breaking Dawn.

"Surrealista" también describe el trabajo de Rainn Wilson, un actor ideal para encarnar personajes obligados a conciliar su extraña realidad interna con los requerimientos de la sociedad "normal", como podemos ver semana a semana en The Office (de hecho, Dwight Schrute no es muy diferente de Frank D‘Arbo). Supongo que por eso lo eligió el director James Gunn; hace falta una sensibilidad muy particular para tomar en serio un personaje tragicómico tan extremo como Crimson Bolt. En la misma posición está Ellen Page, quien se está convirtiendo en una de mis actrices favoritas por su audacia e incansable búsqueda de personajes únicos, muy distintos a lo que hacen sus contemporáneas. Apostaría que primero veremos a Page como asesina serial que como estrella femenina de alguna comedia romántica.

En papeles secundarios encontramos a Kevin Bacon, Michael Rooker y Nathan Fillion, quienes jamás pierden de vista la línea divisoria entre drama y comedia, pues se empeñan en expresar convincentemente los rasgos esenciales de sus personajes, ya sea amenaza disimulada por una sonrisa (en el caso de Bacon), o sincera devoción cristiana como instrumento de superación personal (en el caso de Fillion y su ridículamente heroico personaje de Holy Avenger). Liv Tyler queda relegada al papel de damisela en peligro, pero podemos ver en sus ojos el horror de la adicción y la pérdida de la dignidad que tolera para mantener su vicio. Finalmente, Gregg Henry queda más como bufón involuntario que como policía, pero supongo que representa el lado apático e impotente de la ley, lo cual es una pieza importante en la bizarra parábola moral de Super.

Si olvidamos por un momento sus libretos para Scooby Doo y Scooby Doo 2: Monsters Unleashed, veremos que el guionista y director James Gunn tiene predilección por este tipo de narrativa sórdida, violenta y vulgar, bajo la cual se oculta una inflexible veta moral y humanista que quizás será difícil de encontrar para espectadores que no deseen ver más allá del humor y el inclemente "gore". Tampoco quiero decir que Super sea una “obra de arte” con grandes aspiraciones filosóficas, pero sin duda ofrece mayor fundamento ideológico que casi cualquiera de los "blockbusters" sobre superhéroes que disfrutamos este verano (solo diré que ningún otro héroe me dejó con lágrimas en los ojos). Digamos entonces que Super es como un comic "underground" que se burla de Marvel y DC, pero respetando sus preceptos y usando el humor como vehículo de una historia interesante y sincera. Entiendo que no toda la gente disfrutará esta versión "adulta" de un género habitualmente considerado "para niños", pero no le quita a Super su deliciosa combinación de violencia, humor y auténtico drama, por lo que la recomiendo con entusiasmo para todos los que alguna vez hayan albergado la fantasía de ser superhéroes... si esta película no los disuade, nada lo hará.
Calificación: 9

lunes, 22 de agosto de 2011

Take Me Home Tonight

Cuando una película usa canciones como Video Killed the Radio Star y Hungry Like the Wolf en los primeros cinco minutos, es obvio que está esforzándose demasiado por vendernos su espíritu "retro" ochentero, lo cual (en mi humilde opinión) no presagia nada bueno. Afortunadamente la comedia Take Me Home Tonight destruyó mis bajas expectativas y resultó ser un gracioso, sincero y hasta ocasionalmente inteligente homenaje a las comedias juveniles/románticas de los ochentas, aunque en realidad me pareció más similar a una de mis películas favoritas de los noventas. Pero bueno, llegaremos a eso en un momento.

El argumento de Take Me Home Tonight comienza con una mirada a la miserable existencia de Matt Franklin (Topher Grace), joven genio recién egresado de la prestigiosa universidad MIT que está trabajando como vendedor en un centro comercial porque su apatía e inseguridades le impiden avanzar en la vida. Por eso decide mentir cuando se encuentra casualmente a Tori Frederking (Teresa Palmer), quien fue la "chica de sus sueños" durante la preparatoria, aunque Matt nunca tuvo el valor de invitarla a salir. Para impresionarla, el joven inventa la historia de que es un exitoso banquero y ella lo invita a una gran fiesta donde se reunirán muchos amigos de la preparatoria. Sin medir las consecuencias de su mentira, Matt asiste a la fiesta en compañía de su hermana gemela Wendy (Anna Faris) y su mejor amigo Barry (Dan Fogler), quien necesita distraerse después de perder su trabajo vendiendo automóviles de lujo. No hace falta decir que durante la ruidosa fiesta los jóvenes encontrarán romance, revelaciones, humillación, y quizás hasta la motivación que Matt necesita para moverse hacia adelante en la vida.

