sábado, 25 de septiembre de 2010

Buscando a Eric (Looking for Eric)


Honestamente no soy fan del director británico Ken Loach. Respeto su evidente talento narrativo y su interés por examinar el "lado oscuro" de la sociedad moderna, así como las injusticias sociales alrededor del mundo. Su estrategia es plasmar la cruda realidad con honestidad no exenta de belleza y un elegante estilo minimalista; pero, por lo mismo, encuentro sus películas un poco planas y en ocasiones deprimentes. De cualquier modo me animé a ver Buscando a Eric porque sentí curiosidad de ver una comedia de este cineasta, famoso por sus argumentos sórdidos y melancólicos. ¿Sería realmente graciosa, o un experimento fallido por culpa de la austera sensibilidad del cineasta? Para mi sorpresa, resultó una excelente combinación de humor, comentario social... y metáforas deportivas.

La trama se centra en Eric Bishop (Steve Evets), un abrumado empleado del correo con problemas en todos los aspectos de su vida. Su actual esposa parece haberlo abandonado; sus hijastros no lo respetan, y están en camino de convertirse en delincuentes; y su hija tiene que cuidar a su bebé recién nacido sin apoyo de su novio. Para colmo, Eric trata de reiniciar el contacto con su primera esposa, Lily (el auténtico amor de su vida), sin mucho éxito. Y cuando está a punto de desmoronarse por la presión de una vida fuera de control, encuentra un curioso aliado: el célebre futbolista Eric Cantona (o al menos una manifestación imaginaria del mismo), con quien tiene profundas conversaciones filosóficas que van enseñándole al patético Eric las virtudes ocultas de su vida, y el camino para salir del agujero existencial en el que ha caído.

No esperaba encontrar un subtexto deportivo en Buscando a Eric; si lo hubiera sabido hubiera leído un poco al respecto antes de verla, para entender mejor la relevancia de Eric Cantona. La cinta establece que es un futbolista estrella del famoso equipo Manchester United, pero no sabía si sus filosóficos consejos eran parte del humor o si esa es la personalidad real del atleta (digo, podría ser un troglodita en la vida real, aunque una escena durante los créditos finales confirma su flemática actitud). Pero bueno, incluso sin saberlo disfruté sus conversaciones con el protagonista, aunque honestamente muchas de ellas son simples homilías de auto-ayuda que hemos visto en todo tipo de historias inspiradoras... incluyendo sitcoms norteamericanos ("Tienes que confiar en los miembros de tu equipo").

Claro que eso no hace los consejos menos válidos; simplemente me quedé con ganas de escuchar intercambios más impactantes o ingeniosos, aunque por supuesto Loach no quiere forzar un clímax emocional para satisfacer requerimientos mercadológicos. Del mismo modo, el humor de Buscando a Eric no se fundamenta en rutinas cómicas ni boberías televisivas, sino en el pintoresco carácter de los personajes. Siguiendo la tradición de Loach, los actores son (en su mayor parte) desconocidos cuyo marco cultural y social es similar al de los personajes que interpretan. El director es famoso por filmar sus películas en secuencia lineal, guardando secretos sobre la trama para sorprender a los actores y conseguir reacciones inusualmente honestas y realistas. El resultado es una perfecta ilusión de que estamos presenciando vidas reales de personas normales, con problemas de variable importancia, pero que a fin de cuentas los afectan tanto como nos afectarían a nosotros.

En resumen, Buscando a Eric me pareció una excelente película, al mismo tiempo ligera y profunda, cuyas risas son más satisfactorias por la resonancia emocional que evocan, y por su contraste con las amargas situaciones que los personajes viven (no todo son risas; también hay momentos bastante duros). Sin duda puedo recomendarla, aunque no sé si los admiradores de Ken Loach (acostumbrados a los dramas y solemne denuncia social) la encontrarán igualmente divertida. Hablando de lo cual, creo que esta cinta cambió mi opinión sobre la obra de este cineasta, y aunque me depriman sus dramas haré el esfuerzo de verlos en el futuro, pues obviamente posee un rango superior al que yo estimaba. Ojalá se anime a explorar otros géneros; creo que el resultado podría ser memorable.
Calificación: 9

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pablo, for the old times:

http://www.cinencanto.com/critic/p_clockw.htm

Anónimo dijo...

Por cierto, qué calificación le pondrías a la película más entretenida de todos los tiempos: The English Patient?

Anónimo dijo...

Anónimo 2: Pablo escribió lo siguiente sobre The English Patient en el blog de Cinencanto: ""The English Patient": 6 (con todo respeto al recientemente finado Anthony Minghella, nunca fui fanático de su obra; indudablemente es un diestro director, pero sus guiones me parecen trillados refritos adornados con una brillante pátina de "clase" y elegancia... lo cual no es malo, pero tampoco muy atractivo para mi, especialmente en géneros que no me interesan mucho)"


Saludos!

El Musulmán siX siX siX dijo...

Pablo, estás de acuerdo con esto?

http://www.misabueso.com/nombres/nombre_pablo.html

René dijo...

El Paciente Inglés....

Una de mis películas favoritas.
La escena en que Almásy le pasa dosis de morfina a Hana... quizás es el momento en que más me he conmovido en una sala de cine.

Si alguien cree que las críticas de Pablo están influidas por los premios que gana una película... la calificación que le dió a El Paciente Inglés es prueba de que no.

Para mí es un 10.

Saludos.

René

Pablo del Moral dijo...

Anónimo: Uf! Gracias por la tortura ;-) Me deprime lo poco que ha mejorado mi escritura. Saludos y suerte!

Anónimo 2: Ya se tomó la molestia de responderte Anónimo 3. Gracias a ambos y saludos!

Anónimo 3: Muy agradecido, como siempre, y recibe un gran abrazo!

El Musulmán siX siX siX: Desafortunadamente no coincide mucho con mi personalidad real. Pero gracias por el link; está interesante. Saludos!

René: Mis disculpas por discrepar con tu película favorita. En mi defensa puedo decir que no la he vuelto a ver desde su estreno en cines; quizás si la viera hoy (¡casi quince años después!) pensaría diferente. Un saludo y gracias por tu comprensión!