A decir verdad, lo que más me sorprendió de la mediocre cinta Más Allá de la Duda fue ver durante los créditos el logo de la productora RKO. Claro, es una modernizada versión digital (ojala hubieran mantenido el "look" retro), pero aun así fue agradable enterarme de que sigue activo este legendario estudio (o quizás algún inversionista nostálgico simplemente adquirió los derechos... la verdad no sé). Lástima que este trivial detalle fue lo mejor de la película entera. Bueno... quizás exagero. En realidad la trama de Más Allá de la Duda me pareció bastante ingeniosa, y con gran potencial de convertirse en un excepcional thriller policiaco. El problema es que la blanda dirección del mercenario Peter Hyams y una mala selección de actores terminaron arruinando la experiencia y contrarrestando los escasos puntos positivos de la película.
La trama se centra en el joven reportero C.J. Nicholas (Jesse Metcalf), quien está cansado de las blandas noticias que le asignan en el canal de televisión donde trabaja. Su ambición es convertirse en un auténtico periodista investigador, y para lograrlo está preparando un reporte que podría sacudir a la ciudad entera: C.J. está convencido de que el célebre fiscal Mark Hunter (Michael Douglas) falsifica evidencia para ganar muchos casos, lo cual impulsa su carrera política. Para confirmar sus sospechas, el audaz reportero se deja inculpar por un reciente asesinato; de esa manera confrontará al corrupto fiscal durante el juicio, y en el momento apropiado presentará pruebas incontrovertibles de su inocencia. En teoría, eso lo pondrá en libertad y al mismo tiempo demostrará que Hunter acostumbra manipular la justicia para beneficio propio. Entonces, con ayuda de su fiel amigo Finley (Joel Moore), C.J. pone en acción su arriesgado plan, y todo parece funcionar como esperaba... hasta que desaparecen las pruebas que tenía preparadas, y el joven tiene que enfrentar de lleno los cargos que él mismo buscó. ¿Logrará probar su inocencia, o será otra víctima inocente del despiadado Hunter?
La primera mitad de Más Allá de la Duda desarrolla bastante bien esta provocativa idea, pero eventualmente se ve forzada a desechar toda consistencia y dejar que sus personajes cometan errores estúpidos que van en contra de su carácter y del más básico sentido común. También se sienten los rechinidos de los engranes narrativos cuando el escritor (también Hyams) busca justificar escenas de acción o momentos de suspenso que le den un poco de vida al inerte drama y, de paso, que nos distraigan de los abundantes agujeros en el libreto. Sin embargo, creo adivinar de dónde provienen algunos de estos problemas; Más Allá de la Duda es el re-make de una película realizada en 1956 (la última cinta norteamericana del gran Fritz Lang), y estimo que muchos elementos del libreto original resultarían anacrónicos en una versión contemporánea, de modo que Hyams enfrentó la ingrata tarea de conciliar conceptos antiguos con tecnología moderna. Como consecuencia tenemos una errática lógica donde es posible el avanzado análisis digital de una fotografía, pero al mismo tiempo se ignora la facilidad de duplicar el contenido informático de un DVD. En fin... no quiero revelar spoilers, y baste decir que la abundancia de estas incongruencias, además de personajes improvisados y deducciones apresuradas arruinan una premisa que pudo llegar más allá del típico thriller directo a DVD (aunque vale decir que Más Allá de la Duda tuvo un desastroso paseo por cines comerciales en los Estado Unidos).
No descarto el potencial de Más Allá de la Duda como entretenimiento desechable para un domingo lluvioso, sobre todo si el espectador acepta el humor involuntario de la cinta como complemento de su bien planteado concepto central. No sé si eso baste para hacerla "tan mala que es buena", pero admito que no me aburrió y sostuvo mi interés, no solo en el destino del protagonista, sino en ver qué otro absurdo evento aparecería para estirar aún más nuestra credibilidad (desde luego no hay que olvidar el obligatorio "twist" final). Hace un momento califiqué al director Peter Hyams como "mercenario", y aunque puede sonar como insulto, también es un halago; quizás no tenga mucha visión o estilo personal, pero hace falta talento para extraer entretenimiento puro a base de un libreto mal escrito, actores con poca convicción y bajos valores de producción. Entonces, puedo recomendar esta película como un thriller accidentalmente cómico, o como un chasco accidentalmente entretenido; como sea, pudo ser peor, y al menos logró que me dieran ganas de ver la original. Veremos si Fritz Lang fue tan buen humorista como Peter Hyams.
Calificación: 6
lunes, 13 de septiembre de 2010
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7 comentarios:
Pablo, qué harías todos los días si no necesitaras ir a trabajar?
"Pablo, qué harías todos los días si no necesitaras ir a trabajar?"
Yo creo que algo más beneficioso a la humanidad que hacer preguntas estúpidas como haces tú, anónimo.
Pablo, borra el comentario de Anónimo 2. Qué ofensa...
La verdad lo que más me sorprendió de la película es que hayan traducido su nombre casi exactamente.
Según tengo entendido la RKO es propiedad de la Paramount desde los años cincuenta. Ya había visto el logo en otras películas recientes, aunque no recuerdo cuáles.
Diablos con este botoncito... El último comentario es mío, Pablo.
Saludos.
Anónimo: Probablemente lo mismo que hago los fines de semana; ver películas, TV, pasear a mis perros, jugar videojuegos, leer... etc. Saludos!
Antyspam: Pues no se si jugar videojuegos sea más beneficioso ;-) Saludos y gracias por tu comentario!
Anónimo: Ya lo borré; parece haber una ola de spam sobre Blogger, y aunque los filtros de Google son usualmente confiables, de vez en cuando se filtran esas referencias a J. Bieber ;-) Saludos!
John Casablanca: Je! Buen punto; sin duda es la excepción que confirma la regla (no se que regla, pero bueno...) Saludos!
@lfredo: Gracias por el dato! Creo que no me había tocado ver esta versión moderna de RKO. Lo voy a investigar. Saludos!
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