Como dije, Take Me Home Tonight toma elementos del cine juvenil de los ochentas, incluyendo algunos homenajes a John Hughes ("Preparatoria Shermer"), hilarante ropa y peinados (el "perm" de Lucy Punch es indescriptible), y desde luego una banda sonora que recorre la gama musical desde Mötley Crüe hasta Opus (¿existe una peor canción que Live is Life?)(Respuesta: ). Sin embargo, Take Me Home Tonight no se apoya exclusivamente en la nostalgia para ganar la atención del espectador, sino en una historia simple pero bien planteada, con personajes interesantes y buen balance entre los elementos humorísticos, románticos y dramáticos del argumento. Como parte de la clásica fórmula "nerd enamorado de la chica popular", el guión (co-escrito por Topher Grace) construye un protagonista creíble a pesar de sus inusuales circunstancias, y justifica (hasta cierto punto) la mala decisión de comenzar una relación fundamentada en mentiras, las cuales sabemos de antemano que serán reveladas en el momento justo para detonar el conflicto entre los enamorados. En ese aspecto no hay nada nuevo en Take Me Home Tonight; sin embargo la honestidad de los actores y la variedad de puntos de vista que ofrecen me sorprendieron una y otra vez, pues aunque lleguemos al final predecible, nos encontramos con que el camino tuvo suficientes vueltas imprevistas para hacerlo casi novedoso.

En el papel principal Topher Grace (también co-productor) echa mano de su juvenil apariencia y desenfadada actitud para interpretar un protagonista "loser", pero no por ineptitud o estupidez intrínseca, sino por temores internos fáciles de entender. Su hermana gemela, interpretada por Anna Faris, es la "voz de la razón" que constantemente critica las malas decisiones de su hermano, y al mismo tiempo es incapaz de reconocer sus propios errores, lo cual enriquece la narrativa con una sub-trama menos graciosa, pero quizás más realista. Me gustó ver por fin a esta actriz en un papel "inteligente"... o al menos alejado de la "rubia boba" que habitualmente interpreta. En el papel de "chica de ensueño" Teresa Palmer es ciertamente atractiva, pero no inaccesible gracias a su buen sentido del humor; físicamente tiene cierto parecido con Kristen Stewart, aunque Palmer lleva la ventaja porque sí sabe actuar. Y finalmente tenemos a Dan Fogler como el mejor amigo de Matt. Sus peripecias representan las partes más vulgares e inverosímiles de la película, pero su simpática desesperación nos invita a compadecerlo mientras nos reímos de su infortunio. A veces es mala idea poner un "comic relief" dentro de una comedia; sin embargo en este caso funciona bien para no restar importancia al melodrama romántico del protagonista.

Aunque el trío de Grace, Faris y Fogler lleva la batuta de la historia, Take Me Home Tonight explota su gran ensamble de actores para capturar fugaces momentos de brillante observación cómica, con la confianza de que causarán risas sin obstruir la trama principal. Ahí es donde se lucen actores secundarios como Chris Pratt, Lucy Punch, Demetri Martin, Michael Ian Black, Michelle Trachtenberg, ¡y hasta Michael Biehn! Me dio mucho gusto verlo de nuevo en acción, aunque sea prácticamente en un cameo como padre de Matt (Nota para el agente de Biehn: sigo esperando una película de acción directa a DVD con él y Robert Patrick). Regresando al punto, Take Me Home Tonight podrá rendir homenaje al cine de los ochentas, pero el numeroso ensamble de actores y la premisa de la “gran fiesta” me recordó mucho la cinta Can't Hardly Wait, en la que también teníamos “nerd persiguiendo a la chica popular” como eje narrativo rodeado de muchas sub-tramas simpáticas e imprevisibles. Creo que Take Me Home Tonight no me gustó tanto como Can't Hardly Wait, pero están fabricadas con el mismo material, cubren el mismo espacio emocional y me dejaron mucho más satisfecho de lo que esperaba. Entonces, recomiendo con entusiasmo Take Me Home Tonight para quien aprecie el género de la comedia juvenil (no tan juvenil en este caso) y la comedia romántica con el énfasis en las risas. Y, desde luego, para nostálgicos adultos que quieran recordar la energía de Kickstart My Heart o el contagioso ritmo de Safety Dance.
Calificación: 9

