No Pudo Decir Adiós (The Greatest)

Hace apenas unos días escribí sobre los dramas familiares que ignoran la trama para sumergirse en el sufrimiento de los personajes, y para demostrarlo ahora nos llega la película No Pudo Decir Adiós (ugh... qué horrible traducción; en lo sucesivo la llamaré por su título original, The Greatest). Como muchos de estos dramas, la cinta se ampara en un sólido elenco de actores jóvenes y veteranos para mantenernos entretenidos, pero a fin de cuentas no hay mucho argumento; simplemente una premisa que pudo ser interesante si alguien se hubiera preocupado por darle una mejor estructura y un auténtico mensaje. Pero bueno... supongo que estamos en la época ideal para estas lacrimosas películas sin otro punto que buscar premios y nominaciones.

No sé cuántas películas han usado un trágico accidente automovilístico como catalizador narrativo, pero No Pudo Decir Adiós anuncia su falta de originalidad desde el principio mismo, cuando presenciamos el accidente que mata al joven Bennett Brewer (Aaron Johnson) justo en el momento en que declara su amor por su novia Rose (Carey Mulligan). Unos meses después Allen (Pierce Brosnan) y Grace (Susan Sarandon), los padres del muchacho fallecido, aún no se recuperan de la tragedia, y su familia está a punto de desmoronarse. Entonces llega inesperadamente Rose para anunciar que está embarazada con el hijo de Bennett. ¿Será su presencia un consuelo para los dolientes padres, o un constante recordatorio de la terrible pérdida de su hijo?

Básicamente eso es todo. Tras haber establecido la situación en la primera media hora, nos quedan sesenta minutos para ver cómo cada miembro de la familia asimila la noticia del niño no nacido, al mismo tiempo que definen la relación que tendrán con la joven madre. Y, claro, esas reacciones son lo suficientemente extremas para justificar varias escenas de gran sufrimiento, consternación y compromiso, dejando además lugar para un poco de drama periférico con el hermano del joven fallecido, quien ingresa a un grupo de ayuda para gente que perdió familiares cercanos. En otras palabras, todos los actores tienen oportunidad de mostrarnos sus más afligidas expresiones, y no cabe duda de que hacen un buen trabajo elevando la calidad de The Greatest con sus intensas interpretaciones.

Sin embargo, nunca me han gustado estas películas de constante sufrimiento, pues siento que explotan situaciones realmente trágicas para entretenimiento del público; pero no quiero descartar la posibilidad de que su artificial sentimentalismo ayude a alguien a superar alguna horrible situación personal, así que debo darle el beneficio de la duda y recomendar The Greatest como lo que es: un drama sólido, con un argumento excesivamente simple que casi parece complejo gracias al trabajo de Pierce Brosnan, Susan Sarandon, Carey Mulligan y Johnny Simmons, cuya colectiva presencia es lo único que distingue esta película de los genéricos dramas televisivos que podemos ver en el canal Hallmark o Lifetime. No es mi tipo de película favorito, pero quizás la disfruten quienes gusten de llorar en el cine (y no por el ridículo precio de las palomitas o por la mala calidad de la proyección).

Calificación: 7