domingo, 21 de agosto de 2011

El Anticristo (Exorcismus - La Posesión de Emma Evans)

Mientras me aburría viendo El Anticristo (un título que NADA tiene que ver con la película, y que además podría confundir a quienes esperaban la homónima obra de Lars Von Trier) estuve tratando de determinar por qué algunos sub-géneros del terror pueden usar la misma fórmula una y otra vez sin aburrirnos (demasiado), mientras que otros hastían de inmediato por tanta repetición. No supe llegar a una conclusión concreta (que raro), pero sospecho que la diferencia está en la variedad. En el primer caso tenemos, por ejemplo, el cine "slasher" con sus infinitas variaciones de máscaras, motivaciones y armas con las que un anónimo asesino mata adolescentes de maneras "creativas"; en el segundo caso tenemos el cine sobre exorcismos, el cual se remite siempre a los mismos elementos: el adolescente de errático comportamiento, el sacerdote con dudas sobre su vocación, los padres que no aceptan la situación; y los clásicos síntomas de "posesión satánica", como vómito, alucinaciones, voz demoníaca, y revelación de secretos que la víctima no debería conocer. Las variaciones que encontramos entre película y película son tan insignificantes que solo sirven para acentuar las monótonas rutinas; además de que el componente religioso de estas historias requiere cierto conocimiento (y expectativas) por parte del espectador. En fin; todo este rollo viene al caso porque El Anticristo se incorpora a la lista de películas sobre exorcismos que emplean todos y cada uno de estos trillados elementos. Aunque, para ser justos, casi al final trata de introducir una variante novedosa y hasta interesante... pero es demasiado tarde. Para entonces ya sufrimos noventa minutos de inescapable tedio con malas actuaciones, mínimo suspenso y un argumento inverosímil, por no mencionar pobremente escrito.

Como indica el título original (La Posesión de Emma Evans), en este caso la poseída es Emma Evans (Sophie Vavasseur), una adolescente rebelde que está cansada de estudiar en su casa y desea asistir a una escuela normal con compañeros de su edad. Pero cuando sus berrinches y exabruptos se transforman en convulsiones y episodios de fuga mental, sus alarmados padres la someten a intensos estudios médicos que no revelan problemas físicos. Después la llevan al psicólogo, pero la consulta termina en tragedia. Y entonces (como cualquier persona haría), su siguiente paso es consultar al Padre Taylor (Stephen Billington), quien años atrás tuvo problemas en su diócesis por oficiar un exorcismo en el que falleció una muchacha. Sin embargo, viendo la situación de Emma y sus aterrados padres, el sacerdote accede a estudiar el caso y eventualmente decide que el exorcismo es el único camino a seguir; y así comienza el macabro ritual... interrumpido ocasionalmente por cenas familiares, visitas a los primos e intentos de asesinato (?).

Por su estilo, tema y manufactura, sería fácil agrupar esta película junto con otras obras del estudio español Filmax, como Frágiles y La Monja. Bajo los preceptos de esa casa productora, El Anticristo emplea indefinidas locaciones europeas, actores con dudosos acentos ingleses y un estilo visual que combina irregularmente la crudeza del moderno horror norteamericano y la espesa atmósfera del cine europeo. Supongo que estas disparatadas influencias tratan de incrementar el potencial económico de la película (sobre todo en el todopoderoso mercado norteamericano), pero al mismo tiempo le roban identidad, y sabotean los pocos atributos artísticos que pudiera tener. Y si a eso añadimos un libreto confuso y torpemente escrito, tenemos como resultado una película fundamentada en una buena idea que difícilmente rescata su pobre ejecución.

Habiendo dicho eso, podemos encontrar algunas cosas razonablemente interesantes en El Anticristo; no hay mucho suspenso, pero el director Manuel Carballo logra provocar leves sobresaltos con un par de escenas intensas y bien planeadas. La actuación de la joven Sophie Vavasseur expresa adecuadamente los bruscos cambios de carácter que sufre la protagonista, y no solo me refiero al aspecto de la "posesión", sino a su condición de adolescente reprimida con padres sofocantes que quizás están dañando su desarrollo emocional sin darse cuenta. Y, como dije antes, la "explicación" de la posesión satánica aporta una perspectiva interesante que merecía mayor análisis, en vez de desperdiciarse como obligatorio "giro sorpresivo" al final de la película. El resto del elenco me pareció forzado y poco creíble, no necesariamente por sus actuaciones sino por las extrañas decisiones del libreto. Por ejemplo, los padres de la niña poseída alternan bruscamente entre terror e indiferencia absoluta. Y el Padre Taylor tiene pinta de galán de telenovela mexicana; clara muestra de "casting" orientado a las ventas de la película en vez cumplir los requerimientos del libreto. Finalmente, la mención de Doug Bradley en los créditos podría interesar a los fans de Hellraiser que veneran a este actor por su icónica interpretación de "Pinhead"... pero no se emocionen; su participación no dura más de dos minutos, y es absolutamente irrelevante. Entonces, solo recomendaría El Anticristo para completistas del cine demoníaco y cristianos devotos que encuentran particularmente terroríficas las historias sobre "el diablo". Pero quien busque una buena película de terror religioso, mejor vea de nuevo The Exorcism of Emily Rose, la original The Exorcist o, ¿por qué no?, hasta The Rite, la cual tiene mayor potencial de asustar (y hacer reír).
Calificación: 5

viernes, 19 de agosto de 2011

Loco y Estúpido Amor (Crazy, Stupid, Love)

Por su excelente ensamble de actores e irreverente equipo de dirección, yo esperaba encontrar en Loco y Estúpido Amor una desafiante de-construcción de la comedia romántica, o al menos un versión con suficiente inteligencia para ponerla a la cabeza de su género, alcanzando esa rara combinación de comedia genuinamente graciosa y romance sincero y creíble. Y sin duda lo intenta; desafortunadamente sus ocasionales desviaciones de la fórmula típica, y sus inesperadas usurpaciones de los habituales clichés no bastaron para hacerla única y memorable, aunque ciertamente consigue un tono distinto gracias a su semi-innovador libreto y a los mencionados actores que aportan amplias dosis de realismo y emoción. Lástima que no copió lo suficiente de las cintas que la inspiran.

Aspirando a ser un híbrido de Love, Actually (pero menos graciosa) y American Beauty (pero menos cínica), Loco y Estúpido Amor sigue las aventuras románticas de varios habitantes de Los Ángeles unidos por inusuales circunstancias. El ostensible protagonista es Cal Weaver (Steve Carell), cuyo largo matrimonio llega a un punto crítico cuando su esposa Emily (Julianne Moore) le pide el divorcio durante la cena en un elegante restaurante. Entonces, recién separado y sin saber qué hacer, Cal empieza a frecuentar un bar donde el apuesto y audaz Jacob Palmer (Ryan Gosling) pasa su tiempo "pescando" mujeres en una interminable serie de relaciones frívolas y pasajeras. Compadeciéndose del patético Cal, Jacob decide ayudarlo a cambiar su vida, y se da a la tarea de modificar su apariencia y actitud para hacerlo irresistible a las mujeres. Y, después de un tiempo (y mucho dinero invertido), la estrategia parece funcionar, pues Cal logra seducir algunas guapas mujeres, entre ellas Kate (Marisa Tomei), quien obviamente espera algo más que una noche de pasión.

Mientras tanto Jacob se esfuerza por conquistar a la joven Hannah (Emma Stone), aparentemente la única mujer capaz de resistir sus encantos, quizás porque está esperando la propuesta matrimonial que en cualquier momento le hará su blando novio Richard (Josh Groban). Al mismo tiempo vemos cómo Emily usa su nueva libertad marital para flirtear con David (Kevin Bacon), compañero de trabajo con quien quizás tuvo una relación previa; y finalmente seguimos los vanos esfuerzos de Robbie (Jonah Bobo), el hijo de Cal y Emily, por enamorar a su niñera Jessica (Analeigh Tipton), pues aunque él tiene solo 13 años y ella 17, está seguro de que son almas gemelas destinadas a pasar sus vidas juntos. Y así procede lentamente la película, alternando su atención entre estos inusuales romances para mostrarnos los distintos aspectos que puede tomar el amor, así como los cambios que puede sufrir una persona (voluntaria o accidentalmente) cuando está bajo la influencia de esta “loca y estúpida” emoción.

Uf... estuvo larga esa sinopsis pero, aunque parezca difícil creerlo, todos los personajes son eventualmente importantes para armar el rompecabezas melodramático de Loco y Estúpido Amor. El problema es que la trama se siente desbalanceada por prestar mayor atención a los romances "estelares" mientras ignora a los personajes secundarios, quienes me parecieron más interesantes. Y tampoco ayuda que dichos romances principales pierdan frecuentemente el rumbo y tiendan a repetirse por falta de impulso narrativo. ¿Cuántas veces necesitamos ver a Cal haciendo el ridículo en el bar? Ya entendimos… es torpe y tímido con las mujeres; pasemos a lo siguiente, por favor. Mientras tanto, Ryan Gosling (un sobresaliente actor capaz de rescatar casi cualquier película) trata de hacernos creer en la evolución de su personaje, quien comienza como un mujeriego oportunista cuya única redención será descubrir el auténtico significado del amor, o algo así. No trago. Gosling personifica al antipático Jacob demasiado bien y, por más conversaciones íntimas que tenga con su nueva novia, nunca me pareció agradable como co-protagonista. Por su parte, Julianne Moore sufre un destino similar, desperdiciando su talento en un personaje pasivo y pusilánime que pasa el tiempo cuestionando su nuevo romance y justificándose ante su hijo Robbie, quien la acusa de haber destruido a su familia. Créanme… suena más dramático de lo que realmente ocurre en la pantalla.

Por el lado positivo tenemos una notable actuación de Steve Carell, aunque no sea muy distinta a su trabajo anterior. De hecho, el patético Cal es una combinación del marido aburrido que interpretó en la comedia Date Night, y el deprimido perdedor del drama Dan in Real Life... lo cual no es necesariamente malo. Simplemente revela que Carell tiene el rango necesario para ir del drama a la comedia con razonable fluidez, siempre y cuando el camino entre ambos extremos no se desvíe de su “área de confort“. Habrá que ver si sigue el ejemplo de Jim Carrey y termina actuando en películas de asesinos seriales o figuras históricas. La guapa Emma Stone también se cuenta entre lo mejor de la película, aunque igualmente repite su rutina de “adorable atolondrada”; si no se cuida, corre el riesgo de heredar el legado de Kate Hudson en el género de la comedia romántica, lo cual sería un desperdicio de su incipiente talento. Como sea, nada extingue mi curiosidad por verla como Gwen Stacy en el re-boot (o lo que sea) de Spider-Man. Finalmente, en mi humilde opinión, los más valiosos jugadores de la película fueron el niño Jonah Bobo y la joven Analeigh Tipton, pues su "romance" (o intento de romance) fue lo que encontré más honesto y emotivo en la película entera. Su tiempo en pantalla es reducido, pero son esenciales para llegar a la mejor escena, que hasta cierto punto compensa los muchos tropiezos que dio la historia hasta ese momento. Desafortunadamente también son los catalizadores de la PEOR escena de la película: un clásico "gran gesto romántico" que supuestamente resuelve todo, pero que me hizo enojar por estar tan mal planteado y ejecutado. Lo reconocerán de inmediato en cuanto lo vean.

No es de extrañarse que Loco y Estúpido Amor falle en su elevada ambición de combinar Love, Actually y American Beauty. Sin embargo hay que reconocer que al menos lo intentó, y que en ciertos momentos obtiene un similar impacto dramático y emociones casi tan sinceras. Estoy seguro de que la amable comedia de Carell, el encanto de Stone y el torso de Gosling (según los excitados murmullos que escuché en el cine) mejorarán la película para muchos espectadores, pero en lo personal hubiera preferido una historia mejor balanceada y más creíble, que no cayera en los mismos clichés de los que trata de burlarse. A fin de cuentas creo que Loco y Estúpido Amor merece una escueta recomendación, no tanto por lo que hizo, sino por lo que intentó. En el estéril terreno de la comedia romántica, hasta la más insignificante señal de vida es motivo de esperanza. Al menos hasta que llegue la bota de New Year's Eve para aplastarla.
Calificación: 7

domingo, 14 de agosto de 2011

Senna

Me gustan mucho los videojuegos de carreras automovilísticas, pero me aburre verlas en televisión (por no mencionar que odio manejar en la vida real), así que nunca fui particularmente afecto a las carreras de Fórmula 1 en los ochentas, cuando estaban en el pináculo de la popularidad. Sin embargo, tenía amigos que IDOLATRABAN a las figuras más importantes de este deporte, como Alain Prost, Michael Schumacher... y sobre todo Ayrton Senna. Ahí empiezan y terminan mis conocimientos sobre este famoso piloto, así que entré a ver el documental Senna en la ignorancia total. Y aunque supongo que será más apreciado por conocedores del deporte automovilístico, me pareció interesante por mostrarnos las interioridades de la Fórmula 1, y emocionante por la inherente tensión que generan estas difíciles competencias.

El documental Senna examina la carrera de Ayrton Senna por medio de entrevistas realizadas en vida con el piloto, sus amigos y rivales. Así vemos sus inicios en Brasil como piloto juvenil de "go-karts", su introducción a la Fórmula 1 europea en un equipo menor (Toleman), y su revelación como un talento único cuyo ascenso encontró frecuentes impedimentos por parte de los "peces gordos" del deporte. Pero además de esos obstáculos, el documental parece sugerir que el principal problema de Senna era su indomable ambición y su inflexible deseo de ganar a toda costa, lo cual le causó problemas con los oficiales, graves tensiones con los miembros de su propio equipo... y varios accidentes. Pero bueno... a fin de cuentas su talento prevaleció, e independientemente de sus controversiales acciones, sus fans lo adoraban por su espíritu y personalidad.

En el aspecto técnico Senna me pareció bien realizado e investigado. Como dije, tengo conocimientos muy limitados sobre la Fórmula 1, de modo que no podría decir si el director Asif Kapadia fue genuinamente imparcial, o si tomó licencias dramáticas para hacer más emocionante su película. Como sea, fue una experiencia interesante, aunque admito que me aburrió un poco cuando el documental se aleja de las carreras para enfocarse en la vida personal de Senna. Quizás sea porque durante esos momentos se pierde el hilo narrativo, tan estrechamente ligado a la obsesión del piloto por el triunfo en las pistas. Sin embargo, los atisbos al lado humano de la leyenda sirven para balancear su imagen pública y añaden un nivel más profundo a la película, así que de ninguna manera los considero innecesarios, e incluso podrían ser la mejor parte del documental para los auténticos fans de Ayrton Senna.

Y son esos fans quienes más disfrutarán esta película. Me da la impresión de que el director no estaba interesado en reclutar nuevos adeptos a la Fórmula 1, pues no gasta tiempo describiendo la organización del deporte (¿cuál es la diferencia entre "Grand Prix" y Campeonato?) ni explicándonos sus más arcanas reglas (por ejemplo, después de un accidente hay un extenso debate sobre la ventaja de "conos contra llantas" que no entendí en lo absoluto); también hay frecuentes menciones de términos técnicos como "racing line", el cual solo conozco por haber jugado muchas horas Forza Motorsport 2; de otro modo me hubiera quedado a oscuras. Entonces, supongo que cada quién sabrá si este tema le interesa lo suficiente para dedicarle una hora y cuarenta minutos en el cine; yo fui con bajas expectativas y quedé satisfecho... aunque persiste mi apatía por el deporte del automovilismo. Solo lo encuentro entretenido cuando soy yo quien conduce el automóvil (virtual) en la seguridad de mi computadora o televisión.
Calificación: 7.5

sábado, 13 de agosto de 2011

Persecución Mortal (Blitz)

A estas alturas Jason Statham ya no es un actor, sino un género cinematográfico. Su nombre mismo conjura un estilo de película muy particular, en el que siempre encontraremos un tipo rudo, usualmente trabajando fuera de la ley, y empleando brutal violencia para defenderse de sus enemigos mientras ayuda a algún inocente que necesita protección, incluso si eso le obliga a violar su estricto código de conducta. La nueva cinta Persecución Mortal encaja en esa descripción, aunque incorpora ciertas variaciones que la hacen al mismo tiempo más ambiciosa... y menos divertida.

El protagonista es el Sargento Tom Brant (Jason Statham, naturalmente), un policía londinense tan rudo e intenso que hasta sus jefes le tienen miedo. Su más reciente hazaña fue golpear con un bastón de hockey (perdón, "hurley") a tres "inocentes" jóvenes mientras trataban de robar un automóvil, lo cual provocó un escándalo en los medios de comunicación. Como castigo, sus superiores lo asignan como compañero del policía homosexual Porter Nash (Paddy Considine), a quien todos odian. Y, para complicar las cosas, su primer caso juntos será investigar los asesinatos de varios policías a manos de un inestable criminal que se hace llamar "Blitz". Las pesquisas de Brant y Nash los llevan a un sospechoso, pero no tienen pruebas concretas para detenerlo. ¿Cuántos policías más tendrán que morir antes de que Brant pierda el control (otra vez) y tome la justicia en sus propias manos (otra vez)?

La principal diferencia entre Persecución Mortal y otras películas de Jason Statham (como la saga de Transporter o la reciente The Mechanic) es que el énfasis no está en la acción sino en la metódica investigación de los asesinatos. Claro, Statham golpea a mucha gente y hay por lo menos una persecución (a pie) por los barrios bajos de Londres, pero en general el tono es más de drama policiaco que de simple película de acción. El problema es que la mencionada investigación no me pareció particularmente interesante. Para empezar, no hay mucho misterio sobre la identidad del culpable; el guión lo revela demasiado rápido, así como sus motivos. Entonces, el resto de la película está dedicado a una rutina de "gato y ratón" donde Blitz y Brant intercambian los roles de cazador y presa según sea necesario para generar suspenso y llenar los minutos restantes de la trama. Pero a fin de cuentas es una película de Jason Statham, así que ya sabemos hacia dónde se dirige el asunto.

La otra variación está en el inusual detalle con el que se dibujan los personajes secundarios. Es cierto que algunos son carne de cañón y obvias víctimas para provocar la ira del protagonista; pero están interpretados por buenos actores, y sus particulares dramas personales enriquecen la narrativa e incrementan la tensión cuando se ven amenazados por el asesino. Hablando de lo cual, también me gustó el uso de un villano más interesante y realista que los genéricos mafiosos presentes en otras cintas de Statham. Los métodos homicidas de Blitz son burdos pero eficientes, y su psicótica personalidad le da un aura de impredecible amenaza, sin llegar al extremo de convertirlo en "maloso" de caricatura.

Finalmente, Statham cumple su esperada labor de anti-héroe con noble intención, y aunque esta vez sea un policía, su actuación es bastante parecida a las que hemos visto en cintas pasadas (tal como debe ser). La ausencia de artes marciales, acrobacias automovilísticas y explosiones podría decepcionar a los seguidores del hueco pero entretenido género Jason Statham. Por otro lado, el libreto (basado en una novela de Ken Bruen) está económicamente construido, las actuaciones del elenco secundario son bastante competentes, y la ambientación británica ofrece una perspectiva cultural distinta a los thrillers norteamericanos (¿qué hubiera pasado si Martin Riggs o John McClane pertenecieran a una fuerza policial que no usa armas?) Lo único que faltó fue una premisa más interesante, o quizás algunos "twists" que sazonaran la narrativa antes de llegar a la obvia conclusión. Entonces, aunque me cuento entre los fans de Statham levemente desilusionados por Persecución Mortal, puedo darle una leve recomendación si no hay algo mejor en cartelera o si necesitamos nuestra dosis obligatoria de Jason Statham, aunque esté diluida y no tenga la potencia habitual. A fin de cuentas, Statham diluido sigue siendo mejor que Seagal añejado.
Calificación: 6.5